Cartas desde Stalingrado
Publicado: 22 01 2008 18:03
Las cartas son muy emotivas y están cargadas de sentimiento.
CARTAS DESDE STALINGRADO
En enero de 1943, al término de la Batalla de Stalingrado, un avión alemán Heinkel 111 consigue despegar en el aeródromo alemán de la ciudad justo antes de que sea tomado por los rusos. En su interior, 250000 cartas de soldados alemanes, repartidas en siete sacas de correo. Al llegar a Alemania, el Ministerio de Propaganda retiene y confisca las cartas con el pretexto de publicarlas en un libro que muestre la heroica resistencia de los defensores de Stalingrado. Al analizarlas, descubren que la mitad de los hombres que han escrito las cartas demuestra actitud desleal o negativa, que un tercio es relativamente indiferente y que tan sólo el 2% es favorable al régimen de actuación del Estado Mayor. Ante estos datos, el Ministerio decide ocultarlas a la opinión pública y las guarda en los archivos del ejército. No se redacta ningún informe sobre lo encontrado en el Heinkel 111 y la historia se olvida. Pero en 1954 las cartas son descubiertas y leídas. En ese mismo año, "Letzte Briefe auf Stalingrad" (Las últimas cartas de Stalingrado) se publica en Alemania. Se trata de una colección de 39 cartas y fragmentos de gran impacto emocional escritas por soldados alemanes en Stalingrado en las que los hombres hablan de su desesperada situación e incluso se atreven a cuestionar al Estado Mayor y al propio Führer, a sabiendas de su funesto destino.He aquí un pequeño fragmento de esas 36 cartas escritas por soldados alemanes a sus familias:
Carta 1
…Mi vida no ha cambiado en nada; es ahora como hace diez años, bendito por las estrellas, maldito por los hombres. No tuve amigos, y tu sabes por qué no querían saber nada de mí. Era feliz cuando podía sentarme al telescopio y mirar al cielo y al mundo de las estrellas, feliz como un niño al que le permiten jugar con los astros.
... Fuiste mi mejor amiga, Mónica. Sí, lees bien, fuiste. El momento es demasiado serio como para bromas. Esta carta tardará en llegarte dos semanas. Por entonces ya habrás leído en los periódicos lo que ha tenido lugar aquí. No pienses mucho en ello, porque en realidad todo habrá terminado de forma diferente; deja que los demás se preocupen de la "película de los hechos".¿Qué son ellos para ti o para mí? Siempre pensaba en años luz, pero sentía en segundos. Además, aquí tengo mucho trabajo con el tiempo. Somos cuatro, y si las cosas continúan como hasta ahora podemos darnos por contentos.
Lo que hacemos es muy sencillo. Nuestro tarea consiste en medir las temperaturas y la humedad, informar sobre la visibilidad y los bancos de nubes.
Si algún burócrata leyera lo que aquí escribo obtendría una flagrante violación de la seguridad militar. Mónica, ¿qué es nuestra vida comparada con los muchos millones de años del cielo estrellado?. En esta hermosa noche, Andrómeda y Pegaso están justo sobre mi cabeza. Las he mirado mucho tiempo; pronto estaré muy cerca de ellas. Mi paz y mi felicidad se las debo a las estrellas, de las cuales tu eres la mas bella para mí. Las estrellas son eternas, pero la vida de un hombre es como una mota de polvo en el universo.
A mi alrededor todo se derrumba, un ejército entero muere, el día y la noche arden...y cuatro hombres se atarean con informes diarios sobre temperaturas y bancos de nubes. No sé mucho sobre la guerra. Ningún ser humano ha muerto por mi mano. Nunca he disparado munición real con mi pistola. Pero sé muy bien una cosa: la otra parte nunca ha mostrado ni una pizca de comprensión por sus hombres. Me habría gustado contar estrellas unas cuantas décadas más, pero ahora nada parece ir en ese sentido.
Carta 2
Hoy hablé con Hermann. Está al sur del frente. A unos cientos de metros de mí. No queda mucho de su regimiento. Pero el hijo de B. el panadero todavía está con él. Hermann aún tenía la carta en la que nos contabas la muerte de papá y mamá. Le hablé una vez más, por ser el hermano mayor, e intenté consolarle, aunque yo también estoy al límite. Es bueno que papá y mamá no sepan que Hermann y yo nunca volveremos a casa. Es muy duro el que tengas que cargar con el peso de cuatro personas muertas a lo largo de toda tu vida.
