Mensaje
por homer » 04 08 2012 17:19
Me gustaría hacer un pequeño aporte sobre los planes de evacuación y la operación misma de Sicilia por parte alemana.
Al comienzo de la batalla por Sicilia los alemanes tenían cerca de 30.000 hombres dispuestos en dos divisiones móviles (la 15 Pz Grenadier Div y la Hermann Göring Div) las que formaban el XIV Pz Korps al mando del General Hans Valentín Hube. Más tarde se agregaron a las fuerzas defensoras en la isla, la 29 Pz Grenadier Div y elementos de la 1 Fallschirmjäger Div.
Los italianos tenían aproximádamente unos 200.000 hombres (algunos estiman cerca de 325.000) dispuestos en dos cuerpos de ejército que consistían en cuatro divisiones móviles (4 Div Livorno, 26 Div Asieta, 28 Div Aosta y 54 Div Napoli), cinco divisiones de defensa de costa, dos brigadas de defensa de costas, un regimiento de defensa de costa, dos grupos de defensa de puertos y varios grupos tácticos móviles. Juntas, dichas fuerzas conformaban el Sexto Ejército Italiano al mando del General Alfredo Guzzoni, quien adicionalmente comandaba las fuerzas del Eje en Sicilia y por lo tanto ejercía el comando operacional sobre las fuerzas del XIV Pz K de Hube.
Por aquel entonces Guzzoni que ya tenía 66 años, era aún un soldado capaz y poseedor de un criterio táctico sólido, tenía además la reputación de saber que era lo que estaba haciendo y perseguir firmemente dicho objetivo. Era además uno de los pocos Oficiales superiores italianos que tenían muy buena relación con los alemanes. Se había retirado del ejército en el año 1941, pero había sido llamado por el Comando Supremo para asumir sus responsabilidades en la defensa de Sicilia el 20 de mayo de 1943.
Sobre el papel las fuerzas del Eje eran admirables, pero existía aprensión en el OKW Oberkommando der Wehrmacht en lo concerniente a la confiabilidad de las tropas italianas. Los soldados italianos en Sicilia estaban pobremente equipados, mal entrenados y liderados por oficiales y suboficiales cuya lealtad era hacia Italia, no hacia el fascismo y ciertamente no hacia Alemania. Las formaciones de defensa de costas eran unidades estáticas organizadas para defender un tramo de costa y generalmente contaban con hombres de edad avanzada de los cuales hasta un 75 % eran locales. Su equipamiento consistía de armamento anticuado, artillería hipo-móvil y armas antitanques inadecuadas. Sus armas principales eran rifles y ametralladoras. Los alemanes sospechaban que estas unidades serían de poco valor en combate y esto se comprobó claramente el mismo día de la invasión, el Día D, el 10 de julio de 1943.
Esta preocupación dejó a Kesselring en una difícil posición. A pesar de estar de acuerdo con Guzzoni en que los Aliados atacarían sobre el extremo suroeste de Sicilia, él no podía descuidarse de un ataque en el oeste. Adicionalmente, debido a la posibilidad de traición ó de una rendición en masa de los italianos, Kesselring eligió dispersar sus fuerzas de tal manera que pudiera contraatacar un desembarco en el sureste, en el oeste y desarmar a las tropas italianas en caso de una rendición. El desplegó entonces la 15 Pz Grenadier en el oeste mientras que la HG quedó en el sudeste.
Atacando sobre la esquina sureste de la Isla de Sicilia los dos ejércitos aliados, el Británico asumiendo el esfuerzo principal a lo largo de la costa este de Sicilia y los norteamericanos protegiendo su flanco izquierdo, presionaron hacia el norte en dirección de las ciudades de Siracusa, Catania y Messina. A pesar del éxito obtenido en los primeros días de la operación, sobre todo debido a la poca resistencia ofrecida por las tropas italianas, el Octavo Ejército pronto se halló frente a una fuerte resistencia alemana y por ello ante un equilibrio táctico sobre las planicies de Catania a lo largo de la carretera 114. El 17 de Julio de 1943, mientras el Octavo Ejército combatía en el este, el General Patton hizo una visita inesperada al General Alexander en Túnez y presionó para que su Séptimo Ejército fuera dirigido hacia Palermo en el noroeste de la isla. El General Alexander accedió y el 19 de julio de 1943, comenzó la marcha sobre Palermo.
