Buenos tardes caballeros.
Había prometido defender la existencia de un “Casus Belli” a favor de Austria-Hungría contra Serbia, y como lo prometido es deuda, he estado recopilando algo de información y preparando mi alegato.
Empecemos por la parte objetiva.
I: Hechos conocidos a fecha de hoy 2 de julio de 1914.
- a) Las reacciones en Serbia tras el asesinato del archiduque:
a.
A nivel político el Primer Ministro Pasic informa a su gabinete que los serbios “no dudarán en defenderse y cumplir con su deber”. (28 de junio)
b.
A nivel de la calle parece que inmediatamente aumenta la agitación anti austríaca, exacerbándose el panserbianismo, empiezan a aparecer pasquines que denuncian el asesinato sistemático de serbios en Bosnia a manos de las autoridades austríacas (28 de junio y siguientes)
c.
A nivel diplomático el Embajador Serbio en San Petersburgo (una potencia amiga) declara ante la prensa para justificar la actuación Bosnia (que no serbia, echa la culpa a los Bosnios) contra Austria. Llega incluso a decir que las sociedades secretas denunciadas por Austria no existen. (29 de junio).
d.
A nivel policial, el Secretario General del Mº AAEE Serbio informa de que la policía serbia no está haciendo nada para esclarecer el asunto. (30 de junio). Luego iniciará una tibia investigación que termina en una semana.
e.
De nuevo a nivel político: Pasic envía una circular a sus embajadas y legaciones para informar de que está combatiendo “las manipulaciones de la prensa vienesa”, y por su parte se dedica a azuzar a los periódicos serbios contra Viena (1 de julio).
- b) La investigación del asesinato en Sarajevo.
a.
Princip y Cabrinovic, el tirador y el bombardero, han sido detenidos tras el atentado (28 de junio) y acaban confesando que todo forma parte de una conjura, dan nombres. Cabrinovic llega a afirmar que las armas utilizadas venían del arsenal de Kragujevac, Serbia, e incrimina a Ciganovic, un empleado de ferrocarril serbio. (29 de Junio)
b. Es detenido
Danilo Ilic, el coordinador de los dos equipos. Este se compromete a dar toda la información que tiene a cambio de alguna garantía de que no será condenado a muerte. Identifica a todos los participantes en la conjura: Princip, Cabrinovic, Grabez, Cubrilovic, Popovic y Mehmedbasic (parecen los galos de Asterix). Añade que tres de ellos provenían de Belgrado, y los otros tres habían sido reclutados directamente por él. (1 de julio).
c.
El entrenamiento, según información dada por los detenidos, se había llevado a cabo en Belgrado. Todos habían recibido órdenes de suicidarse después del asesinato, y para ello, además de sus pistolas, se les había dado una cápsula de cianuro.
- c) La espinosa cuestión del “aviso” a Viena.
a. Pasic: Es importante empezar por determinar si el primer Ministro Serbio sabía algo.
i.
Según afirma Ljuba Jovanovic, Ministro de Educación en su gobierno, en un retazo de sus memorias publicado en 1924, a finales de mayo o primeros de junio Pasic habría afirmado en una reunión de ministros que: “Hay gente que se está preparando para ir a Sarajevo a matar a Francisco Fernando”. El gabinete acordó ordenar el cierra de las fronteras.
ii.
Según otras fuentes ministeriales, en otra reunión posterior se debatió el hecho de que había armas cruzando a Bosnia por la frontera, esto se estaba haciendo a plena luz del día y con todo descaro.
iii. Además, según algunos autores,
Pasic tenía un infiltrado en la conjura. Según algunas fuentes se trató del Mayor Tankovic, el enlace entre Ciganovic y “Apis”; según otras era el propio Ciganovic, que era un infiltrado personal de Pasic en la Mano Negra.
b. Sobre el aviso a Viena de lo que se estaba cociendo.
i.
Durante la crisis Pasic negó la existencia de aviso alguno, y Austria también negó haberlo recibido.
ii.
Abel Ferry, subsecretario francés de Asuntos Extranjeros, anotó en su diario con fecha 1 de julio que había sostenido una conversación con el Embajador Serbio Milenko Vesnic, con quien era muy amigo, en la que este le dijo que el gobierno serbio había avisado al austríaco de la existencia de una conjura.
iii. En una entrevista concedida al
historiador italiano Magrini en 1915 el Agregado Militar Serbio en Viena afirmó que habían recibido un telegrama de Pasic que decía: “gracias a una filtración, el gobierno serbio tiene motivos para sospechar que se está preparando una conjura contra el archiduque con ocasión de su viaje a Bosnia”.
iv. Parece que a continuación el embajador Serbio
Jovan Jovanovic se reunió con León Bilinski y le indicó que una visita a Bosnia del heredero en el aniversario de la derrota de Kosovo podría ser considerado una provocación, y que entre los jóvenes serbios que servían en las fuerzas armadas austro-húngaras alguno podía cambiar las balas de fogueo de su rifle o de su revolver por una de verdad. Hay que tener en cuenta que Jovanovic era el candidato a Primer Ministro elegido por la Mano Negra si caía el gobierno de Pasic.
II: Concepto de Casus Belli.
Me ha sido prácticamente imposible encontrar una definición o al menos una enumeración de hechos concretos que pudieran ser considerados como tales en aquella época. Me remito entonces al Artº 2 de la Convención de La Haya de 1907, que había sido firmada tanto por Austria-Hungría como por Serbia, que definía los mecanismos de mediación internacionales para evitar una guerra, y dice: “En caso de grave disentimiento o de conflicto, antes de convocar a las armas, las Potencias contratantes acuerdan recurrir, tanto cuanto las circunstancias lo permitan, a los buenos oficios o a la mediación de una o de varias Potencias amigas”.
