La Masacre de Lídice
Publicado: 05 04 2014 04:15
La tragedia de Lídice
Lídice en el verano de 1941
- La trágica historia de Lídice
- El Memorial de Lídice
- Vídeos
- Para más información
- Fuentes
Lídice antes de 1942
1. La trágica historia de Lídice
Tras el atentado contra Reinhard Heydrich en Praga, el 27 de mayo de 1942, se movilizaron hasta 5.000 efectivos para dar caza a todo aquel que pudiera tener algo que ver con el atentado. Se declaró el toque de queda y se procedió a registros domiciliarios sin necesidad de orden judicial, además de ofrecerse una recompensa de 20.000 coronas a quien facilitase información clave para encontrar a los culpables.
Karol Kurda, miembro de la Resistencia Checa, atraído por la recompensa o quizá horrorizado ante las represalias que se estaban tomando, delató el escondrijo de los miembros de la Operación Antropoide, en la iglesia de San Cirilo y Metodio de Praga. Este acto le supondría la ejecución por traición una vez terminada la guerra.
Muertos los agentes de la resistencia responsables del atentado, los jerarcas nazis no quedaron satisfechos y se propusieron buscar culpables donde no los había, el escarmiento debía ser ejemplar.
Se sucedieron entonces una serie de represalias que acabarían con la muerte de miles de personas sospechosas de conocer, ocultar o cooperar en el atentado del “Verdugo de Praga”, entre ellas decenas de familiares de los miembros del grupo directamente implicado en la Operación Antropoide.
Pero quizá la venganza más terrible se cometió con la masacre y posterior destrucción del pueblo de Lídice, a 16 km de Praga, en el distrito minero de Kladno, un apacible pueblecito rural de 483 habitantes, de los cuales 192 eran hombres, 196 mujeres y 95 niños.
Aunque la minería y la agricultura eran sectores predominantes en la zona, las ocupaciones laborales eran variadas:
47 hombres trabajaban en los complejos metalúrgicos y mineros, 28 eran artesanos, 20 propietarios de renta, 19 agricultores, 12 jubilados, 10 negociantes, 5 aprendices, 2 taxistas, 2 guardias municipales, 2 sastres, el alcalde, el párroco, el sacristán y un profesor; mientras tanto las mujeres se ocupaban de las alquerías, aunque 110 eran amas de casa, 4 merceras, 2 estudiantes y una empleada de correos.
Tras el atentado contra Reinhard Heydrich en Praga, el 27 de mayo de 1942, se movilizaron hasta 5.000 efectivos para dar caza a todo aquel que pudiera tener algo que ver con el atentado. Se declaró el toque de queda y se procedió a registros domiciliarios sin necesidad de orden judicial, además de ofrecerse una recompensa de 20.000 coronas a quien facilitase información clave para encontrar a los culpables.
Karol Kurda, miembro de la Resistencia Checa, atraído por la recompensa o quizá horrorizado ante las represalias que se estaban tomando, delató el escondrijo de los miembros de la Operación Antropoide, en la iglesia de San Cirilo y Metodio de Praga. Este acto le supondría la ejecución por traición una vez terminada la guerra.
Muertos los agentes de la resistencia responsables del atentado, los jerarcas nazis no quedaron satisfechos y se propusieron buscar culpables donde no los había, el escarmiento debía ser ejemplar.
Se sucedieron entonces una serie de represalias que acabarían con la muerte de miles de personas sospechosas de conocer, ocultar o cooperar en el atentado del “Verdugo de Praga”, entre ellas decenas de familiares de los miembros del grupo directamente implicado en la Operación Antropoide.
Pero quizá la venganza más terrible se cometió con la masacre y posterior destrucción del pueblo de Lídice, a 16 km de Praga, en el distrito minero de Kladno, un apacible pueblecito rural de 483 habitantes, de los cuales 192 eran hombres, 196 mujeres y 95 niños.
