- Introducción
- Ejércitos enfrentados
- La agresión italiana
- El contraataque británico
- Derrota italiana. Balance final
- Galería fotográfica
- Fuentes
A las 18:00 horas del día 10 de junio de 1940, Benito Mussolini, dictador de Italia, hace la siguiente declaración desde el balcón del Palazzo Venezia ante una enfervorizada multitud: “La declaración de guerra ha sido entregada ya a los embajadores de Gran Bretaña y Francia… La contraseña es vencer ¡Y venceremos”. De esta manera Italia entraba oficialmente en la Segunda Guerra Mundial como aliada de la Alemania de Adolf Hitler.
Con la entrada de Italia en el conflicto mundial, la situación británica en el Norte de África, África Oriental y Oriente Medio no era demasiado halagüeña. En teoría los italianos amenazaban desde Libia a Egipto y el Canal de Suez, desde el África Oriental Italiana (AOI) amenazaban la Somalia británica y Kenia, y desde las islas del Dodecaneso amenazaban Palestina y Oriente Medio.
El África Oriental Italiana (AOI), era en 1940, una colonia nacida en 1936, formada por los territorios de Etiopía (Abisinia) ocupada por Italia en 1936, y las colonias italianas de Eritrea y Somalia (excepto Somaliland, la Somalia británica). Limitaba al norte y al oeste con el Sudán anglo-egipcio y al sur con la colonia británica de Kenia. Con la declaración de guerra de Mussolini del 10 junio de 1940, tarde o temprano se producirían las hostilidades entre ambos rivales.
Italia
Las Fuerzas Armadas de Italia en África Oriental Italiana estaban bajo el mando de Amadeo II de Saboya, Duque de Aosta. Para defender un territorio tan amplio las tropas italianas estaban divididas en cuatro sectores (Norte, Sur, Este y Giuba), cada uno bajo el mando de un general italiano.
A fecha de junio de 1940, las fuerzas italianas en la región estaban formadas por brigadas y batallones de tropas coloniales (eritreos, etíopes y somalíes) también conocidos como áscaris, dirigidos por oficiales italianos. Estas unidades eran mayoritariamente de infantería, aunque existían unidades de caballería y camelleros de indígenas, también dirigidos por oficiales italianos. Las tropas italianas de la metrópoli estaban formadas por unidades de Camisas Negras (8 batallones), unidades de tanques ligeros Fiat Ansaldo L3/35 y Fiat M/11 39 medios y algunas unidades regulares encargadas de la reparación de vehículos, ingenieros e intendencia.
La Regia Aeronautica en África Oriental contaba con unos 300 aviones de combate. La mayoría de estos eran obsoletos para enfrentarse a sus contrincantes británicos, aunque también había algunos bombarderos Savoia-Marchetti SM79 y SM81 y algunos cazas Fiat CR 42. Los italianos contaban en un principio con mejores bases aéreas que las de sus rivales y los pilotos estaban bien entrenados y confiados en sus posibilidades. Sin embargo la falta de combustible, municiones, repuestos, etc... fue un lastre que siempre tuvieron las fuerzas aéreas italianas en la región.
El número total de tropas era aproximadamente de unos 285.000 hombres, de los cuales 200.000 eran los áscaris indígenas y unos 85.000 italianos. A simple vista era una fuerza numéricamente poderosa, pero adolecía de falta de medios y suministros. Poco se hizo desde la metrópoli para reforzar las tropas de la región. Al comenzar la guerra, y rodeado de colonias británicas, las fuerzas italianas del África Oriental se vieron obligadas a hacer frente a los británicos con los escasos y anticuados medios que tenían y prácticamente sin recibir suministros algunos.
Las tropas británicas y de la Commonwealth en la región estaban bajo el mando del general sir Claude Auchinleck que desde El Cairo no sólo dirigía estas fuerzas, también las destacadas en Oriente Medio y en el Norte de África.
En 1940, se estableció la Fuerza de África Oriental bajo el mando del general D.P. Dickinson. En Sudán unos 8.500 hombres y 80 aviones custodiaban una frontera de casi 2.000 kilómetros fronterizos don el AOI. El general Platt, comandante de las fuerzas en Sudán tenía 21 compañías (4.500 hombres) de la Fuerza de Defensa del Sudán, de las cuales cinco fueron organizadas como compañías de vehículos de ametralladoras. Unos pocos obuses de montaña de 3'7 pulgadas eran la única artillería con la contaban.
En septiembre de 1940, las tropas aumentaron con la llegada paulatina de las tres brigadas de la 5ª División India del general Lewis Heath. La 4ª División India del general Beresford Pierce fue traslada a la región en diciembre. Los británicos también enviaron al 4º Regimiento Real de Tanques (RTR) que se unió a la 4ª División India en enero de 1941.
