La Segunda Guerra Mundial

AS DE PIQUE

Portada de As de Pique

Sinopsis

En el verano de 1942 comenzaron las misiones de la 8ª fuerza aérea norteamericana sobre territorio alemán. El contingente, estacionado en Gran Bretaña, tenía por cometido principal acabar con los nudos de comunicaciones, la industria bélica y cualquier soporte que ayudará al Reich a continuar luchando. Los aviadores americanos se encargaron de las misiones diurnas , consideradas mucho más arriesgadas que las nocturnas, responsabilidad esta última que recaía en los británicos.

Y es en este escenario donde se desarrolla As de Pique, serie creada por el guionista argentino Ricardo Barreiro y dibujada por su compatriota Juan Giménez. La serie supuso, no sólo el espaldarazo definitivo para la carrera de Giménez, sino la demostración, además, de que el hombre y la máquina podían compartir protagonismo en las páginas de un cómic sin que ninguno de ellos se resintiera.

La obra –magníficamente documentada por ambos autores- recrea los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, para ambos bandos. Por ello, leer As de Pique es una ocasión única para conocer la realidad de los grandes “raid” aéreos que llenaron los cielos europeos a mediados del pasado siglo y para ser un miembro más de la tripulación de una de aquellas fortalezas B-17, columna vertebral de la 8ª fuerza aérea norteamericana.


Opinión

Reconozco que no soy un aficionado al género del cómic, más allá de los Filemones y los Axtérix de juventud, pero cuando cayó en mis manos, de forma totalmente inesperada, esta obra fui rápidamente absorbido por su fuerza ilustrativa y su profundidad narrativa. Ya desde la primera lectura muchas son las cuestiones que llaman la atención del lector.

En primer lugar resulta sorprendente el profundo trabajo documental tanto de la ilustración como del texto. Nos encontramos actualmente en una época en la cualquiera de nosotros, sin una formación específica anterior, tienen casi infinito acceso a innumerables fuentes sobre el conflicto mundial (hablar de la verosimilitud de éstas es otra cuestión), pero otra cosa bien distinta es pensar en ese trabajo de documentación en los años de la década del 70 del pasado siglo, lo que realza, aún más, el resultado obtenido tanto por el ilustrador como por el escritor. Es destacable el ver cómo se consigue que tanto la tripulación como la nave en sí son los verdaderos protagonistas del cómic, de modo que no se pierde su vertiente de entretenimiento, pero tampoco su objetivo de contar una visión sobre la guerra.

Una vez que te sumerges en las historias también te sorprende el ver que no se trata de un cómic al uso. Sin perder las características que dan forma a este género, las historias de esta tripulación y de su nave se ve guiada por una profunda crítica a la guerra y, en especial, a su inhumanidad desde el punto de vista del individuo – de uno y otro bando-. En este sentido resulta especialmente llamativa la tira “Una misión de rutina” en la que despojada de los diálogos se nos muestra con toda su crudeza el bombardeo de una ciudad alemana y la consiguiente pérdida de vidas civiles.


Fuentes