Una de esas sentencias obligan a la firma nipona a pagar entre 89.000 y 109.000 dólares a cada una de las cinco demandantes y al familiar de una de esas mujeres, mientras que la segunda establece que tiene que abonar casi 72.000 dólares a otras seis víctimas de trabajos forzados en una fábrica de aviones.
Entre 1910 y 1945, Japón dominó la península de Corea y empleó a sus habitantes como mano de obra y esclavas sexuales. Aunque en 1965, Tokio y Seúl firmaron un tratado para normalizar sus relaciones diplomáticas, el Tribunal Supremo coreano ha estimado que no restringe el derecho de los individuos a reclamar compensaciones.
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