Aunque la minería y la agricultura eran sectores predominantes en la zona, las ocupaciones laborales eran variadas:
47 hombres trabajaban en los complejos metalúrgicos y mineros, 28 eran artesanos, 20 propietarios de renta, 19 agricultores, 12 jubilados, 10 negociantes, 5 aprendices, 2 taxistas, 2 guardias municipales, 2 sastres, el alcalde, el párroco, el sacristán y un profesor; mientras tanto las mujeres se ocupaban de las alquerías, aunque 110 eran amas de casa, 4 merceras, 2 estudiantes y una empleada de correos.
Trabajadores de Lídice
A pesar de ser un pequeño pueblo rural de la época, Lídice contaba con un club deportivo, una escuela con dos aulas, una filial del Banco Kampeliska, un molino, un taller, un círculo de lectores, un cuerpo de bomberos, tres alquerías y unas cien viviendas, además de la iglesia de San Martín.
La pesadilla para Lídice y sus habitantes empezó con una carta encontrada entre las pertenencias de Josef Horak, uno de los paracaidistas que participara en el atentado contra Heydrich. En la inocente misiva simplemente mandaba saludos a sus familiares de este pueblo. Se interrogó a los familiares pero nada se pudo sacar en limpio.
El asunto llega a oídos de Hitler, quien comienza a presionar desde Berlín de una forma desmedida para que se encuentren culpables y evidencias en el pueblo. Se suceden entonces una serie de calamidades que acabarían por poner los clavos al ataúd de Lídice.
Una fatal carta de desamor
Vaclav Riha, vecino de Lídice, había marchado a Inglaterra con otros compañeros, pero antes de su partida entabló una relación amorosa con Anna Marusczakova, una joven del lugar. Vaclav estaba casado y, para evitar ser descubierto, escribía a Anna bajo el sobrenombre de Milán. Vaclav, sabedor de que Anna se relacionaba con alguna gente de Lídice, le pide en una carta que le traslade a la familia Horak la noticia de que su hijo Pepik, (Josef Horak), ha llegado bien a Inglaterra y que se ha unido a la resistencia checa en aquel país.
Meses después la relación se deteriora y Vaclav escribe a su amante una nueva carta, esta vez para insistir en la conveniencia de romper con la aventura amorosa.
La pesadilla para Lídice y sus habitantes empezó con una carta encontrada entre las pertenencias de Josef Horak, uno de los paracaidistas que participara en el atentado contra Heydrich. En la inocente misiva simplemente mandaba saludos a sus familiares de este pueblo. Se interrogó a los familiares pero nada se pudo sacar en limpio.
El asunto llega a oídos de Hitler, quien comienza a presionar desde Berlín de una forma desmedida para que se encuentren culpables y evidencias en el pueblo. Se suceden entonces una serie de calamidades que acabarían por poner los clavos al ataúd de Lídice.
Una fatal carta de desamor
Vaclav Riha, vecino de Lídice, había marchado a Inglaterra con otros compañeros, pero antes de su partida entabló una relación amorosa con Anna Marusczakova, una joven del lugar. Vaclav estaba casado y, para evitar ser descubierto, escribía a Anna bajo el sobrenombre de Milán. Vaclav, sabedor de que Anna se relacionaba con alguna gente de Lídice, le pide en una carta que le traslade a la familia Horak la noticia de que su hijo Pepik, (Josef Horak), ha llegado bien a Inglaterra y que se ha unido a la resistencia checa en aquel país.
Meses después la relación se deteriora y Vaclav escribe a su amante una nueva carta, esta vez para insistir en la conveniencia de romper con la aventura amorosa.
Documentación de Anna Marusczakova y Vaclav Riha
Pero la carta no llega a su destinataria, ya que es entregada en el taller donde trabaja Anna y ese día no acude a su puesto. La carta cae en manos de su jefe, Frantisek Palà, un colaboracionista checo que, enterado de las sospechas que ya rondaban sobre el pueblo y viendo un sello de Inglaterra no duda en abrir el sobre.
La mala redacción de Vaclav unida al nerviosismo del momento de escribirla y el uso de pseudónimos y palabras clave para evitar descubrir su identidad, hacen sospechar a Frantisek que de inmediato la entrega a las autoridades.
