La Segunda Guerra Mundial

Lyudmila Pavlichenko

Ljudmila Mijailivna Pavlichenko

Ljudmila Mijailivna Pavlichenko (nacida el 12 de julio de 1916 en Bila Tserkva, en la Ucrania Soviética; fallecida el 10 de octubre de 1974) fue una francotiradora del Ejército Rojo.

Pavlichenko llegó a ser una brillante estudiante en sus años en la educación básica. A la edad de catorce, sus padres se trasladaron a Kiev, la capital de la República Socialista Soviética de Ucrania. Allí se unió a un club de tiro, formándose como tiradora a la vez que trabajaba como molendera.


En junio de 1941, cuando estaba estudiando Historia en la Universidad de Kiev, la Alemania Nazi comenzó la guerra contra la Unión Soviética (ver Operación Barbarroja), tras lo cual se apresuró a alistarse. En la oficina de reclutamiento, solicitó unirse a la infantería y empuñar un rifle.

El reclutador se burló de ella y le recomendó especializarse como enfermera. Con determinación, ella rechazó la sugerencia y le mostró un certificado de puntería para demostrar su capacidad.

Se unió a la 25ª División de Infantería del Ejército Rojo, llegando a ser una de las 2000 francotiradoras soviéticas, de las cuales sólo unas 500 sobrevivieron a la guerra. Como francotiradora, abatió a sus dos primeras víctimas cerca de Belyayevka, usando un rifle de cerrojo Mosin-Nagant soviético (adaptado para el tiro de precisión con una mira de cuatro aumentos). Éste disparaba balas de 9.6 gramos a una velocidad de 853 m/s, siendo efectivo hasta aproximadamente los 550 metros.


La soldado Pavlichenko luchó aproximadamente dos meses y medio cerca de Odesa, donde se adjudicó 187 bajas enemigas. Cuando los alemanes obtuvieron el control de la zona, su unidad fue retirada para ser enviada a servir en el cerco de Sevastopol, en la Península de Crimea.

En mayo de 1942, con el grado de teniente fue mencionada por el Consejo del Ejército Soviético del Sur debido a sus 257 alemanes abatidos. Su total de muertes confirmadas durante la Segunda Guerra Mundial fue de 309, incluyendo a 36 francotiradores enemigos.

Ella encontró el cuaderno de bitácora de uno de los francotiradores alemanes que había abatido. Éste había quitado la vida a más de 500 soldados soviéticos.


En junio de 1942 fue herida por fuego de mortero. Dada su condición de heroína, fue retirada del frente menos de un mes después de recuperarse de sus heridas.

Fue enviada a Canadá y los Estados Unidos para una visita de propaganda, y se convirtió en el primer ciudadano soviético en ser recibido por un presidente de los Estados Unidos, el presidente Franklin D. Roosevelt y su esposa la recibieron en la Casa Blanca. Más tarde, Eleanor Roosevelt la invitó a recorrer los Estados Unidos relatando sus experiencias. Apareció antes en la Asamblea Internacional de Estudiantes, que tuvo lugar en Washington, D.C., siendo recibida como una heroína. Más tarde asistió a reuniones en el Congreso de Organizaciones Industriales, y realizó apariciones y discursos en Nueva York.

En Canadá, fue obsequiada con un rifle Winchester con mira óptica, el cual se exhibe hoy en el Museo Central de las Fuerzas Armadas en Moscú.


Habiendo alcanzado el rango de comandante, ya no regresó al frente, sino que, como instructora, entrenó a cientos de francotiradores soviéticos antes del fin de la guerra. En 1943 recibió la Estrella de Oro de la condecoración de Héroe de la Unión Soviética.