Las fuerzas de Patton liberaron Palermo el 22 de Julio de 1943, pero el 20 de Julio de 1943 el general Alexander había cambiado los límites entre el Sétimo y el Octavo Ejércitos y emitido nuevas directivas en consecuencia. Tras la captura de Palermo, el Séptimo Ejército debía emplear el máximo de fuerzas en el avance hacia el este a lo largo de la carretera 113 (sobre la costa norte) y la carretera 120, la que constituía la siguiente ruta principal sobre el eje este – oeste a unas 16km aproximadamente al sur de la 113. El Octavo Ejército debía continuar su intento de ruptura sobre la costa este y juntos ambos ejércitos debían converger en Messina para destruir a las fuerzas del eje restantes.
Según los Aliados continuaban su marcha hacia Messina, Kesselring supo que tenía una seria debilidad en Calabria y el sur de Italia, donde solamente contaba con unas pocas unidades de alarma y una división desplegada linealmente sobre un área bastante extensa. Un ataque sobre esas áreas podría cortar y aislar a todo el XIV Pz K en Sicilia y abrir la puerta para un avance de los Aliados hacia los Apeninos Septentrionales. Por lo tanto requirió refuerzos para tener al menos la cantidad adecuada de tropas para defender la bota de Italia y la costa occidental hasta el área de Nápoles y Salerno. Kesselring sentía que con estas acciones el podía detener al menos 11 ó 12 divisiones aliadas.
El Generaloberst Alfred Jodl, Jefe del OHW no estaba de acuerdo con el optimismo de Kesselring en cuanto a la posibilidad de detener a los aliados en Sicilia. Jodl miraba a la situación desde el punto de vista contrario, que los aliados retuvieran a las divisiones alemanas en Sicilia. El pensaba que la falta de tropas del Eje en la parte meridional de Italia apremiaba un repliegue inmediato no solo de Sicilia sino también del sur de Italia.
Tanto el OKW como Kesselring sabían que para evitar un desastre como el acontecido a las fuerzas alemanas en Túnez debían prepararse con antelación para evacuar a la mayor cantidad de tropas posibles. En consecuencia, el 26 de Julio de 1943, el OKW emitió una orden a Kesselring dándole directivas para preparar una eventual evacuación de Sicilia. La orden también prescribía que los aliados italianos no debían ser informados sobre dichos preparativos todavía.
El 27 de Julio de 1943, Kesselring ordenó a su jefe de Estado Mayor que preparara una reunión con los mandos alemanes donde él comunicaría las intenciones sobre las futuras operaciones en la isla. Kesselring observó “ si los italianos abandonan su alianza con Alemania, el XIV Pz Korps romperá el contacto con el enemigo de inmediato y evacuará a todas sus tropas de Sicilia. Los preparativos para la evacuación comenzarán al instante en coordinación entre el XIV Pz Korps, el LXXVI Pz Korps y otros comandos envueltos en la operación”.
En base a las directivas dadas por Kesselring, Hube ordenó al Oberst Günther Baade, a la sazón Comandante del Estrecho de Messina y al jefe de Transporte marítimo alemán en el Estrecho de Messina el Hauptmann Gustav von Liebenstein que comenzaran los preparativos al efecto.
