Bill Lacey, el veterano de la Segunda Guerra Mundial conocido como “el último hombre de Dunkerque”, falleció el pasado 10 de Junio a la edad de 91 años tras una heroica vida dedicada a combatir el azote del fascismo en Europa.
Soldado con el 2º Batallón del Regimiento de Gloucestershire, Lacey fue uno de los 400.000 soldados abandonados a su suerte en la playa de Dunkerque (Norte de Francia) en Mayo de 1940 cuando el ejército británico se vio repelido por las superiores fuerzas alemanas. Más de 300.000 soldados fueron rescatados por embarcaciones de todo tipo que salían del Continente gracias a una “tregua” temporal de los alemanes. El resto fueron capturados por los alemanes o se rindieron a ellos. Lacey dejó su sitio a un compañero herido.
“Ví al último de los barquitos zarpar sin mí y supe que no había ninguna esperanza de que hubiera alguno más que regresara” dijo Lacey en una entrevista el año pasado. Sin medio de transporte el soldado de 20 años robó ropas de civiles y se internó en la Francia ocupada por los nazis donde sin uniforme se exponía a ser capturado y tratado como espía.
“Tuve que aprender a permanecer vivo de la misma forma en que lo haría un animal salvaje. Mi único pensamiento era sobrevivir de un día a otro.” Lacey robaba comida y comía vegetales crudos e incluso ruibarbo. “Cada vez que veía salir el Sol me decía que estaba ganando”.
Tras cuatro meses de supervivencia durante los que Lacey llegó a pesar 42 kilos, el soldado británico tuvo la gran fortuna de poder robar una barca y atravesar el Canal de la Mancha hasta Dover. Pero una vez en suelo británico nadie creyó su historia y fue encarcelado acusado de ser un espía alemán. Sin embargo la diosa Fortuna seguía de su parte y el soldado británico fue liberado después de que un periódico francés confirmara su historia. Había nacido la leyenda del último soldado de Dunkerke en regresar a casa pero el Gobierno le prohibió contarle su historia a nadie.
Tras su periplo francés Lacey fue admitido en las Fuerzas Especiales y durante los años siguientes siguientes dió la vuelta al mundo en innumerables misiones para el Gobierno de Su Majestad, como la que le llevó a Jersey en pos de un general alemán. En 1964 se retiró como Sargento y empezó a trabajar com cartero en la localidad de Portchester (Hants).
Nadie conocía su heroicas experiencias durante la guerra hasta que un documental en el año 2000 desveló su pasado. “Realmente nuestro abuelo nunca habló mucho sobre la guerra” declaró Dan, su orgulloso nieto de 39 años. “Era un hombre muy reservado y consideraba sus experiencias bélicas como secretas. Estuvo involucrado en un montón de operaciones encubiertas. Ocasionalmente mencionaba cosas que había hecho y siempre eran sorprendentes. Sabíamos que tenía una historia que contar (…) Estamos muy orgullosos de él. Sus experiencias en Dunkerque marcaron su vida y su historia de supervivencia es una inspiración para toda la familia. Para nosotros siempre será un auténtico héroe.”
Cuatro meses rodeado de alemanes, increíble hazaña. Tuvo que pasar las de caín, el estrés, la ansiedad y el hambre son malos compañeros de viaje. Que descanse en paz otro héroe que se nos ha ido.