...Yo quería ser teólogo, papá quería tener una casa, y Hermann quería construir fuentes. Nada ha salido como debiera. Tu sabes como está la cosa en casa, y nosotros sabemos demasiado bien lo que pasa aquí. No, la verdad es que esas cosas que planeamos no han salido como imaginábamos. Nuestros padres están enterrados bajo las ruinas de su casa, y nosotros, aunque suene irónico, estamos enterrados con unos cientos o más de hombres en una trinchera en la parte sur de la bolsa. Pronto, estas trincheras estarán llenas de nieve.
Carta 3
El Führer nos hizo la firme promesa de sacarnos de aquí; nos lo leyó y creimos en ello firmemente. Incluso ahora aún lo creo, porque he de creer en algo. Si no es cierto ¿en que otra cosa podría creer? Dentro de poco no tendré necesidad de primavera, verano o de algo agradable. Por lo que, abandonarme a mi destino, querida Greta; toda mi vida, al menos ocho años de ella, creí en el Führer y su palabra. Es terrible como dudan aquí, y vergonzoso escuchar lo que dicen sin poder responder, porque los hechos están de su parte.
En enero cumplirás veintiocho. Eso es ser aún muy joven para una mujer guapa, y me gustaría poderte decir este cumplido una y otra vez. Me echarás mucho de menos, pero incluso así, no te aisles. Deja pasar unos meses, pero no más. Gertrud y Claus necesitan un padre. No olvides que debes vivir para los niños y no les hables demasiado de su padre.
Los niños olvidan pronto, especialmente a esa edad. Fíjate bien en el hombre que elijas, toma nota de sus ojos y de la presión de su apretón de manos, como fue nuestro caso, y no te equivocarás. Pero sobre todo, anima a los niños a ser personas rectas que puedan llevar la cabeza bien alta y mirar a todo el mundo directamente a los ojos. Te escribo estas líneas apenado. No me creerías si te dijera que ha sido fácil, pero no te preocupes. No me asusta lo que se avecina. Repitete a ti misma y a los niños cuando sean mayores que su padre nunca fue un cobarde, y que ellos nunca deben serlo.
Fuente: http://stalingradoestalingrado.blogia.com/
CARTAS DESDE STALINGRADO
En enero de 1943, al término de la Batalla de Stalingrado, un avión alemán Heinkel 111 consigue despegar en el aeródromo alemán de la ciudad justo antes de que sea tomado por los rusos. En su interior, 250000 cartas de soldados alemanes, repartidas en siete sacas de correo. Al llegar a Alemania, el Ministerio de Propaganda retiene y confisca las cartas con el pretexto de publicarlas en un libro que muestre la heroica resistencia de los defensores de Stalingrado. Al analizarlas, descubren que la mitad de los hombres que han escrito las cartas demuestra actitud desleal o negativa, que un tercio es relativamente indiferente y que tan sólo el 2% es favorable al régimen de actuación del Estado Mayor. Ante estos datos, el Ministerio decide ocultarlas a la opinión pública y las guarda en los archivos del ejército. No se redacta ningún informe sobre lo encontrado en el Heinkel 111 y la historia se olvida. Pero en 1954 las cartas son descubiertas y leídas. En ese mismo año, "Letzte Briefe auf Stalingrad" (Las últimas cartas de Stalingrado) se publica en Alemania. Se trata de una colección de 39 cartas y fragmentos de gran impacto emocional escritas por soldados alemanes en Stalingrado en las que los hombres hablan de su desesperada situación e incluso se atreven a cuestionar al Estado Mayor y al propio Führer, a sabiendas de su funesto destino.He aquí un pequeño fragmento de esas 36 cartas escritas por soldados alemanes a sus familias:
Carta 1
…Mi vida no ha cambiado en nada; es ahora como hace diez años, bendito por las estrellas, maldito por los hombres. No tuve amigos, y tu sabes por qué no querían saber nada de mí. Era feliz cuando podía sentarme al telescopio y mirar al cielo y al mundo de las estrellas, feliz como un niño al que le permiten jugar con los astros.
