Acá les agrego una nota en la que le hicieron 7 preguntas a Eva Clarke acerca de sus sentimientos y opiniones durante la presentación del libro «Nacidos en Mauthausen» de Wendy Holden:
Holden y Clarke durante la presentación
Pregunta: ¿Cuándo oyó hablar del nazismo por primera vez?
Respuesta: «Me resulta muy difícil decirlo con exactitud. No lo recuerdo. Probablemente oí hablar a mi madre de nazismo en alguna ocasión. También tuvo constancia de él gracias al “Diario de Ana Frank”, que me permitió hacerme una idea de cómo era esta ideología. Eso sí, para mi madre significaba lo mismo alemán que nazi, lo cual es comprensible dadas las circunstancias».
¿Cómo fue la vida para ustedes después de Mauthausen?
«Nuestras vidas fueron... felices [Ríe]. Mi madre siempre dijo que volver a Praga después de lo sucedido en el campo de concentración de Mauthausen fue uno de los peores momentos de todos esos años porque nunca, hasta entonces, se había permitido el lujo de pararse y pensar lo que le había sucedido a sus seres queridos. Cuando llegó se enfrentó al hecho de que prácticamente no quedaba ningún miembro de su familia vivo. Esto le resultó durísimo».
¿Tuvieron contacto con alguien de su familia que sobreviviera al Holocausto?
«Bueno. Mi madre se enteró de que una de sus primas había sobrevivido y había vuelto a Praga. Entonces la buscó. Reunió dinero para coger el tranvía y se fue a buscarla al piso en el que había vivido antes de la guerra. Por suerte la encontró allí. La verdad es que pudimos tener un núcleo familiar, aunque fuese muy pequeño, en el seno del cual poder superar todo lo que había pasado. Hubo mucha gente que no tuvo nisiquiera eso, que estuvo sola al acabar la guerra».
¿Tuvo su madre rencor hacia Alemania?
«Mi madre nunca fue capaz de dirigirse o hablar con alemanes de su generación. No quería tener nada que ver con ellos. Sí pensaba que, si eran sospechosos de haber cometido crímenes de guerra, debían ser juzgados aunque tuviesen 80 o 90 años. Ella creía que ser ancianos no los eximía de juicio y que debían ser juzgados y condenados a la pena que fuese oportuna. Sin embargo, no tenía ningún problema con los alemanes más jóvenes. Alemanes que, según ella, no habían tenido nada que ver con la guerra. Era algo que había sucedido antes de su nacimiento y nunca fue tajante con respecto a ellos».
Oskar Groening (más conocido como el «Contable de Auschwitz») acaba de ser condenado por sus crímenes ¿Cree que existe el perdón para los soldados nazis?
«El tema del perdón es muy difícil. La ética cristiana cree en que hay que perdonar, cree en el perdón, pero es un tema muy complejo. Mi madre decía que los únicos que pueden perdonar son los muertos. No tengo una respuesta tajante sobre ello».
Hace poco se ha descubierto que, cuando los americanos entraron en el campo de concentración de Dachau, se vengaron de los soldados nazis que guardaban el lugar torturándoles ¿Considera esta práctica reprochable?
«No lo sé. Es muy difícil de decir. No sé cómo reaccionaría si hubiese pasado todo lo que mi madre pasó y si me hubiese visto en esas circunstancias. No lo justifico, pero tampoco lo condeno. Cuando los americanos (los aliados) liberaron los campos de concentración se encontraron con muchísimos actos de venganza que estaban cometiendo los propios presos contra los «kapos», prisioneros que, en teoría, eran de sus mismas nacionalidades pero que habían colaborado con los nazis en la gestión de los campos de concentración. Hubo muchos asesinatos, violencia y actos de venganza por parte de los reos. Los americanos fueron testigos de ello, de multitud de hechos así. No hicieron nada al respecto, no les ayudaron, pero tampoco les detuvieron».
¿Ha salido algo bueno de su historia?
«Lo bueno que se puede extraer de esta historia es la esperanza y la educación. Enseñar que no se puede castigar a alguien porque sea distinto a ti y que, quien lo haga, será juzgado y será condenado a morir».
Fuente:
http://www.abc.es/cultura/20150727/abci ... 41854.html