Al estallido de las hostilidades, el Teniente Coronel Chater, en Somaliland contaba con menos de 4.000 tropas que comprendían un cuerpo de camelleros y un batallón de tropas de Rhodesia.
Las fuerzas aéreas en la región apenas tenían 100 aviones operativos con los anticuados cazas biplanos Hawker Fury y los obsoletos bombarderos Vickers Wellesley. También habían algunos cazas biplanos Gloster Gladiator. Por los números se puede ver que las fuerzas áreas eran muy escasas y por necesidades de Wavell en el Norte de África, estaban contaban, al igual que las de sus rivales italianos con poco combustible y repuestos.
Como se puede comprobar las fuerzas británicas en la región eran muy escasas o insuficientes para plantar frente a las de sus rivales italianos.
Como hemos visto anteriormente, en el verano de 1940, las fuerzas italianas en el África Oriental eran netamente superiores en número a las desplegadas por los británicos en sus colonias fronterizas. Incomunicadas del resto de fuerzas metropolitanas y de las norte de África, la estrategia principal de los italianos era la de defenderse de las fuerzas británicas.
Parece ser que antes del conflicto, el Duque de Aosta, comandante de las fuerzas italianas en la región había concebido un plan muy arriesgado: atravesar Sudán y Egipto para unir sus fuerzas con las de Libia y comunicar las colonias italianas por tierra. También podían ser dueños del Mediterráneo y del Mar Rojo. Era un plan demasiado ambicioso y casi irrealizable, considerando los escasos medios con que contaba. Incluso en Roma se muestran más realistas ordenando al Duque de Aosta a mantener una actitud estrictamente defensiva.
Sin embargo, interpretando las órdenes en el sentido de defensa activa, el duque ordena atacar en todos los frentes (Sudán, Kenia y Somaliland), aprovechando así su momentánea ventaja numérica.
El 1 de julio, después de varios incidentes fronterizos entre las fronteras de Kenia y la Somalia italiana y Etiopía, un ataque italiano contra la ciudad fronteriza keniana de Moyale es repelido por fusileros coloniales británicos. El 10 de julio los italianos lanzan un ataque más potente, con cuatro batallones y un considerable bombardeo de artillería. Después de tres días, los británicos se retiran sin oposición. Los italianos logran avanzar unos 100 kilómetros por el interior de Kenia, pero la falta de agua y abastecimientos hace que frenen su ofensiva.
El 4 agosto, la columna principal del avance italiano al mando del general De Simone se dirige hacia la ciudad de Hargeisa, capturándola el día 5, aislando las comunicaciones con la Somalia francesa. El 11 de agosto, las fuerzas británicas al mando del general Godwin-Austen comienzan a retirarse a la ciudad principal de Berbera para tomar los transportes hacia la colonia de Adén, al otro lado del Mar Rojo.
El 11 agosto, los italianos lanzan el ataque final sobre Berbera, sin embargo un batallón de tropas británicas apoyado por dos compañías de fusileros africanos y fusileros indios logran parar el avance italiano, logrando así que las fuerzas en retirada logren alcanzar Berbera para ser evacuadas hacia Adén. Finalmente los italianos logran avanzar hacia Berbera, pero cuando entran en la ciudad el 19 de agosto, la mayor parte del escaso contingente británico había sido evacuado a Adén. Durante esos últimos días de la campaña de Somaliland, escuadrones de cazas y bombarderos de RAF (Royal Air Force) hostigaron las columnas de avance y suministros italianos, causándoles graves bajas y retrasándolos en su avance. Comentó Churchill, Primer Ministro Británico, que la derrota en Somaliland “fue la única vez que nos derrotaron los italianos”.
Las bajas británicas en esta campaña se cifraron en unos 40 muertos y 222 heridos. Las fuerzas italianas pese a la victoria, tuvieron más de 2.000 bajas de todo tipo y consumieron unos recursos insustituibles.
A unos 300 kilómetros de Kassala, una columna italiana avanza hacia la fortaleza sudanesa de Gallabat, tomando las aldeas de Kurmuk, Dumbode y Qaysan, sobre el Nilo Azul. La fortaleza de Gallabat es tomada, pero los italianos no se atreven a avanzar más en Sudán debido a la falta de suministros y combustible.
Estas pequeñas victorias del Duque de Aosta, enorgullecen a Mussolini, que manda un mensaje de felicitación al duque, invitándolo a emprender nuevas operaciones ofensivas cuando sus tropas descansen.
La falta de hombres, medios y suministros impedirán al Duque de Aosta lanzar nuevas ofensivas sobre las colonias británicas. Estos escasos avances a un gran coste, serán los únicos que hagan los italianos en África Oriental. Mientras, sus enemigos se irían reforzando poco hasta contar unas fuerzas y suministros aptos para lanzar una ofensiva sobre el territorio italiano.