... Fuiste mi mejor amiga, Mónica. Sí, lees bien, fuiste. El momento es demasiado serio como para bromas. Esta carta tardará en llegarte dos semanas. Por entonces ya habrás leído en los periódicos lo que ha tenido lugar aquí. No pienses mucho en ello, porque en realidad todo habrá terminado de forma diferente; deja que los demás se preocupen de la "película de los hechos".¿Qué son ellos para ti o para mí? Siempre pensaba en años luz, pero sentía en segundos. Además, aquí tengo mucho trabajo con el tiempo. Somos cuatro, y si las cosas continúan como hasta ahora podemos darnos por contentos.
Lo que hacemos es muy sencillo. Nuestro tarea consiste en medir las temperaturas y la humedad, informar sobre la visibilidad y los bancos de nubes.
Si algún burócrata leyera lo que aquí escribo obtendría una flagrante violación de la seguridad militar. Mónica, ¿qué es nuestra vida comparada con los muchos millones de años del cielo estrellado?. En esta hermosa noche, Andrómeda y Pegaso están justo sobre mi cabeza. Las he mirado mucho tiempo; pronto estaré muy cerca de ellas. Mi paz y mi felicidad se las debo a las estrellas, de las cuales tu eres la mas bella para mí. Las estrellas son eternas, pero la vida de un hombre es como una mota de polvo en el universo.
A mi alrededor todo se derrumba, un ejército entero muere, el día y la noche arden...y cuatro hombres se atarean con informes diarios sobre temperaturas y bancos de nubes. No sé mucho sobre la guerra. Ningún ser humano ha muerto por mi mano. Nunca he disparado munición real con mi pistola. Pero sé muy bien una cosa: la otra parte nunca ha mostrado ni una pizca de comprensión por sus hombres. Me habría gustado contar estrellas unas cuantas décadas más, pero ahora nada parece ir en ese sentido.
Carta 2
Hoy hablé con Hermann. Está al sur del frente. A unos cientos de metros de mí. No queda mucho de su regimiento. Pero el hijo de B. el panadero todavía está con él. Hermann aún tenía la carta en la que nos contabas la muerte de papá y mamá. Le hablé una vez más, por ser el hermano mayor, e intenté consolarle, aunque yo también estoy al límite. Es bueno que papá y mamá no sepan que Hermann y yo nunca volveremos a casa. Es muy duro el que tengas que cargar con el peso de cuatro personas muertas a lo largo de toda tu vida.
...Yo quería ser teólogo, papá quería tener una casa, y Hermann quería construir fuentes. Nada ha salido como debiera. Tu sabes como está la cosa en casa, y nosotros sabemos demasiado bien lo que pasa aquí. No, la verdad es que esas cosas que planeamos no han salido como imaginábamos. Nuestros padres están enterrados bajo las ruinas de su casa, y nosotros, aunque suene irónico, estamos enterrados con unos cientos o más de hombres en una trinchera en la parte sur de la bolsa. Pronto, estas trincheras estarán llenas de nieve.
Carta 3
El Führer nos hizo la firme promesa de sacarnos de aquí; nos lo leyó y creimos en ello firmemente. Incluso ahora aún lo creo, porque he de creer en algo. Si no es cierto ¿en que otra cosa podría creer? Dentro de poco no tendré necesidad de primavera, verano o de algo agradable. Por lo que, abandonarme a mi destino, querida Greta; toda mi vida, al menos ocho años de ella, creí en el Führer y su palabra. Es terrible como dudan aquí, y vergonzoso escuchar lo que dicen sin poder responder, porque los hechos están de su parte.
En enero cumplirás veintiocho. Eso es ser aún muy joven para una mujer guapa, y me gustaría poderte decir este cumplido una y otra vez. Me echarás mucho de menos, pero incluso así, no te aisles. Deja pasar unos meses, pero no más. Gertrud y Claus necesitan un padre. No olvides que debes vivir para los niños y no les hables demasiado de su padre.
Los niños olvidan pronto, especialmente a esa edad. Fíjate bien en el hombre que elijas, toma nota de sus ojos y de la presión de su apretón de manos, como fue nuestro caso, y no te equivocarás. Pero sobre todo, anima a los niños a ser personas rectas que puedan llevar la cabeza bien alta y mirar a todo el mundo directamente a los ojos. Te escribo estas líneas apenado. No me creerías si te dijera que ha sido fácil, pero no te preocupes. No me asusta lo que se avecina. Repitete a ti misma y a los niños cuando sean mayores que su padre nunca fue un cobarde, y que ellos nunca deben serlo.
Fuente: http://stalingradoestalingrado.blogia.com/