El 28 de Mayo, von Liebenstein había asumido su cargo y encontró un servicio caótico e ineficiente. Había varios grandes ferris de tráfico comercial los cuales podían transportar cada unos hasta 20 vagones de ferrocarril entre Messina y dos terminales portuarias principales en el continente, pero v. Liebenstein sabía que dichas terminales y los ferries eran extremadamente vulnerables a los ataques aliados por aire, mar y tierra. Afortunadamente, los oficiales alemanes ya habían previsto esto antes de la llegada de v. Liebenstein y habían adquirido una serie de pequeñas embarcaciones para usarlas en tres rutas subsidiarias fuera de las principales. A pesar de que era un paso en la dirección correcta, v. Liebenstein sabía que esto no era suficiente. Adicionalmente, encontró que la Luftwaffe y el arma de ingenieros del Ejército que operaban los servicios portuarios tenían su propia flota de ferries, pero operando en forma independiente olvidando completamente los requerimientos ajenos.
Von Liebenstein rápidamente realizó dos cambios importantes los que, literalmente, salvaron al XIV Pz Korps durante el día de la evacuación. Primero, reorganizó el disparate de flotillas en un solo y eficiente servicio de ferry que incrementó su capacidad de transporte de hombres, abastecimientos y equipos en casi diez veces. Segundo, incrementó el número de rutas primarias de tres a cinco operando desde 12 puntos diferentes en Messina y otras 12 en el continente. El también previó la construcción de mejores y eficientes facilidades portuarias y servicios para servir los puntos de desembarco. El instituyó un sistema que operaba de manera tan eficiente que los operadores portuarios podían cargar en un ferry hasta 12 camiones completamente cargados de abastecimientos en poco menos de 20 minutos.
El resultado de las modificaciones de von Liebenstein fue un servicio de ferries listo para transportar rápida y eficientemente grandes cantidades de tropas y equipo a través del Estrecho de Messina. Combinado con el servicio de ferries italiano que consistía en cuatro rutas que para agosto había alcanzado un nivel de eficiencia que rivalizaba con el alemán, las piezas del servicio de transporte empezaban a asegurar una evacuación exitosa.
Afortunadamente para el Eje, Kesselring tuvo la previsión de notar esto cuando el 14 de Julio designó al Oberst Baade en el puesto de nuevo Comandante Alemán en el Estrecho de Messina. Baade tenía la reputación de ser un magnífico oficial de infantería y lo más importante, Baade era un oficial excepcionalmente capaz en el cual Kesselring tenía mucha confianza.
La primera tarea de Baade fue la de defender los puntos de evacuación y las líneas marítimas de las incursiones aéreas aliadas. Él también era el encargado de proveer los medios para ejecutar la evacuación. Kesselring le dio a Baade grandes poderes para que pudiera cumplir con tan importante misión y Baade por supuesto llevó a cabo la misma con una eficiencia asombrosa. Pareció no dejar de lado ningún detalle por más pequeño que este fuera y previó virtualmente todo lo humanamente posible para ejecutar la evacuación incluso paquetes de raciones, brandy y cigarrillos para entregar a las tropas evacuadas de Sicilia a su llegada al continente.
La autoridad delegada a Baade le permitió reorganizar las defensas antiaéreas del Estrecho. Estableció seis sectores de defensa AA, tres a cada lado del estrecho con 60 armas antiaéreas cada una. Esto se agregaba a los 82 cañones antiaéreos pesados y 60 ligeros desplegados sobre el continente y a los 41 cañones pesados y 27 ligeros emplazados en Sicilia. Baade también desplegó unos 150 cañones del tipo de 3 y 4 pulgadas a lo largo de la línea de costa para tener poder de fuego adicional contra amenazas navales y aéreas.
Puntualizó la importancia de la amenaza naval agregando cuatro baterías italianas dotadas con cañones de 280mm, dos baterías italianas de 152mm y más tarde traída desde la 15 Pz Grenadier una batería, a cuatro piezas, de 170mm.
La combinación del servicio de ferries de von Liebenstein y el plan de evacuación de Baade junto a la protección AA sobre ambos lados del estrecho, garantizaba a las fuerzas del Eje una posibilidad de escape de Sicilia siempre que las fuerzas terrestres aliadas no rompieran a través de las líneas del Eje demasiado rápidamente ó que las fuerzas aéreas aliadas no se aproximaran al estrecho de Messina. Afortunadamente, desde el punto de vista alemán, ninguno de estos críticos eventos tuvo lugar.