4. El contraataque británico
Incluso antes del estallido de la guerra, el general Wavell había comenzado a explorar las posibilidades de echar a Italia de África Oriental. Mandó llamar de Egipto al coronel Charles Orde Wingate, el cual había entrenado con éxito a las fuerzas paramilitares judías en Palestina. Estas tácticas de entrenamiento le valdrían a Wingate para crear la Gideon Force, una pequeña fuerza británica y africana que actuaría desde Sudán contra las tropas italianas en Etiopía.
En una reunión en El Cairo de Wavell con el general Platt (comandante de las fuerzas británicas en Sudán) y el general Cunningham (comandante de las fuerzas británicas en Kenia), se dictaron las órdenes para lanzar la ofensiva que expulsaría a los italianos de África Oriental. Se enviaría a la 4ª División india a Sudán para que junto a la 5ª División india y la Gideon Force atacara las fuerzas italianas en Etiopía.
Para comenzar la invasión de Abisinia desde Sudán, el Negus (Emperador de Abisinia), Haile Selassie, se traslada en septiembre desde su exilio en Londres hacia Jartum, capital del Sudán, para ponerse al mando de las fuerzas guerrilleras abisinias. En noviembre fuerzas irregulares abisinias lanzan una pequeña ofensiva en el frente sudanés contra Gallabat y Metemma, pero los italianos resisten vigorosamente y rechazan la ofensiva.
Acosado por las tropas indias, y la Gideon Force, el despliegue defensivo italiano en la frontera sudanesa se rompe en dos partes. Por un lado una columna de tropas indígenas dirigida por el coronel Lorenzini se queda aislada en Argodat, y otra columna dirigida por el general Nasi es obligada a abandonar Gallabat. Finalmente el 30 de enero las tropas británicas y del Negus rompen definitivamente el frente en Argodat, capturando la carretera hacia Eritrea. Los italianos se retiran hasta el bastión montañoso de Cheren, el cual es propicio para una buena defensa. En Cheren es donde el general Carnimeo decide realizar el máximo esfuerzo para detener el avance británico.
En Ad Teclesan el general Carnimeo intenta detener a las fuerzas británicas, pero estos vencen a las fuerzas italianas y el día 29 llegan a la ciudad de Asmara, capital de Eritrea, donde se desarrolla la ceremonia de rendición de las tropas italianas. La ciudad de Massaua, último reducto italiano en Eritrea cae el 7 abril, finalizando así la toma de Eritrea. Con la toma de esta ciudad los británicos declaran abierta navegación por el Mar Rojo.
Anteriormente a la ofensiva británica desde Kenia, los italianos habían evacuado preventivamente la ciudad de Kismayu en el territorio somalí llamado Ultragiuba. La línea defensiva italiana se establece sobre una de las orillas del río Giuba, de casi 2.000 kilómetros de longitud. Esta línea era realmente débil y dispersa, careciendo de tropas adecuadas para su defensa. Como defensa preventiva los italianos dejaron entre la línea del Giuba y la frontera de Kenia una banda de irregulares somalíes llamada “Harti”, mandada por el capitán Gastone Gianni. Dicha formación se mantenía por si misma atacando poblados kikuyus (etnia keniata) en la frontera y matando elefantes y búfalos. A principios de 1941, Gianni advierte a sus superiores en Mogadiscio, que las poblaciones de kikuyus van siendo gradualmente trasladas y su lugar ocupados por tropas sudafricanas de refresco.
El 6 de febrero de 1941, las tropas de Cunningham comienzan su avance desde Kenia. Un total de 77.000 hombres que incluían a la 1ª División sudafricana y las 11ª y 12ª Divisiones nigerianas cruzan la frontera keniata y avanzan hacia la Somalia italiana. El día 10 entran en el puerto abandonado de Kismayu y dos días después cruzan el río Giuba. Después de una serie de combates en los cuales las tropas motorizadas sudafricanas demuestran una notable superioridad sobre las tropas coloniales italianas y sobre la banda “Harti” (que escapa por poco de ser cercada por los sudafricanos), el día 25 de febrero es tomada la capital somalí, Mogadiscio.
El día 1 de marzo en vista del arrollador avance británico, las tropas italianas comienzan a evacuar Somaliland para retirarse hacia las montañas de Abisinia donde podían establecer una línea defensiva más adecuada. A partir de la toma de Mogadiscio, Cunningham comienza un veloz avance de más 800 millas en dirección a Harar y Dire Dawa en el este de Abisinia, para así cortar las comunicaciones italianas entre Addis Abeba y Djibouti (la capital de la Somalia francesa de Vichy). El 26 de marzo los británicos entrar en Harar y tres días después liberan Dire Dawa, con las divisiones sudafricanas y nigerianas en cabeza del avance. El camino hacia Addis Abeba, la capital abisinia, quedaba libre.