Tras la guerra, terminó su formación en la Universidad de Kiev y empezó su carrera como historiadora. Entre 1945 y 1953 fue ayudante del Cuartel General Principal de la Armada Soviética (participando además en numeras conferencias y congresos internacionales). Más tarde, fue miembro activo del Comité Soviético de Veteranos de Guerra. Lyudmyla Pavlichenko está enterrada en el Cementerio Novodevichy en Moscú.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

Timbre postal mostrando a Pavlichenko de 1943 Robert Jackson, Lyudmila Pavlichenko y Eleanor Roosevelt en 1942 Lyudmila Pavlichenko antes de la asignación del rango de oficial

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FUENTES

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Ljudmila Mijailivna Pavlichenko


Ljudmila Mijailivna Pavlichenko

Es muy conocido por todos, a lo largo de la historia, la innegable eficacia de los francotiradores, que como cazadores a cuales ciervos acechan, escondidos e inmóviles, que sin vacilar, dejando que el viento acaricie sus rostros y en ahogado suspiro, dejándose llevar por los latidos de su corazón, eligen el momento en el que de cazador a verdugo se transforman.

De un momento a otro la vida de cientos de personas cambia, las calles envueltas en tristeza dejan entrever la fiereza con la que se avecina a paso veloz llamados por el espíritu impío de las pasiones más egoístas de los hombres, la guerra se avecina.

Ignorando el futuro, solo viviendo el cruel presente, hombres y mujeres dejan todo: hogar, amigos y familia. Muchos valientes se lanzan a enfrentar al enemigo, ¿Cual hace el bien y cual hace el mal? Sin saber la respuesta certera solo tienen una cosa en mente: apretar los dientes y buscar una excusa para alzar la frente.

Cientos de historias como esta se hacen sentir en muchos de los hogares de la gran patria, y de entre ellos, hoy me he tomado la molestia de elegir una muy especial, la historia de una mujer de cual sus iguales entre burlas no le respetaron al principio, pero que con su determinación y gran talento forjó una leyenda, esta es la historia de una mujer valiente, una de esas que no se encuentran en los libros de cuentos, la historia de Lyudmila Pavlichenko.

Ljudmila Mijailivna Pavlichenko (12 de julio de 1916, Ucrania - 10 de octubre de 1974) fue una francotiradora del Ejército Rojo que combatió en el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial.

Su total de muertes confirmadas durante la Segunda Guerra Mundial fue de 309, incluyendo a 36 francotiradores enemigos.

Nació el 12 de julio de 1916, en la pequeña localidad de Belaya Tserkov (cuyo nombre significa Iglesia Blanca), en Ucrania.

Era una joven prodigiosa para los estudios, aunque era muy independiente y testaruda. Al terminar su noveno grado ella y su familia se trasladaron a Kiev (capital de Ucrania).

Una vez establecida en la ciudad trabajo en un arsenal, al mismo tiempo se unió a un club de tiro donde demostró un maravillosos talento como francotiradora.

En 1937, como estudiante de la Universidad de Kiev defendió con éxito su tesis sobre Bogdan Jmelnytsky ((Jefe Militar Cosaco, lideró un levantamiento en 1648, contra la alta nobleza de la Comunidad Polaco-Lituana, con el objetivo de crear un Estado independiente cosaco.

En 1654 firmó el Tratado de Pereyaslav con el Zar de Rusia, lo que condujo en la práctica a una pérdida de la primera independencia de Ucrania dentro del Imperio ruso, y luego en la Unión Soviética).

Cuando los alemanes comenzaron la invasión de la Unión Soviética el 22 junio de 1941 (Operación Barbarroja), Lyudmila Pavlichenko era un estudiante de 24 años de edad, en la Universidad Estatal de Kiev, especializándose en la historia. Y sin dudarlo, ella y muchos de sus compañeros se apresuraron a enlistarse en el ejército, pero el oficial de reclutamiento la miró con asombro. Tenía el aspecto de un modelo, con las uñas bien cuidadas, ropa de moda, y el peinado.