La evacuación alemana tuvo lugar en cuatro etapas, las dos primeras fueron cumplidas en realidad antes de la Directiva de Kesselring del 27 de Julio de 1943 al General Hube, la que instruyó a Baade y v.Liebenstein a preparar dicha evacuación. La primera etapa comenzó casi inmediatamente después del 10 de Julio de 1943 cuando los germanos ordenaron la partida de la isla de todas las unidades no esenciales.
Pero el plan de Baade, al menos en su primera etapa, sonaba complicado y provocó una descomunal congestión de tráfico cerca de Messina a lo largo de la carretera 113 que llevó a la Feldgendarmerie dos días resolverlo. Afortunadamente para el Eje, la aviación aliada no detectó tal caos sobre la ruta 113.
La segunda etapa consistió en la evacuación de la parte occidental de la isla, la que empezó cuando Patton lanzó su ofensiva hacia Palermo el 19 de Julio. Su avance fue tan rápido que los alemanes solamente pudieron evacuar pequeñas cantidades de material desde Palermo, principalmente el equipamiento de cuatro estaciones de radar antes de que los caza-bombarderos aliados impidiera todo movimiento. Entre las pérdidas de material crítico que sufrieron las tropas del Eje se encontraban unas 10.000 toneladas de combustible.
Poco después de la caída de Palermo el 22 de Julio, el Jefe de Estado Mayor de Kesselring condujo la conferencia del 27 de Julio que impulsó a Baade a diseñar el plan de evacuación. Baade rápidamente preparó los detalles y el 2 de Agosto fue aprobado por Kesselring y puso como condición que fuera informado antes de que Hube pusiera el plan en ejecución. Al día siguiente, Kesselring notificó al OKW que el plan de evacuación ya estaba listo.
El Plan de Baade fue conocido por los alemanes como “Lehrgang”, y era simple pues se basaba en desplazar primero a las tropas, seguido por la mayor cantidad posible de munición, abastecimientos y otros equipos. La dificultad real era la de organizar en fases la retirada de tropas y equipos para evitar congestionamientos y exposición a la aviación aliada tal como sucediera a lo largo de la ruta 113 durante el repliegue desde Palermo.
Antes de “Lehrgang” existía un entendible grado de pesimismo dentro el XIV Pz Korps, solamente unos pocos Oficiales Superiores creían posible realizar el milagro de retirarse ante el enemigo y escapar. Con la rendición del Afrika Korps todavía fresca en sus mentes, la mayoría pensaba que solo unos pocos escaparían de Sicilia. No obstante v. Liebenstein le había dicho a Hube que él podía evacuar hasta 12.500 hombres cada 24 horas con todo su equipo también.
A fin de dar a Baade y v. Liebenstein las mejores posibilidades de éxito, Hube desarrolló una retirada en fases para sus fuerzas organizando cinco líneas defensivas, cada una de ellas acortándose a través de la parte nororiental de la Isla en forma de cuña para converger en Messina. Las cinco líneas defensivas de Hube se sumaron a una sexta línea, la Línea San Stefano, la cual constituyó el punto de repliegue inicial de las tropas del Eje. Comenzando por la línea del Monte Etna, según los alemanes iban alcanzando cada línea sucesiva, aproximadamente entre unos 8.000 y 10.000 hombres se dirigirían a los puntos de embarque asignados por v. Liebenstetin según el Plan desarrollado por Baade, “Lehrgang”.
Alrededor del 4 de Agosto de 1943, la presión aliada en Troina y Adrano a lo largo de la Lïnea San Fratello se había intensificado tanto que Hube ordenó el repliegue de todas aquellas unidades que eran prescindibles, así dio comienzo a la tercera etapa de la evacuación alemana. Fue una decisión arriesgada, pues aunque Kesselring había dejado la puerta entreabierta para que Hube tomara aquella decisión, el OKW había dado instrucciones específicas acerca de que la evacuación no debía comenzar sin su autorización expresa.
