
Ana Botella defendió su iniciativa con el argumento de que las acciones del diplomático «son una muestra más de que el bien existe, es posible, y es capaz de abrirse paso incluso en los momentos de mayor confusión y vergüenza». Según algunos estudios, Sanz-Briz pudo salvar la vida a unos 5.000 judíos húngaros durante la contienda. La propuesta de poner su nombre a una calle será llevada al próximo pleno municipal.
La alcaldesa ha recibido el premio «La Corona de Esther», de Casa Sefarad-Israel, por su labor en el reconocimiento y promoción de la mujer en la sociedad y en la vida pública.