Pavlichenko dijo al reclutador que quería llevar un rifle e ir a la lucha. El reclutador se echó a reír y le preguntó si sabía algo acerca de rifles, Lyuda sacó su certificado de francotiradora para demostrarle que no era ignorante en la materia, entonces el reclutador trató de persuadirla para convertirse en una enfermera de campo, pero ella se negó.

Ostentando el rango de soldado raso fue asignada a una subsección de la División de Fusileros Chapayev 25 , la 54 "Stephan Razin" Regimiento de Rifles, en el Ejército Rojo (llegando a ser una de las 2000 francotiradoras soviéticas, de las cuales sólo unas 500 sobrevivieron a la guerra).

Cerca de Belyayevka, Lyuda abatió a sus dos primeras víctimas utilizando un rifle de cerrojo Mosin-Nagant soviético (adaptado para el tiro de precisión con una mira de cuatro aumentos, disparaba balas de 9,6 gramos a una velocidad de 853 m/s, siendo efectivo hasta aproximadamente los 1000 metros.).

Con su regimiento, gracias a su prodigiosa habilidad como francotiradora, fue asignada inmediatamente a la compañía segundo pelotón de francotiradores.

En su primer día en el campo de batalla, se encontró cerca del enemigo, y paralizada por el miedo, incapaz de levantar su arma, un joven soldado estableció su posición al lado de ella. Pero antes de que tuvieran la oportunidad de instalarse, sonó un disparo y una bala alemana terminó con su camarada. Pavlichenko se quedó helada. "Era un buen chico, muy alegre", recordó. "Y él fue asesinado junto a mí. Después de eso, nada pudo detenerla.

Durante los casi dos meses en su campaña en Odessa, se le adjudicaron 187 bajas confirmadas, justo antes de que los soviéticos perdieran el control de la ciudad a manos de los alemanes, viéndose obligados a retirarse. Su unidad fue retirada para ser enviada a servir en el cerco de Sebastopol, en la Península de Crimea.

En mayo de 1942, con el grado de teniente, fue mencionada por el Consejo del Ejército soviético del sur debido a sus 257 alemanes abatidos. Ella encontró el cuaderno de bitácora de uno de los francotiradores alemanes que había abatido. Éste había quitado la vida a más de 200 soldados soviéticos.

Enviada su unidad a Sebastopol (Crimea), Pavlichenko fue equipada con un rifle Tokarev-40, con el que continuó su eficaz misión, consiguiendo 257 bajas para mayo de 1.942.

Pavlichenko a menudo, acampaba alrededor de 600 a 1000 pies delante de su unidad). En junio de 1942, durante el asedio de Sebastopol, fue gravemente herida (por cuarta vez), siendo alcanzada por el proyectil de un mortero que había estallado cerca de donde ella se escondía. Debido a que Pavlichenko en ese momento ya era una figura de la Unión Soviética el alto mando del ejército Rojo no podía permitirse a arriesgarse a que ella muriera, por lo que la sacaron de Sebastopol en un submarino.

Los pocos miembros de su división que sobrevivieron en Sebastopol fueron reasignados a otras unidades del Ejército Rojo y la División de Infantería 25 se disolvió oficialmente.

Dada su condición de heroína, fue retirada del frente menos de un mes después de recuperarse de sus heridas. Fue enviada a Canadá y los Estados Unidos para una visita de propaganda.

Lyudmila Pavlichenko llegó a Washington D.C., a finales de 1942, como una pequeña curiosidad para la prensa, vistiendo su uniforme del ejército soviético y acompañada por un traductor, pues no hablaba inglés, cosa que no le importuno para poder cumplir con su misión.

Como teniente de batalla experimentado y condecorado en la División 25 de francotiradores del Ejército Rojo, Pavlichenko había llegado en nombre del Alto Mando Soviético para conseguir apoyo estadounidense para un "segundo frente" en Europa.

Joseph Stalin quería que los aliados occidentales le ayudaran a invadir el continente, para obligar a los alemanes a dividir sus fuerzas y para así poder aliviar parte de la presión sobre las tropas soviéticas desesperadas.

