Un nuevo monumento para conmemorar el papel de las víctimas en Budapest bajo la ocupación alemana 1944-1945. Los críticos dicen que el proyecto no tiene nada que ver con el Holocausto.
Funcionarios de la Cruz Flechada en Budapest después de la toma de control del movimiento fascista en octubre del 44
En marzo de 1939, en el centro de Europa comenzó una extraña guerra. Tropas húngaras cruzaron la frontera sin declarar la guerra a la Primera República Eslovaca. Tras dos semanas, se la llamó “La Guerra Chiquita” y, al finalizar, 30 personas habían perdido la vida.
Después de la destrucción del resto de Checoslovaquia, Hitler se erigió como protector de la Eslovaquia independiente. Por su parte, el Tercer Reich ofreció los Balcanes como moneda de cambio en función de sus intereses. Hungría redujo sus posesiones, ya que casi el 70% de su territorio fue tomado por los vencedores, y se unió a los países de reciente formación en el sudeste europeo, sumándose a la revisión de fronteras.
Lo mismo ocurrió con Rumanía, que recibió el mismo trato que Hungría. Ambos vieron cómo su socio principal pasaba a ser el régimen nazi, que los convenció de aliarse con la Wehrmacht para la guerra contra la Unión Soviética. La intención de revisar los resultados de la Primera Guerra Mundial fue la política húngara de referencia hasta 1944, cuando el frente oriental se acercó peligrosamente.
El 19 de marzo de 2014 estaba prevista la inauguración del monumento que conmemora el 70º aniversario de la “Operación Margarethe”, con la que se desarmó al ejército húngaro y se ocupó el país. La obra representa a un águila imperial alemana y al Arcángel Gabriel cayendo en picado, símbolo de Hungría. Con esta interpretación, Hungría rechaza cualquier responsabilidad por el Holocausto en su territorio.
Apenas un mes después de la ocupación, comenzó la deportación de judíos a los campos de exterminio, principalmente a Auschwitz-Birkenau. Dos meses más tarde, bajo la dirección de Adolf Eichmann, unos 450.000 judíos fueron enviados a la muerte.
Las asociaciones de víctimas sostienen que el Estado húngaro tuvo parte de responsabilidad, ya que ni su ejército ni su pueblo ofrecieron la mínima resistencia a la invasión alemana.
Incluso bajo el régimen de Miklós H.
Funcionarios de la Cruz Flechada en Budapest después de la toma de control del movimiento fascista en octubre del 44En marzo de 1939, en el centro de Europa comenzó una extraña guerra. Tropas húngaras cruzaron la frontera sin declarar la guerra a la Primera República Eslovaca. Tras dos semanas, se la llamó “La Guerra Chiquita” y, al finalizar, 30 personas habían perdido la vida.
Después de la destrucción del resto de Checoslovaquia, Hitler se erigió como protector de la Eslovaquia independiente. Por su parte, el Tercer Reich ofreció los Balcanes como moneda de cambio en función de sus intereses. Hungría redujo sus posesiones, ya que casi el 70% de su territorio fue tomado por los vencedores, y se unió a los países de reciente formación en el sudeste europeo, sumándose a la revisión de fronteras.
Lo mismo ocurrió con Rumanía, que recibió el mismo trato que Hungría. Ambos vieron cómo su socio principal pasaba a ser el régimen nazi, que los convenció de aliarse con la Wehrmacht para la guerra contra la Unión Soviética. La intención de revisar los resultados de la Primera Guerra Mundial fue la política húngara de referencia hasta 1944, cuando el frente oriental se acercó peligrosamente.
El 19 de marzo de 2014 estaba prevista la inauguración del monumento que conmemora el 70º aniversario de la “Operación Margarethe”, con la que se desarmó al ejército húngaro y se ocupó el país. La obra representa a un águila imperial alemana y al Arcángel Gabriel cayendo en picado, símbolo de Hungría. Con esta interpretación, Hungría rechaza cualquier responsabilidad por el Holocausto en su territorio.
Apenas un mes después de la ocupación, comenzó la deportación de judíos a los campos de exterminio, principalmente a Auschwitz-Birkenau. Dos meses más tarde, bajo la dirección de Adolf Eichmann, unos 450.000 judíos fueron enviados a la muerte.
Las asociaciones de víctimas sostienen que el Estado húngaro tuvo parte de responsabilidad, ya que ni su ejército ni su pueblo ofrecieron la mínima resistencia a la invasión alemana.
Incluso bajo el régimen de Miklós H.
Fuente: http://www.welt.de/geschichte/zweiter-w ... sehen.html