Anna es detenida, interrogada y torturada hasta que acaba mencionando la historia de Josef Horak y su familia de Lídice.
La paranoia de una conspiración general en el pueblo empieza a cundir entre las SS y la Gestapo de Praga.
La mala redacción de Vaclav unida al nerviosismo del momento de escribirla y el uso de pseudónimos y palabras clave para evitar descubrir su identidad, hacen sospechar a Frantisek que de inmediato la entrega a las autoridades.
Anna es detenida, interrogada y torturada hasta que acaba mencionando la historia de Josef Horak y su familia de Lídice.
La paranoia de una conspiración general en el pueblo empieza a cundir entre las SS y la Gestapo de Praga.
Una madre de Lídice con su hijo
Hitler, a pesar de ser advertido de las insustanciales pruebas de una conspiración por parte de los habitantes de Lídice, ordena, en uno de sus arrebatos de locura, destruir completamente el pueblo y ejecutar a sus habitantes de forma que el pueblo quede borrado para siempre de la faz de la tierra y sirva de ejemplo para Chequia.
El 8 de Junio de 1942, Reinhard Heydrich muere en el hospital a causa de las heridas sufridas y a su negativa a ser tratado por médicos no alemanes y a recibir transfusiones de sangre no aria. Ahora si que ya nadie podía salvar a Lídice.
Al día siguiente, 9 de Junio a las 21:00 horas, 200 soldados de las SS y agentes de la Ordnungspolizei liderados por Horst Böhme junto con 100 colaboracionistas de la Policía Checa, se apostan en los alrededores del pueblo. Unos cuantos se introducen en la escuela a la espera de que, al llegar la mañana, comenzasen a llegar los niños y profesores.
El 8 de Junio de 1942, Reinhard Heydrich muere en el hospital a causa de las heridas sufridas y a su negativa a ser tratado por médicos no alemanes y a recibir transfusiones de sangre no aria. Ahora si que ya nadie podía salvar a Lídice.
Al día siguiente, 9 de Junio a las 21:00 horas, 200 soldados de las SS y agentes de la Ordnungspolizei liderados por Horst Böhme junto con 100 colaboracionistas de la Policía Checa, se apostan en los alrededores del pueblo. Unos cuantos se introducen en la escuela a la espera de que, al llegar la mañana, comenzasen a llegar los niños y profesores.
Foto en la escuela de Lidice publicadas en 1942 por un desconocido
A las 00:00 horas se da la fatídica orden:
“Führerbefehl: Lidz wird mit derm Erdboden gleichgemacht und die Bevölkerung erchossen”.
(“Orden del Führer: Lídice será arrasado hasta el suelo y la población masculina fusilada”.)
Poco antes del amanecer, los soldados en grupos de cinco, irrumpen en las casas llamando a golpes en las puertas y obligando a la gente a salir a la calle. Entran en el ayuntamiento y ordenan al alcalde que les entregue el contenido de las arcas municipales, que queda inmediatamente confiscado. Entre esto y el dinero del banco se hacen con un botín de más de 700.000 coronas, además de gran cantidad de joyas y dinero de los vecinos así como de reliquias de la iglesia.
A empujones se llevan a los aterrorizados vecinos a la plaza del pueblo, donde separan a los hombres mayores de 16 años y los conducen a la granja de la familia Horak, mientras encierran en la escuela a mujeres y niños.
“Führerbefehl: Lidz wird mit derm Erdboden gleichgemacht und die Bevölkerung erchossen”.
(“Orden del Führer: Lídice será arrasado hasta el suelo y la población masculina fusilada”.)
Poco antes del amanecer, los soldados en grupos de cinco, irrumpen en las casas llamando a golpes en las puertas y obligando a la gente a salir a la calle. Entran en el ayuntamiento y ordenan al alcalde que les entregue el contenido de las arcas municipales, que queda inmediatamente confiscado. Entre esto y el dinero del banco se hacen con un botín de más de 700.000 coronas, además de gran cantidad de joyas y dinero de los vecinos así como de reliquias de la iglesia.
