
El escritor Jorge M. Reverte, autor de "La División Azul. Rusia, 1941-1944", asegura que su padre, el periodista Jesús Martínez Tessier, apostó por "guardar silencio" sobre su participación en ese episodio histórico, "traumatizado", aunque no arrepentido, de haber colaborado con el régimen de Hitler.
Reverte asegura en una entrevista con Efe que su padre asumía su participación en la División Azul como "una responsabilidad", algo que "formaba parte de su destino" y de lo que "no mostraba arrepentimiento".
"Él no debía sentirse culpable, ni mucho menos, de haber cometido crímenes, y por eso no se arrepentía", según Jorge M. Reverte (Madrid, 1948), quien sin embargo asegura que a su padre "no le gustaba esa parte de la historia", lo que hizo que, "como tantos", decidiera guardar silencio sobre su participación en esa aventura militar poco afortunada.
A pesar de que ese silencio hizo que ambos no hablaran mucho de esa cuestión, Jesús Martínez Tessier dejó a su hijo unos diarios, que se acaban justo en el momento en que entra en combate en la División, y unas memorias en las que el escritor ha podido ahondar en esa parte de la vida de su progenitor.
Martínez Tessier -que fue director del departamento de Internacional de la agencia EFE a finales de los setenta- formaba parte de un grupo de falangistas que "tenía que hacerse perdonar por haber participado en el lado republicano en la guerra" y, como tantos, quería demostrar "que era leal a la causa", explica su hijo.
La "curiosidad" de saber qué movió a 47.000 "chavales" a "meterse en un berenjenal" al alistarse como voluntarios para invadir la Unión Soviética y luchar contra el enemigo judeo-bolchevique fue lo que motivó este ensayo histórico, que ha cambiado "totalmente" la interpretación del escritor sobre la División Azul.
El denominador común de los jóvenes divisionarios, según Jorge M. Reverte, era el de estar poseídos "por una fiebre combativa y destructora, desarrollada desde la guerra de África, difícilmente comprensible en nuestros días".
Según el autor de ensayos históricos como "Soldados de poca fortuna", en colaboración con su padre y su hermano Javier Reverte, y otros como "La batalla del Ebro" o "La batalla de Madrid", el de la División Azul es uno de los capítulos "más vergonzosos", ideológicamente, de la historia militar española.
"Franco decidió colaborar en la Segunda Guerra Mundial con uno de los peores genocidas de la historia, Hitler, aunque enfrente estuviera otro gran genocida: Stalin", asegura Reverte, quien sin embargo apostilla que entre los voluntarios había "de todo: gente muy noble y otros muy canallas".
A medida que avanzaba en su investigación, la interpretación que el escritor tenía sobre la División Azul iba cambiando, aunque añade que, desde el punto de vista ético, su posición es la misma.
"Yo no sabía que era tan importante la ideología nacional-católica en la División Azul", subraya Reverte, quien asegura que éste no fue solo un movimiento falangista, y afirma que mientras que las Iglesias alemana e italiana protestaron contra el régimen de Hitler, la Iglesia española "jamás protestó contra sus matanzas, a pesar de que tuviera noticias claras de ellas".
Del interés que suscita la División Azul da idea de el hecho de que el blog del libro haya recibido cerca de 20.000 visitas desde que se abrió el pasado sábado.
Jorge M. Reverte reconoce la dificultad de ser objetivo al escribir sobre un episodio en el que participó su padre y con quien tuvo grandes diferencias ideológicas, pero se muestra convencido de que lo que ha escrito "se acerca mucho a la verdad", al haber respetado el testimonio de aquellos con quienes ha tratado o cuyas memorias ha leído.
"Intento dar una versión objetiva y equilibrada de la historia", señala el autor, quien afirma que haber viajado a lo largo de todo el recorrido que realizó la División Azul le ha permitido "describir el paisaje, la dureza de las condiciones meteorológicas y conocer a su gente; sin ese viaje no hubiera podido escribir este libro".
Asegura que nunca tiene la tentación de novelar sus ensayos históricos, porque "automáticamente pierde peso la verdad", aunque ahora quiere cambiar de registro y "desintoxicarse" escribiendo una novela.