Visitó al Presidente Franklin Roosevelt, y se convirtió en la primera ciudadana soviética en ser recibida en la Casa Blanca. Después, Eleanor Roosevelt, esposa del Presidente, le pidió a Pavlichenko que la acompañara en una gira por el país para compartir a los estadounidenses de sus experiencias como mujer combatiente, a lo que Pavlichenko aceptó cordialmente.

Ella gentilmente respondió a preguntas de los periodistas. Algunos querían saber si las mujeres rusas podían maquillarse. Pavlichenko que, sólo unos meses antes, había sobrevivido a la lucha del frente durante el asedio de Sebastopol, en donde las fuerzas soviéticas sufrieron bajas considerables y se vieron obligados a rendirse después de ocho meses de lucha respondió:

“No hay ninguna regla en contra de ello, pero ¿quién tiene tiempo para pensar en si su nariz esta brillante cuando la batalla se está llevando a cabo ".

El New York Times la apodo como "Sniper Girl" y otros periódicos resaltaban que no llevaba los labios carmesí, o maquillaje de ningún tipo, además de que el uniforme verde olivo tenía poco estilo.

En Nueva York, fue recibida por el alcalde Fiorello LaGuardia y un representante de pieles de la International Fur and Leather Workers Union, CIO, quien le entregó un presente, a lo que le periódico informó: “Se le otorgó un hermoso abrigo de piel de mapache, el cual se vería bellísimo en un escenario de ópera”, a lo que periódico lamentaba que seguramente ese abrigo iría a parar a las sangrientas estepas de Rusia cuando Lyudmila Pavlichenko regresara a su tierra natal.

Pero a medida que la gira avanzaba Pavlichenko comenzó de cansarse de las preguntas sin sentido y las críticas que le hacían por parte de la prensa estadounidense. En Boston un reportero observó que Pavlichenko se había comido cinco platos en el desayuno, a lo que afirmaba con sátira “Ama la comida americana”.

Pronto, Pavlichenko había tenido suficiente de los reporteros: "Yo me pongo mi uniforme con honor ", dijo a la revista Time. "Cuento con la Orden de Lenin, me he cubierto de sangre en el campo de batalla, es fácil ver que con las mujeres estadounidenses lo que les parece importante es que si llevan ropa interior de seda bajo sus uniformes. Lo que el uniforme significa, sin embargo, eso tienen que aprenderlo".

Sin embargo, Malvina Lindsey de" El sexo débil ", columnista del Washington Post, se preguntó por qué no podía Pavlichenko hacer un mayor esfuerzo en lo que respecta a su estilo: "¿No es una parte de la filosofía militar que un guerrero eficiente se enorgullezca de su apariencia? " Escribió Lindsey. "¿No es Juana de Arco siempre representada en la hermosa y brillante armadura?”

Poco a poco, Pavlichenko comenzó a encontrar su voz, enla celebración de los embelesados con historias de su juventud, el efecto devastador de la invasión alemana en su país natal, y su carrera en el combate. En sus discursos a través de América y, a menudo ante miles de personas, la mujer de francotiradora abogaba por un compromiso de EE.UU. en la lucha contra los nazis en Europa. Y al mismo tiempo demostró que las mujeres no sólo eran capaces para la lucha, sino esenciales.

"Cuando el hijo de un vecino se jactó de sus hazañas en el campo de tiro ", dijo a la multitud: "Yo me propuse demostrarle que una chica puede hacer lo mismo que un chico también. Así que me puse a practicar mucho. Después de tomar un trabajo en una fábrica de armas, continué practicando mi puntería, luego me matriculé en la Universidad de Kiev en 1937, con la intención de convertirme en una erudito y maestra.” Allí, ella compitió en el equipo de atletismo como una velocista y saltadora de pértiga.