A empujones se llevan a los aterrorizados vecinos a la plaza del pueblo, donde separan a los hombres mayores de 16 años y los conducen a la granja de la familia Horak, mientras encierran en la escuela a mujeres y niños.
De los 192 hombres, se fusiló a 171 inmediatamente.
Cubrieron un muro con colchones para evitar que las balas rebotasen y empezaron haciéndolos salir de cinco en cinco, pero dado el número de víctimas y para agilizar el horrendo proceso, se pasó a fusilarlos de diez en diez. Ningún hombre pidió clemencia, todos mantuvieron la cabeza muy alta hasta el último momento, cogidos de la mano. Al irse acumulando los cadáveres contra el muro, cada nueva tanda que se colocaba en el paredón se situaba más cerca de sus verdugos, lo que obligaba a estos a retroceder cada cierto tiempo.
Cubrieron un muro con colchones para evitar que las balas rebotasen y empezaron haciéndolos salir de cinco en cinco, pero dado el número de víctimas y para agilizar el horrendo proceso, se pasó a fusilarlos de diez en diez. Ningún hombre pidió clemencia, todos mantuvieron la cabeza muy alta hasta el último momento, cogidos de la mano. Al irse acumulando los cadáveres contra el muro, cada nueva tanda que se colocaba en el paredón se situaba más cerca de sus verdugos, lo que obligaba a estos a retroceder cada cierto tiempo.
Fusilamientos de Lídice
171 hombres de 192 fueron fusilados
Ocho vecinos que se encontraban recluidos en la prisión de Kladno y 11 que se encontraban fuera del pueblo en esos momentos, fueron localizados y ejecutados poco después. Dos hombres más optaron por el suicidio antes de entregarse al pelotón de fusilamiento, un trabajador de la metalurgia que se cortó las venas y el molinero que se ahorcó.
A las 11:30 de la mañana el pueblo es saqueado y arrasado, incendiado y demolido mediante explosivos. Toda la destrucción es meticulosamente grabada con cámara:
A las 11:30 de la mañana el pueblo es saqueado y arrasado, incendiado y demolido mediante explosivos. Toda la destrucción es meticulosamente grabada con cámara:
Toda la destrucción es meticulosamente grabada con cámara
A las 11:30 de la mañana el pueblo es saqueado y arrasado, incendiado y demolido mediante explosivos
Lídice después de su destrucción
Lídice antes y despues de su destrucción
Imágenes aéreas de la época, antes y después de la destrucción del pueblo:
Fotografía aérea de Lídice antes de su destrucción
Fotografía aérea de Lídice después de su destrucción
Los cadáveres de los hombres fueron enterrados tras la granja en una fosa común excavada por judíos del gueto de Terezín, próximo a Praga.
Ni siquiera los animales se salvaron de la matanza, muchos de ellos acribillados ante los ojos aterrorizados de los niños que lloraban al perder a sus mascotas. Otros murieron a causa de las explosiones y los incendios.
Ni siquiera los animales se salvaron de la matanza, muchos de ellos acribillados ante los ojos aterrorizados de los niños que lloraban al perder a sus mascotas. Otros murieron a causa de las explosiones y los incendios.
Al día siguiente los alemanes regresan para acabar de demoler las ruinas de Lídice y celebran su “hazaña” con un banquete a cuenta del pillaje del día anterior.
El asunto debió ser divertido, a juzgar por la sonrisa de este soldado:
Por último se procedió a remover y arar la tierra con el fin de que no quedase ni el más mínimo rastro: "que donde un día estuvo Lídice no crezca más que el maíz".
Incluso se pensó en construir una villa como regalo para la viuda de Heydrich, pero al final la macabra idea no se llevó a cabo.
Las 196 mujeres con sus hijos fueron confinadas en escuelas y locales de Kladno. Unos días más tarde los niños son forzados a separarse de sus madres, lo que aumenta más si cabe las escenas de dolor. De nada servían las falsas promesas que les ofrecían los alemanes a las madres de devolverlos sanos y salvos.
Posteriormente, las mujeres son deportadas al campo de concentración de Ravensbrück, incluidas cuatro embarazadas que fueron sometidas a aborto en el hospital de Bulovká. 53 de ellas murieron antes de terminar la guerra.
