
"Las cartas venían de Corea, de Knoxville, Tennessee, desde Finlandia e Islandia y nadie decía una mala palabra", dijo Misch, que se cree es el último hombre vivo en haber visto a Hitler y otros altos cargos del régimen Nazi en persona.
En el pasado Misch solía enviar a sus seguidores copias autografiadas de fotos de sí mismo en tiempos de guerra enfundado en impecable uniforme de las SS. Ahora el correo entrante de los fans, incluidos paquetes, se apilan en su casa en un barrio del sur de Berlín.
Misch también trabajó como operador telefónico de Hitler y mensajero. Sus memorias, "The Last Witness" (El último testigo), fueron publicadas en 2008 en Alemania y va camino de convertirse en una película.