Para cuando llegaron a Chicago en su camino hacia la costa oeste, Pavlichenko había sido capaz de dejar de lado las preguntas tontas de las mujeres corresponsales de prensa sobre esmalte de uñas y si se rizaban el pelo o no. Cuando llegó a Chicago, ella se paró frente a grandes multitudes, reprendiendo a los hombres para apoyar el segundo frente. “Señores, " dijo ella, " Tengo 25 años y he matado 309 ocupantes fascistas ya. ¿No le parece, señores, que han estado escondidos durante mucho tiempo?” Sus palabras se asentaron en la multitud, y luego provocó un rugido creciente de apoyo.

Otro periodista reiteró sobre lo que había visto en la batalla, y cómo le afectó estar en la primera línea, a lo que ella respondió " Todos los fascistas que se mantienen vivos mataran mujeres, niños y ancianos, los alemanes muertos son inofensivos. Por lo tanto, si mato a un alemán, estoy salvando vidas”.

La lectura de la prensa sobre sus botas negras resistentes que " han conocido la mugre y la sangre de la batalla ", y dando descripciones contundentes de su día a día de la vida como un francotirador. Matar nazis, dijo, "no despertó emociones complicadas" en ella. " La única sensación que tengo es la gran satisfacción que un cazador se siente que ha matado a un animal de presa. "

Pavlichenko recibió regalos de dignatarios y admiradores de dondequiera que iba, en su mayoría rifles y pistolas. El cantante de folk estadounidense Woody Guthrie escribió una canción, "Miss Pavlichenko, " sobre ella en 1942. Ella siguió hablando sobre la falta de una línea de color o la segregación en el Ejército Rojo y de la igualdad de género, que se dirige a las mujeres americanas en las multitudes.

Mientras las mujeres no sirven regularmente en el ejército soviético, Pavlichenko recordó a los estadounidenses que "nuestras mujeres estaban en condiciones de igualdad completa mucho antes de la guerra.

Desde el primer día de la Revolución el pleno derecho se concedió a las mujeres de la Rusia soviética. Una de las cosas más importantes es que cada mujer tiene su propia especialidad. Eso es lo que realmente les hace tan independientes como los hombres. Las mujeres soviéticas tienen un completo autorespeto, porque su dignidad como seres humanos está plenamente reconocida. Hagamos lo que hagamos, tenemos el honor no sólo como mujer, sino como personalidades individuales, como seres humanos. Podemos desarrollarnos plenamente, nos sentimos sin limitaciones a causa de nuestro sexo. Es por eso que las mujeres han tomado tan naturalmente su lugar al lado de los hombres en esta guerra”.

En Canadá, fue obsequiada con un rifle Winchester con mira óptica, el cual se exhibe hoy en el Museo Central de las Fuerzas Armadas en Moscú.

En su camino de vuelta a Rusia, Pavlichenko se detuvo brevemente en Gran Bretaña, donde continuó presionando por un segundo frente. De vuelta a casa, fue ascendida a mayor, galardonada con el título de Héroe de la Unión Soviética, la más alta distinción de su país, y conmemorada en un sello soviético.

A pesar de sus convocatorias de un segundo frente europeo, tendría que esperar casi dos años. Para entonces, los soviéticos habían finalmente ganado la partida contra los alemanes, y las fuerzas aliadas tomaron por asalto las playas de Normandía en junio de 1944.

Habiendo alcanzado el rango de Comandante, ya no regresó al frente, sino que, como instructora, entrenó a cientos de francotiradores soviéticos antes del fin de la guerra.

En 1943 recibió la Estrella de Oro de la condecoración de Héroe de la Unión Soviética. Tras la guerra, terminó su formación en la Universidad de Kiev y empezó su carrera como historiadora.

Entre 1945 y 1953 fue ayudante del Cuartel General Principal de la Armada Soviética (participando además en numeras conferencias y congresos internacionales). Más tarde, fue miembro activo del Comité Soviético de Veteranos de Guerra.

Lyudmila murió el 10 de octubre de 1.974 en Moscú, está enterrada en el Cementerio Novodevichy en Moscú.