Decía el psicoanalista austriaco Sigmund Freud que "la función capital de la cultura, su verdadera razón de ser, es defendernos contra la naturaleza".
Para la cultura en Polonia, la naturaleza es el Gobierno formado el pasado otoño por el partido Ley y Justicia (PIS) del ultraconservador y nacionalista Jaroslaw Kaczynski y, por ello, en el ejercicio de su función, se ha movilizado en su contra.
En una carta firmada por más de 40 cineastas, entre ellos Andrezj Wajda, Wojciech Smarzowski, Jan Komasa y Agnieszka Holland, el mundo de la cultura ha abierto un frente a la Televisión Pública Polaca (TVP) por el formato elegido el pasado jueves para la emisión Ida, película de Pawel Pawlikowski, galardonada en 2015 con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
En las redes del Gobierno desde la entrada en vigor de una Ley de Medios que elimina la pluralidad y la libertad de expresión a favor de la promoción de la historia, la cultura y la identidad nacional, la TVP emitió Ida precedida de un debate de 12 minutos en el que todos los invitados compartían una misma opinión: la cinta es anti-polaca y miente sobre la supuesta complicidad polaca en el Holocausto.
Uno de los invitados, Maciej Swirki, miembro de la Asociación contra la Difamación, llegó a decir que Ida es difamatoria porque aporta una imagen engañosa del papel del pueblo polaco durante la ocupación y no deja claro que Holocausto fue obra exclusiva de los alemanes nazis.
Es más, "esta película es un insulto al pueblo polaco", sentenció.
Los cineastas entienden lo ocurrido de otra manera y calificaron de manipulación el debate organizado previo a la emisión de Ida por lo inhabitual del formato, de hecho fue la primera vez en 25 años que la emisión de una película va precedida de tertulia, y porque el objetivo de la misma fue desprestigiar la libertad de creación y la independencia.
"La TVP está volviendo a los métodos practicados en la era comunista y esto despierta nuestra repugnancia", sostienen los firmantes en su carta de protesta al director de la TVP, Jacek Kurski, uno de los peones desplegados por el PIS en los medios públicos para velar por la ensaltación del nacionalismo polaco.
El debate generado por la cultura en el ejercicio de su función capital se ha colado en la política, aunque el predominio del PIS, que ganó las elecciones con mayoría absoluta, impide su calado en los estamentos públicos.
En esa línea, el mediático diputado del PIS, Jacek Sasin rechazó las críticas de los cineastas por impropias, en tanto que "la televisión pública se limitó a defender el buen nombre de Polonia", papel que para el flamante director del ente público "es el que corresponde".
Ida narra la historia de una novicia en la Polonia de los años 60, que fue criada en un convento. Cuando está a punto de tomar sus votos, descubre la historia de su familia: sus padres fueron colaboradores del Holocausto, mientras que su única tía es una juez estalinista que envió a los miembros de la resistencia polaca a la muerte.
En una carta firmada por más de 40 cineastas, entre ellos Andrezj Wajda, Wojciech Smarzowski, Jan Komasa y Agnieszka Holland, el mundo de la cultura ha abierto un frente a la Televisión Pública Polaca (TVP) por el formato elegido el pasado jueves para la emisión Ida, película de Pawel Pawlikowski, galardonada en 2015 con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
En las redes del Gobierno desde la entrada en vigor de una Ley de Medios que elimina la pluralidad y la libertad de expresión a favor de la promoción de la historia, la cultura y la identidad nacional, la TVP emitió Ida precedida de un debate de 12 minutos en el que todos los invitados compartían una misma opinión: la cinta es anti-polaca y miente sobre la supuesta complicidad polaca en el Holocausto.
Uno de los invitados, Maciej Swirki, miembro de la Asociación contra la Difamación, llegó a decir que Ida es difamatoria porque aporta una imagen engañosa del papel del pueblo polaco durante la ocupación y no deja claro que Holocausto fue obra exclusiva de los alemanes nazis.
Es más, "esta película es un insulto al pueblo polaco", sentenció.
Los cineastas entienden lo ocurrido de otra manera y calificaron de manipulación el debate organizado previo a la emisión de Ida por lo inhabitual del formato, de hecho fue la primera vez en 25 años que la emisión de una película va precedida de tertulia, y porque el objetivo de la misma fue desprestigiar la libertad de creación y la independencia.
"La TVP está volviendo a los métodos practicados en la era comunista y esto despierta nuestra repugnancia", sostienen los firmantes en su carta de protesta al director de la TVP, Jacek Kurski, uno de los peones desplegados por el PIS en los medios públicos para velar por la ensaltación del nacionalismo polaco.
El debate generado por la cultura en el ejercicio de su función capital se ha colado en la política, aunque el predominio del PIS, que ganó las elecciones con mayoría absoluta, impide su calado en los estamentos públicos.
En esa línea, el mediático diputado del PIS, Jacek Sasin rechazó las críticas de los cineastas por impropias, en tanto que "la televisión pública se limitó a defender el buen nombre de Polonia", papel que para el flamante director del ente público "es el que corresponde".
Ida narra la historia de una novicia en la Polonia de los años 60, que fue criada en un convento. Cuando está a punto de tomar sus votos, descubre la historia de su familia: sus padres fueron colaboradores del Holocausto, mientras que su única tía es una juez estalinista que envió a los miembros de la resistencia polaca a la muerte.
Fuente Texto y Foto:
http://www.elmundo.es/cultura/2016/03/0 ... b45a2.html
Un Saludo
Cocinilla