De los 95 niños, 83 son llevados al gueto de la calle Gneisenau, en Lódl, con la intención de ser posteriormente deportados a Chelmno pero ninguno llega vivo. Las órdenes dadas a los responsables del gueto eran cínicamente claras: “Los niños no necesitan ningún cuidado especial”. Y así se hizo.
Se introdujeron en camiones para su traslado pero se recircularon los gases de escape hacia la caja para provocarles la asfixia. Antes de asesinarlos les obligaron a escribir cartas a sus madres para infundirles la falsa idea de que estaban bien, pero a esas alturas muchas ya habían fallecido.
Varios fueron instruidos en las SS y el resto se dio en adopción ilegal a familias germanas después de superar una revisión para certificar su aptitud según los requisitos arios y de ser germanizados y reeducados en las Lebensborn.
Muy pocos pudieron volver a ver a sus madres, muchos años después, y ni siquiera recordaban su idioma natal, el checo.
Los pueblos vecinos enseguida informan a los Aliados del suceso y la noticia se propaga hasta Inglaterra, Estados Unidos y Latinoamérica. El Daily Telegraph publica el titular: “Una cosa tan horrenda no sucedía desde la Edad Media”.
Incluso se pensó en construir una villa como regalo para la viuda de Heydrich, pero al final la macabra idea no se llevó a cabo.
Las 196 mujeres con sus hijos fueron confinadas en escuelas y locales de Kladno. Unos días más tarde los niños son forzados a separarse de sus madres, lo que aumenta más si cabe las escenas de dolor. De nada servían las falsas promesas que les ofrecían los alemanes a las madres de devolverlos sanos y salvos.
Posteriormente, las mujeres son deportadas al campo de concentración de Ravensbrück, incluidas cuatro embarazadas que fueron sometidas a aborto en el hospital de Bulovká. 53 de ellas murieron antes de terminar la guerra.
De los 95 niños, 83 son llevados al gueto de la calle Gneisenau, en Lódl, con la intención de ser posteriormente deportados a Chelmno pero ninguno llega vivo. Las órdenes dadas a los responsables del gueto eran cínicamente claras: “Los niños no necesitan ningún cuidado especial”. Y así se hizo.
Se introdujeron en camiones para su traslado pero se recircularon los gases de escape hacia la caja para provocarles la asfixia. Antes de asesinarlos les obligaron a escribir cartas a sus madres para infundirles la falsa idea de que estaban bien, pero a esas alturas muchas ya habían fallecido.
Varios fueron instruidos en las SS y el resto se dio en adopción ilegal a familias germanas después de superar una revisión para certificar su aptitud según los requisitos arios y de ser germanizados y reeducados en las Lebensborn.
Muy pocos pudieron volver a ver a sus madres, muchos años después, y ni siquiera recordaban su idioma natal, el checo.
Los pueblos vecinos enseguida informan a los Aliados del suceso y la noticia se propaga hasta Inglaterra, Estados Unidos y Latinoamérica. El Daily Telegraph publica el titular: “Una cosa tan horrenda no sucedía desde la Edad Media”.
La campaña ‘Lidice Shall Live’ fue una contundente respuesta a la afirmación de Hitler de que ‘Lidice morirá para siempre’
La repercusión es tal que muchos pueblos de América se hermanan con la localidad e incluso cambian su nombre por el de Lídice. Muchas personas deciden además bautizar a sus hijos con este nombre.
En 1949 comienzan las obras de construcción del nuevo pueblo y en 1991 el acondicionamiento y recuperación de la zona de ubicación original.
Hoy en día el pueblo nuevo es una tranquila y pequeña población de viviendas unifamiliares, situado en los terrenos adyacentes al antiguo pueblo:
En 1949 comienzan las obras de construcción del nuevo pueblo y en 1991 el acondicionamiento y recuperación de la zona de ubicación original.