Considero esencialmente importantes las afirmaciones: “grave disentimiento” y “conflicto”.
Y pasemos ahora a la parte Subjetiva: como se pudo ver todo aquello desde Viena y como lo veo yo a la hora de considerar que si hubo un “Casus Belli”.
Empezando por el Convenio de la Haya antes citado: ¿Provocó el asesinato del heredero a la doble corona un “grave disentimiento” o un “conflicto”? Considero que sí.
“Grave disentimiento” en la medida en que la investigación austríaca, fundamentalmente los interrogatorios de los apresados, apuntaban a la existencia de una red que tenía su origen en Belgrado; cosa que las autoridades serbias estaban negando de forma tajante. Es más, desde Serbia no solo se negaba la “conexión Belgrado”, sino que además se justificaba el atentado afirmando que eran los austríacos quienes estaban exterminando a los serbios de Bosnia. Obviamente, esto era algo que Viena no podía consentir, menos con la información obtenida en los interrogatorios.
En esta línea, algunas negaciones son aún más sangrantes. Que el embajador serbio en San Petersburgo negara la existencia de las organizaciones secretas es una cosa, pero que Pasic, que como mínimo sabía algo de la conjura, y posiblemente, si tenía un agente infiltrado en la Mano Negra, lo sabía todo, también niegue la mayor, no deja de ser llamativo. Volveré sobre esto al final.
“Conflicto”. A fecha dos de julio sin duda existía un conflicto a nivel periodístico. La prensa, en ambos lados, había sido la primera en sacar las armas, solo canutos con bolitas de papel, entiendo, a estas alturas, pero que añadían presión a sus gobiernos, sobre todo en Viena, para que hicieran algo. El conflicto se va a recrudecer en los próximos días, sobre todo con el famoso ultimátum, del que ya hablaremos más adelante, pero a estas alturas no hay que olvidar que el heredero a la corona de un país había sido asesinado por agentes cuyo origen estaba en un belicoso país vecino.
Sin embargo, y mientras tanto, creo que hay puntos de la actuación serbia que no hicieron sino agravar este conflicto original: no llevar a cabo una investigación policial, aunque esta fuera “pro forma”; permitir la agitación anti austríaca en las calles; afirmar (Pasic) que se van a defender. ¿Acaso no presupone dicha afirmación que habrá una agresión? y, en consecuencia, que hay un conflicto que la justifica.
Volviendo al artículo 2º antes citado, este prevé, a sensu contrario, la posibilidad de una guerra, que es la que debe evitar la mediación internacional, cuando exista entre dos países un “Grave disentimiento” o un “Conflicto”; otorgando en consecuencia la naturaleza de “Casus Belli” a ambas situaciones.
Dicho esto, me detendré brevemente en quién debe ser el causante de dicho “Casus Belli” en una nación. ¿El gobierno? ¿El pueblo? ¿La administración? ¿Todos ellos a la vez? El pueblo serbio se manifestó claramente contra Austria cuando se supo la noticia; elementos importantes de la administración serbia estaban implicados en el asesinato, como se sabrá en su momento, incluso el Jefe de la Inteligencia Militar de la nación, nada menos; y en cuanto al Primer Ministro, las fuentes parecen indicar que sabía mucho de lo que estaba en marcha.
En este contexto debemos analizar la cuestión del preaviso. ¿Quiso Pasic mandar un aviso claro a los Austríacos con el fin de evitar el asesinato o, como indican algunos autores, Clark entre ellos, se limitó a dar una vaga indicación con el fin de cubrirse las espaldas? Lo cierto es que si efectivamente Pasic tenía información de primera mano de la conjura, a través de Tankovic o a través de Ciganovic, entonces en ningún momento envió a Viena un mensaje claro: cuando, donde, quien…
Sobre esto, cabe alegar que tal vez Pasic, sometido a sus propias presiones, no pudo, no supo o no quiso arriesgar su puesto tratando de controlar a determinados elementos de su propia administración, o llevándoles la contraria. Esto indicaría, sobre todo, que tal y como sucedieron las cosas Pasic prefirió la seguridad de su puesto a la de su nación; sin embargo también me lleva a razonar que si Pasic envió pistas de advertencia con el fin de cubrirse las espaldas, entonces era porque el mismo también consideraba el asesinato como un “Casus Belli”.
Me voy ahora a la última argumentación prometida antes. ¿Por qué negó Serbia cualquier implicación propia, a todos los niveles y del tipo que fuera, en la conjura? Lo cierto es que una vez llevado a cabo el asesinato el gobierno serbio habría podido reconocer la existencia de elementos descontrolados, y eliminarlos; o efectuar una investigación “pro forma” que cubriera el expediente y tranquilizara a sus vecinos; o tal vez incluso quedarse pasivos, sin afirmar ni negar nada… Sin embargo desde el primer momento no solo se negó cualquier implicación sino que además señaló en otra dirección, los propios habitantes de Bosnia, y echó la culpa de lo sucedido a la propia víctima por oprimirlos. Mi idea es que tan furibunda defensa bien pudo deberse a que, subjetivamente, Pasic también consideraba que el asesinato y la implicación de elementos sitos en Belgrado daba a Austria un “Casus Belli” válido contra Serbia.
Así pues, concluyo opinando que Austria tenía razones más que sobradas para considerar que tenía un "Casus Belli" contra Serbia, y que la propia Serbia lo sabía; y dicho esto, aquí termina esta pirueta.
Un saludo.