"En la Argentina hubo nazis que hasta fueron concejales"
Publicado: 26 10 2012 18:49
El autor de "Odessa al sur" contó asombrosos detalles de su investigación sobre los jerarcas de las SS que vivieron en nuestro país.

"La orden era que los oficiales teníamos que participar en los fusilamientos para dar el ejemplo". Esta terrible confesión fue realizada por Erich Priebke, uno de los jerarcas nazis que se instaló en la Argentina tras la Segunda Guerra Mundial, al periodista Jorge Camarasa, quien la publicó luego en su libro "Odessa al sur". Una reedición actualizada de la obra, que rastrea el papel de la Argentina como destino y refugio de esos criminales de guerra, fue presentado ayer en Tucumán, durante un encuentro organizado por la Kehilá y el Ente Cultural.
Editado por Aguilar, el libro es resultado de una paciente y minuciosa investigación en la que Camarasa accede a los entretelones de una compleja operación: la que aseguró el éxito de la inmigración, desde Europa a la Argentina, de criminales de guerra como Adolf Eichmann, Joseph Schwammberger, Walter Kutschmann, Klaus Barbie, Joseph Mengele, Priebke, Ante Pavelic, Gerhard Bohne y Dinko Sakic, entre otros.
"Tuvieron que pasar más de seis décadas para que los argentinos empezáramos a asimilar el papel que nuestro país desempeñó en la protección de esos criminales, así como los costos políticos que trajo aparejada esa terrible aventura", explica el autor. Él es licenciado en ciencias de la información por la Universidad Nacional de La Plata y fue colaborador de las revistas La Semana y El Periodista, y de los diarios La Razón, Clarín y La Nación.
Según Camarasa, desentrañar este tema -oculto durante décadas por los sucesivos gobiernos- no fue sencillo. "Hubo que empezar a buscar los testimonios en forma minuciosa, porque los que podían contar la historia, de alguna manera, habían participado de ella y, por lo tanto, se negaban a hablar", manifestó.
Además, los nazis que se instalaron en nuestro país, tuvieron un grado de inserción social bastante grande. "En Santa Rosa de Calamuchita vivía, por ejemplo, Ludolf von Alvensleben, quien fue miembro del Estado Mayor Alemán. Este hombre estaba en la Argentina con su verdadero nombre, era conecejal por el radicalismo, presidente del único club de fútbol del pueblo e inspector de caza y pesca de esa ciudad cordobesa. Algo realmente increíble porque el grado de arraigamiento era absoluto", señaló. Lo mismo pasó con otros nazis -en total fueron más de 200- que vivieron sin problemas en nuestro país. "Casi todos contaron con una organización adecuada, con la ayuda de la Iglesia Católica y la Cruz Roja Internacional, y con la complacencia del gobierno peronista, que llegó a crear verdaderos 'comités de bienvenida' para estos jerarcas", reveló Camarasa.
Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/517099/ ... jales.htmlEditado por Aguilar, el libro es resultado de una paciente y minuciosa investigación en la que Camarasa accede a los entretelones de una compleja operación: la que aseguró el éxito de la inmigración, desde Europa a la Argentina, de criminales de guerra como Adolf Eichmann, Joseph Schwammberger, Walter Kutschmann, Klaus Barbie, Joseph Mengele, Priebke, Ante Pavelic, Gerhard Bohne y Dinko Sakic, entre otros.
"Tuvieron que pasar más de seis décadas para que los argentinos empezáramos a asimilar el papel que nuestro país desempeñó en la protección de esos criminales, así como los costos políticos que trajo aparejada esa terrible aventura", explica el autor. Él es licenciado en ciencias de la información por la Universidad Nacional de La Plata y fue colaborador de las revistas La Semana y El Periodista, y de los diarios La Razón, Clarín y La Nación.
Según Camarasa, desentrañar este tema -oculto durante décadas por los sucesivos gobiernos- no fue sencillo. "Hubo que empezar a buscar los testimonios en forma minuciosa, porque los que podían contar la historia, de alguna manera, habían participado de ella y, por lo tanto, se negaban a hablar", manifestó.
Además, los nazis que se instalaron en nuestro país, tuvieron un grado de inserción social bastante grande. "En Santa Rosa de Calamuchita vivía, por ejemplo, Ludolf von Alvensleben, quien fue miembro del Estado Mayor Alemán. Este hombre estaba en la Argentina con su verdadero nombre, era conecejal por el radicalismo, presidente del único club de fútbol del pueblo e inspector de caza y pesca de esa ciudad cordobesa. Algo realmente increíble porque el grado de arraigamiento era absoluto", señaló. Lo mismo pasó con otros nazis -en total fueron más de 200- que vivieron sin problemas en nuestro país. "Casi todos contaron con una organización adecuada, con la ayuda de la Iglesia Católica y la Cruz Roja Internacional, y con la complacencia del gobierno peronista, que llegó a crear verdaderos 'comités de bienvenida' para estos jerarcas", reveló Camarasa.