Hoy en día el pueblo nuevo es una tranquila y pequeña población de viviendas unifamiliares, situado en los terrenos adyacentes al antiguo pueblo:
El nuevo Lídice
En el centro urbano existe una galería-museo dedicada a su trágica historia:
Galería-museo de Lídice
2. El Memorial de Lídice
El Memorial se encuentra a las afueras del actual Lídice, y se compone de un Museo, un jardín conmemorativo, una estatua en memoria de los niños asesinados y un extenso campo salpicado por los restos de los basamentos de algunos edificios importantes, estatuas y monumentos.
Los restos no tienen nada que ver visualmente con Oradour sur Glane, por ejemplo, del que se conservan los edificios y las calles además de objetos cotidianos de sus habitantes. No obstante, es increíble cómo un lugar tan aparentemente vacío puede llegar a sobrecoger tanto, y es precisamente por eso, por la desolación que inspira.
Plano general del memorial:
El Memorial se encuentra a las afueras del actual Lídice, y se compone de un Museo, un jardín conmemorativo, una estatua en memoria de los niños asesinados y un extenso campo salpicado por los restos de los basamentos de algunos edificios importantes, estatuas y monumentos.
Los restos no tienen nada que ver visualmente con Oradour sur Glane, por ejemplo, del que se conservan los edificios y las calles además de objetos cotidianos de sus habitantes. No obstante, es increíble cómo un lugar tan aparentemente vacío puede llegar a sobrecoger tanto, y es precisamente por eso, por la desolación que inspira.
Plano general del memorial:
El acceso principal al memorial es desde una explanada que alberga un museo y un parking. En primer lugar entramos en el Jardín de la Amistad y la Paz:
Vista aérea del acceso principal
Jardín de la Amistad y la Paz
Este monumento recuerda a otros pueblos arrasados por la SGM en diversas partes del mundo:
Descendiendo hacia el lugar donde se encontraba el pueblo, se alza este impresionante monumento en memoria de los niños víctimas de esta matanza y de todas las guerras. Es uno de los monumentos más sobrecogedores que he visto, ya que a diferencia de otros más abstractos o simbólicos, éste es la viva imagen del miedo y desamparo que tuvieron que sufrir.
Aunque parezcan demasiadas fotos de una misma escultura, cada una de ellas habla por sí sola:
Aunque parezcan demasiadas fotos de una misma escultura, cada una de ellas habla por sí sola:
Esculturas de los niños de Lídice
Os aseguro que la imagen de la niña del centro pone los pelos de punta:
Esculturas de los niños de Lídice
A los pies del monumento muchos visitantes dejan ofrendas y juguetes en recuerdo de los niños de Lídice:
Placa en agradecimiento a los autores y colaboradores en la creación del monumento:
La escultora Marie Uchytilóva durante la creación de una de las piezas:
Continuamos el descenso hacia el pueblo:
Volviendo la vista al norte, vemos el monumento a los niños y al fondo el museo:
Monumento a los niños y al fondo el museo
Este es el lugar donde judíos forzados del gueto de Terezín enterraron a los hombres del pueblo tras ser fusilados:
Lugar de enterramiento de los fusilados
Al lado hay una estatua conmemorativa:
Estatua conmemorativa
Estos son los restos de la granja de la familia Horak, donde se fusiló en masa a los hombres:
Restos de la granja de la familia Horak
Llegando al puente que daba acceso al pueblo hay un pequeño monumento a los héroes de la PGM:
Monumento a los héroes de la PGM
Mirando al norte desde el puente:
Justo al pasar el puente vemos este árbol que aparentemente no tiene nada de especial:
Pero este árbol tiene una historia particular, al tratarse del único rastro superviviente del pueblo tras la destrucción. En la zona donde está plantado se ubicaba la plaza del pueblo, bajo la iglesia, y aquí existía un peral que al secarse fue arrancado por el policía municipal.
En 1941, una vecina llamada Anna Pekova planta otros tres perales nuevos que un año más tarde sufren la ira de los nazis junto al resto del pueblo. Los escombros y la onda expansiva de la demolición de la iglesia dañan al árbol que pasa desapercibido para los alemanes, sobreviviendo hasta la actualidad como testigo mudo de la barbarie.
