
"Los cuerpos cubrían toda la orilla del río. Fueron excavadas fosas comunes en el cementerio porque no era posible darles entierro de otra manera. Los recogíamos en carretillas y los depositábamos a la fosa. Por el camino íbamos reconociendo a vecinos, la maestra del pueblo, el practicante..." relata una de los testigos que ha relatado la historia, la que entonces era solo una niña de 10 años, Irene Bröke.
Huber también ha rescatado documentos locales en los que se anotaron precariamente los enterramientos. Junto a muchas de las anotaciones aparecen signos de interrogación que impiden identificar con exactitud a los difuntos. "No hubo tiempo para eso, era necesario proceder a los enterramientos y no había más días para confirmar de quién se trataba porque tampoco era posible contactar con familiares o conocidos, también desaparecidos", explica el autor
'Histeria colectiva'
Huber habla de una "histeria colectiva" y subraya la influencia que tuvieron sobre aquellas personas y su terrible decisión las palabras reiteradas en diferentes discursos radiofónicos por el ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Geobbles, insistiendo en que "mejor la muerte que caer en manos de los rusos". También las noticias de saqueos y violaciones masivas que llegaban desde ciudades cercanas a este pueblo de Mecklemburgo-Pomerania Occidental llevaron a muchos vecinos a pensar que "un final rápido era el mal menor".
"Sólo hicieron lo mismo que había hecho Hitler", explica otro de los supervivientes. "Mi padre había huido con nosotros al monte para evitar estar en el pueblo cuando llegaran los rusos. Días después, cuando regresamos, los cuerpos de los ahorcados colgaban todavía de las ramas de los árboles que seguían el camino, más y más cuerpos se apilaban en las orillas del río y de las casas salía un olor putrefacto de los cuerpos de familias enteras que se habían suicidado en la sala de estar", relata Karl Schlösser.
Cuando la familia Schlösser regresó al pueblo, los rusos ya habían pasado por allí y su casa había sido incendiada: "No teníamos nada, así que nos instalamos en una casa vecina. Nadie vino a reclamarla porque todos los miembros de la familia que la habitaban se habían suicidado".
Fuente : http://www.elmundo.es/internacional/201 ... b457a.html