El 6 de abril, avanzando desde el este, las tropas de Cunningham liberan Addis Abeba, después de que la fuerza aérea sudafricana hubiera bombardeado la capital el día anterior. Ese mismo día 6 de abril, Haile Selassie (el Negus) es informado de que las tropas sudafricanas de Cunningham habían entrado en la capital, cosa que le causó un gran disgusto, pues quería ser el mismo el libertador de su capital. Los británicos se adelantaron considerando que su presencia podía desencadenar una insurrección general y peligrosa para los 40.000 civiles italianos que vivían en la población.
Finalmente, y tras una pequeña polémica, el Negus entró en la capital el 5 de mayo subido en un lujoso Alfa Romeo descapotable, precedido por la Gideon Force y con el coronel Wingate montado sobre un caballo blanco. Habían pasado cinco años desde que en mayo de 1936, el Negus tuvo que abandonar la capital abisinia y embarcarse en un destructor hacia Londres.
Por parte italiana, después de la pérdida de la capital abisinia, las derrotadas tropas del Duque de Aosta se refugian el reducto montañoso de Amba Alagi, en la ruta entre la capital abisinia y Asmara. El fin del África Oriental italiana está próximo, sin embargo el Duque de Aosta no quiere rendirse sin honor.
El último episodio en la campaña de África Oriental se produce con los italianos rodeados en el reducto montañoso de Amba Alagi. El reducto consistía en una serie de galerías excavadas en la roca, que protegían a los defensores italianos y donde montaron unas defensas que creían inexpugnables. Aunque la posición en Amba Alagi era fácilmente defendible gracias a su ventajosa posición y el terreno montañoso, carecía de comida y agua, por lo que algunos de los mandos más directos del Duque de Aosta lo criticaron por elegir la posición como último baluarte italiano en Abisinia.
El 4 de mayo, después de un intenso bombardeo artillero, tropas indias y sudafricanas bajo el mando del general Mayne comienzan a atacar el reducto con un asalto en pinza desde el lado oriental y occidental. Estos primeros ataques son rechazados, pero la artillería, y bombardeos de la RAF causan graves bajas entre los italianos, debilitando también sus defensas.
Se producen varios asaltos de infantería, en los que los sudafricanos atacando desde el sur terminan de cercar el reducto italiano. Todo ello unido a un gran número de enfermos y heridos, la grave escasez de agua, suministros y municiones hacen imposible que la resistencia se prolongue durante mucho tiempo. Finalmente el día 16 de mayo el Duque de Aosta inicia negociaciones con los británicos para un alto el fuego. Las negociaciones llegan a buen puerto, y finalmente el día 17 de mayo de 1941 las tropas italianas se rinden a las tropas británicas del general Cunningham. Después de la tenaz resistencia italiana en Amba Alagi, el Duque de Aosta y sus tropas desfilan gallardamente ante el enemigo, que les concedió honores militares.
El coste de la aventura italiana en África Oriental se cifra en unos 5.200 muertos, más de 8.000 heridos y cerca de 16.000 hombres capturados entre sus tropas metropolitanas. Las bajas mortales entre las tropas coloniales e indígenas de las filas italianas se cifran en más de 10.000. Un total de 100.000 prisioneros terminarían en campos de concentración de Kenia y en la India. Al mismo tiempo, los civiles italianos pudieron seguir viviendo en Etiopía gracias a la “magnanimidad” del Negus. Después del fin del conflicto mundial en 1945 la gran mayoría de los civiles italianos regresaron a sus hogares en Italia.
Por parte británica las bajas durante la campaña fueron de 2.000 víctimas mortales (1.200 en combate y el resto por enfermedades) y 10.000 heridos. Hay que tener en cuenta también el alto número de hombres que algún momento fueron baja por las diversas enfermedades contraídas (malaria, disentería, etc…), que pudo ascender fácilmente a los 30.000.
Finalmente el Amadeo II de Saboya, Duque de Aosta es internado junto a su médico personal y varios oficiales asistentes en un pabellón de caza en la reserva keniata de Donyo a 100 millas de Nairobi. Sus condiciones de salud deterioraron rápidamente y una grave tisis ataca sus pulmones. Morirá el 3 de marzo de 1942.
6. Galería fotográfica
7. Fuentes
Archibald Wavell. Jon Diamond.
Crónica Militar y Política de la Segunda Guerra Mundial. Edita S.A.R.P.E.
The Italian Army 1940-1945 (2). Africa 1940-1943. Philip S. Jowett & Stephen Andrew.
Orde Wingate. Jon Diamond.
https://en.wikipedia.org/wiki/East_Afri ... ld_War_II)
http://ibiblio.org/hyperwar/UN/SouthAfr ... l#contents
http://ibiblio.org/hyperwar/UN/India/EAfrica/index.html
http://www.comandosupremo.com/