Esta orden del OKW no sorprendió a Hube, pues estaba en concordancia con la idea de Hitler de no informar a las tropas acerca de una retirada inminente, en la creencia de que pelearían mejor si consideraban que una operación de tal tipo no estaba en los planes. Hube, por otra parte, creía que era esencial que sus tropas supieran que no serían sacrificadas y aunque no podía decirlo abiertamente dio sobrados indicios a sus hombres acerca del repliegue.
Adrano, terreno llave de la posición defensiva sobre la parte oriental de la Lïnea San Fratello, sostenida por la División Pz Gr Hermann Göring, finalmente cayó en poder de la 78 DI Británica en la noche del 6 de Agosto de 1943. Los defensores comenzaron entonces a replegarse a la bien constituida segunda línea defensiva, la Lïnea Tortorici, y en la noche del 10 de Agosto de 1943 Hube ordenó dar comienzo a la parte final y cuarta etapa de la evacuación. El plan diseñado indicaba que la División Pz Gr Hermann Göring debía dejar Sicilia en primer lugar, seguida por la 15 Pz Gr División y finalmente por la 29 Pz Gr División.
Sin embargo para entonces los aliados estaban totalmente alertados sobre la evacuación alemana y comenzaron las misiones de bombardeo sin interrupción sobre los blancos localizados en el Estrecho de Messina. El propósito obviamente era el de evitar el reabastecimiento de las fuerzas del Eje restantes e impedir la evacuación golpeando los puntos de embarque principales. Los pilotos aliados volaron cerca de 1300 misiones de bombardeo e interceptación entre el 31 de Julio y el 10 de Agosto de 1943 reportando el hundimiento ó incendio de varias barcazas y feries, y acertando impactos sobre otros barcos menores. Los alemanes, por otra parte, reportaron solamente la pérdida de un ferry, una barcaza de desembarco y otras tres embarcaciones.
Cuando la División Hermann Göring se replegaba desde la Línea San Fratello hacia los puntos de embarque, hubo una considerable divergencia en la opinión de v. Liebenstein y los planificadores de Hube en el XIV Pz Korps, quienes pensaban erróneamente que la evacuación solo podía ser llevada a cabo de noche.
Sin embargo, lo opuesto era verdad, y a pesar de que los aliados continuaron con sus misiones de bombardeo, los alemanes descubrieron que la mayoría de los problemas relacionados con la evacuación ocurrían principalmente en horas nocturnas. Mantener a los aviones aliados alejados significaba no utilizar ningún tipo de iluminación artificial excepto la natural provista por la luna y ello provocaba miles de problemas a las dotaciones de v. Liebenstein durante el embarque y el viaje de las embarcaciones. Lo que hallaron los alemanes era que las operaciones nocturnas probaron ser menos eficaces que aquellas ejecutadas durante las horas diurnas. Adicionalmente, después de tan solo unos días v. Liebenstein notó que los aliados ejecutaban el grueso de sus misiones de bombardeo sobre ambos lados del estrecho entre las 21:00 horas y el amanecer. Esto significaba una dificultad adicional a las complicaciones de las operaciones nocturnas. Sin embargo, v. Liebenstein se dio cuenta que había sustancialmente pocos ataques aéreos durante el día y aquellos eran repelidos por el paraguas antiaéreo de Baade.
Con experiencia, las operaciones de evacuación nocturna mejoraron dramáticamente. En la noche del 14 al 15 de Agosto de 1943 v. Liebenstein tuvo en realidad que suspender las operaciones a la 01:00 horas de la mañana pues ya no había ni tropas ni material para embarcar. La promesa que v. Liebenstein había hecho a Hube de transportar 12.500 hombres cada 24 horas no pudo ser cumplida sencillamente porque no había suficientes tropas para evacuar por día.