Aunque el escritor ve muy difícil ponerse en el lugar de su padre, considera que éste estaría de acuerdo con la interpretación que ha hecho de la División Azul, "aunque habríamos discutido mucho".
Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es/libros ... -Azul.htmlReverte asegura en una entrevista con Efe que su padre asumía su participación en la División Azul como "una responsabilidad", algo que "formaba parte de su destino" y de lo que "no mostraba arrepentimiento".
"Él no debía sentirse culpable, ni mucho menos, de haber cometido crímenes, y por eso no se arrepentía", según Jorge M. Reverte (Madrid, 1948), quien sin embargo asegura que a su padre "no le gustaba esa parte de la historia", lo que hizo que, "como tantos", decidiera guardar silencio sobre su participación en esa aventura militar poco afortunada.
A pesar de que ese silencio hizo que ambos no hablaran mucho de esa cuestión, Jesús Martínez Tessier dejó a su hijo unos diarios, que se acaban justo en el momento en que entra en combate en la División, y unas memorias en las que el escritor ha podido ahondar en esa parte de la vida de su progenitor.
Martínez Tessier -que fue director del departamento de Internacional de la agencia EFE a finales de los setenta- formaba parte de un grupo de falangistas que "tenía que hacerse perdonar por haber participado en el lado republicano en la guerra" y, como tantos, quería demostrar "que era leal a la causa", explica su hijo.
La "curiosidad" de saber qué movió a 47.000 "chavales" a "meterse en un berenjenal" al alistarse como voluntarios para invadir la Unión Soviética y luchar contra el enemigo judeo-bolchevique fue lo que motivó este ensayo histórico, que ha cambiado "totalmente" la interpretación del escritor sobre la División Azul.
El denominador común de los jóvenes divisionarios, según Jorge M. Reverte, era el de estar poseídos "por una fiebre combativa y destructora, desarrollada desde la guerra de África, difícilmente comprensible en nuestros días".
Según el autor de ensayos históricos como "Soldados de poca fortuna", en colaboración con su padre y su hermano Javier Reverte, y otros como "La batalla del Ebro" o "La batalla de Madrid", el de la División Azul es uno de los capítulos "más vergonzosos", ideológicamente, de la historia militar española.
"Franco decidió colaborar en la Segunda Guerra Mundial con uno de los peores genocidas de la historia, Hitler, aunque enfrente estuviera otro gran genocida: Stalin", asegura Reverte, quien sin embargo apostilla que entre los voluntarios había "de todo: gente muy noble y otros muy canallas".
A medida que avanzaba en su investigación, la interpretación que el escritor tenía sobre la División Azul iba cambiando, aunque añade que, desde el punto de vista ético, su posición es la misma.
"Yo no sabía que era tan importante la ideología nacional-católica en la División Azul", subraya Reverte, quien asegura que éste no fue solo un movimiento falangista, y afirma que mientras que las Iglesias alemana e italiana protestaron contra el régimen de Hitler, la Iglesia española "jamás protestó contra sus matanzas, a pesar de que tuviera noticias claras de ellas".
Del interés que suscita la División Azul da idea de el hecho de que el blog del libro haya recibido cerca de 20.000 visitas desde que se abrió el pasado sábado.
Jorge M. Reverte reconoce la dificultad de ser objetivo al escribir sobre un episodio en el que participó su padre y con quien tuvo grandes diferencias ideológicas, pero se muestra convencido de que lo que ha escrito "se acerca mucho a la verdad", al haber respetado el testimonio de aquellos con quienes ha tratado o cuyas memorias ha leído.
"Intento dar una versión objetiva y equilibrada de la historia", señala el autor, quien afirma que haber viajado a lo largo de todo el recorrido que realizó la División Azul le ha permitido "describir el paisaje, la dureza de las condiciones meteorológicas y conocer a su gente; sin ese viaje no hubiera podido escribir este libro".
Asegura que nunca tiene la tentación de novelar sus ensayos históricos, porque "automáticamente pierde peso la verdad", aunque ahora quiere cambiar de registro y "desintoxicarse" escribiendo una novela.
Aunque el escritor ve muy difícil ponerse en el lugar de su padre, considera que éste estaría de acuerdo con la interpretación que ha hecho de la División Azul, "aunque habríamos discutido mucho".