En 2001, varios vecinos, entre ellos la señora Pekova, que curiosamente logró sobrevivir, confirmaron la identidad del árbol que desde 2007 se encuentra protegido por ley. En la primera foto del artículo se ve el puente que da entrada al pueblo y a la izquierda del primer edificio, los árboles.
Entrando en lo que era ya el centro del pueblo, pasado el puentecillo, ascendemos hacia los restos de la base de la iglesia de San Martin:
En 1941, una vecina llamada Anna Pekova planta otros tres perales nuevos que un año más tarde sufren la ira de los nazis junto al resto del pueblo. Los escombros y la onda expansiva de la demolición de la iglesia dañan al árbol que pasa desapercibido para los alemanes, sobreviviendo hasta la actualidad como testigo mudo de la barbarie.
En 2001, varios vecinos, entre ellos la señora Pekova, que curiosamente logró sobrevivir, confirmaron la identidad del árbol que desde 2007 se encuentra protegido por ley. En la primera foto del artículo se ve el puente que da entrada al pueblo y a la izquierda del primer edificio, los árboles.
Entrando en lo que era ya el centro del pueblo, pasado el puentecillo, ascendemos hacia los restos de la base de la iglesia de San Martin:
Restos de la base de la iglesia de San Martin
“Mujer llorando”, escultura de Karel Lidický, (1957):
Mujer llorando
Detrás de la iglesia se encontraba la escuela, donde encerraron a niños y mujeres para que no presenciaran la matanza de los hombres:
Zona trasera de la iglesia
Junto a los restos de la escuela vemos la escultura “Madre de Lídice”:
Escultura Madre de Lídice
Vista aérea de los restos de la escuela
Restos del antiguo cementerio del pueblo, del que ni siquiera respetaron las tumbas:
Restos del antiguo cementerio del pueblo
Imagen antigua tomada desde el cementerio, hacia el norte:
Lídice, Checoslovaquia en la década de 1930. La iglesia de San Martín construida en 1732, vista a lo lejos del cementerio de la aldea.
Google Maps: Memorial de Lidice
Esta es la historia de otro símbolo de la sinrazón y la brutalidad inhumana e injustificada de un régimen demencial que, paradójicamente, obtuvo precisamente el efecto contrario al que deseaba, y es que el recuerdo de Lídice sobrevivió a su martirio y quedará para siempre en la memoria del mundo.
"Cuando las futuras generaciones pregunten por qué luchamos, recordadles la historia de Lídice"
Frank Knox, Ministro de Marina de los EEUU, (1940-44).
Esta es la historia de otro símbolo de la sinrazón y la brutalidad inhumana e injustificada de un régimen demencial que, paradójicamente, obtuvo precisamente el efecto contrario al que deseaba, y es que el recuerdo de Lídice sobrevivió a su martirio y quedará para siempre en la memoria del mundo.
"Cuando las futuras generaciones pregunten por qué luchamos, recordadles la historia de Lídice"
Frank Knox, Ministro de Marina de los EEUU, (1940-44).
3. Vídeo
Imágenes de la época:
Trailer de la película checa "Lídice", (2011):
4. Para más información
Biografía de Reinhard Heydrich
5. Fuentes
Fotos actuales tomadas durante mi visita.
http://www.eurasia1945.com/acontecimien ... en-lidice/
http://www.ciudadccs.info/?p=300901
http://www.lidice.cz/obec/historie/jak/119f.html
http://aktualne.atlas.sk/obrazom-pred-7 ... ika/foto/5
http://zpravy.idnes.cz/zena-z-noveho-bo ... -zpravy_tm
http://zahranicni.eurozpravy.cz/eu/5104 ... e-esesaci/
http://www.tyden.cz/rubriky/kultura/ume ... 0CANreKCpk
http://kladensky.denik.cz/zpravy_region ... 21010.html
http://www.i60.cz/clanek_1008_lidice-by ... nemci.html
http://www.vscr.cz/client_data/1/photog ... idice2.jpg
http://damadenegro.files.wordpress.com/2013/08/083.jpg
http://www.amargolles.net/?p=1527