Baade había programado que “Lehrgang” durara unos cinco días desde el 11 de agosto al 15 de Agosto de 1943, pero teniendo en cuenta la eficacia y eficiencia del plan instrumentado por Baade y v. Liebenstein, Hube ordenó que fuera extendido un día para completar la retirada de la mayor cantidad de equipo posible. Hacia la mañana del 16 de Agosto de 1943, todas las tropas, excepto las retaguardias de combate que defendían aún a lo largo de la línea final ya habían dejado la isla de Sicilia. Lo que muchos oficiales superiores alemanes pensaron que sería un desastre se había convertido en un asombroso e histórico éxito.
Aunque los aviones aliados estuvieran volando contra objetivos localizados en y cerca del Estrecho de Messina, no hicieron un esfuerzo coordinado para contener el flujo de la evacuación hasta los últimos tres días de “Lehrgang”. Aún con este esfuerzo combinado, más de 550 aeronaves aliadas entre cazas y bombarderos, no lograron causar bajas a la flotilla de evacuación del Eje. De hecho, y de acuerdo con el meticuloso diario de v. Liebenstein, un solo soldado alemán resultó muerto por ataques aéreos durante el transcurso de toda la operación. En suma, los alemanes pudieron evacuar más de 54.000 soldados, más de 1800 toneladas de municiones y combustible y cerca de 17.000 toneladas de equipo.
Aunque la evacuación alemana fue por cierto un éxito histórico, la evacuación llevada a cabo por las tropas italianas fue igualmente exitosa. A pesar de la actitud combativa del General Guzzoni, que sugería que algunos elementos italianos lucharían hasta el final, ordenó al Comandante Italiano de Sicilia, Contralmirante Pietro Barone, que previera la evacuación de las tropas italianas a partir del 3 de Agosto. Barone puso varias embarcaciones en servicio y, al igual que los alemanes, se preparó para transportar grandes cantidades de tropas y equipos al continente. Barone, utilizó puertos diferentes a los alemanes, y uno de ellos en particular, el de Taormina estaba bastante próximo a los navíos ingleses que operaban en la zona. Sin embargo no hubo casi interferencia por lo que cuando finalizó la evacuación italiana, el 16 de Agosto se habían transportado a salvo un estimado de 50. 000 soldados italianos, 3.000 marinos, 227 vehículos, 41 piezas de artillería y 12 mulas.
La evacuación de las tropas alemanas finalizó en la mañana del 17 de Agosto de 1943 cuando los últimos ferries dejaron Messina con las retaguardias de combate a las 06:00 horas. Cuando los italianos completaron su evacuación sembraron minas para destruir totalmente lo que quedaba del puerto. Hube permaneció hasta casi el final, de acuerdo con la tradición militar alemana, y fue uno de los últimos en salir. El Oberst Bogislaw von Bonin, Jefe de Estado Mayor de Hube resumió los pensamientos de los alemanes con las siguientes palabras:
Tuvimos más que suficientes retiradas durante la Guerra, pero por las faltas de nuestro Alto Comando, casi nunca terminaron gloriosamente. Cada soldado alemán en Sicilia, sin embargo, el cual tras semanas de combates y enormes esfuerzos, alcanzó el continente a mediados de Agosto con su armamento, equipo, artillería y vehículos, pudo entender cuanta verdad había en el término “Retirada Gloriosa”. Después de cinco semanas y media de lucha en la isla contra un enemigo el cual, en fuerzas terrestres solamente, tenía cuatro veces más que nosotros, el cual en abastecimientos y equipamiento era muy superior a nosotros; un enemigo que tenía absoluta superioridad en el aire y en el mar. Las tres divisiones alemanas, el 17 de Agosto, estaban nuevamente en el continente, listas y equipadas para ser empleadas en el combate.
Las últimas tropas del Eje en abandonar Sicilia, una patrulla italiana de ocho hombres, fueron transportadas al continente por un bote de asalto alemán a las 08:30 horas.
Fuente: THE GREAT ESCAPE: AN ANALYSIS OF ALLIED ACTIONS LEADING TO THE AXIS EVACUATION OF SICILY IN WORLD WAR II. by BARTON V. BARNHART, MAJ, USAF B.S., University of Missouri-Rolla, Rolla, Missouri, 1988. Fort Leavenworth, Kansas 2003.
Un saludo