
Los documentos desclasificados muestran a un Hoare preocupado porque pensaba que era inminente la entrada española en la Segunda Guerra Mundial y que, por lo tanto, Franco abandonaría la neutralidad mostrada al inicio del conflicto. En junio de 1940, nueve meses después de que Hitler hubiera empezado la guerra con la invasión de Polonia, Hoare pidió parte del dinero "sin retraso" al Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores) y añadía en su comunicación que si había dudas, se consultara al primer ministro, Winston Churchill, quien respondió posteriormente en un telegrama: "Sí, por supuesto". Hubo un momento en el que algunos ministros británicos tuvieron que persuadir a otros estadounidenses para que desbloquearan el dinero que los agentes españoles tenían en los bancos de Nueva York. En un mensaje secreto, el secretario de Relaciones Exteriores, Lord Halifax, se refería en varias ocasiones a las posibles reuniones de agentes de los servicios británicos con la guerrilla española y con republicanos ocultos en el país para preparar el caso de que en España entraran las tropas alemanas.
La tensión aumentó cuando en octubre de 1940 se produjo la célebre y fotografiada entrevista de Hitler y Franco en Hendaya. Hoare explica incluso que hubo partidas que se destinaron a detener a aquellas personas que conspiraban para persuadir al dictador y que de una vez apoyara con tropas a Hitler. Entre los militares favorables a una España en guerra mundial estaba el general Muñoz Grandes", señala Reverte. El historiador y escritor sostiene que un factor importante que tuvo en cuenta Franco fue el suministro de gasolina a una España recién salida de la Guerra Civil, en manos estadounidenses.
"Franco estuvo jugando hasta 1942 con esta posibilidad de entrar o no en la guerra, hasta que se produjo el desembarco aliado en el norte de África. Entonces vio que no había opciones de victoria nazi", asegura el historiador.
Fuentes de la noticia
http://www.abc.es
http://cultura.elpais.com