Las imposiciones del Tratado de Versalles fueron motivo de negros vaticinios, por parte de los analistas de los propios países vencedores, para el país germánico y el mundo en general. A ninguno le cabía la menor duda que con ese tratado se estaba firmando el inicio de la próxima guerra mundial, que estallaría en unos 20 años.
Como consecuencia del Tratado de Versalles, se desató una hiperinflación que tuvo varias causas. Primero porque estaban obligados a remodelar la República de Weimar cambiando la industria de producción de guerra a producción de paz. Segundo, porque Alemania debía pagar inmensas reparaciones de guerra a los vencedores.
Tercero, porque tenía que lidiar con la especulación monetaria internacional, con la carencia de productos básicos, el desequilibrio en la balanza de pagos, evitar la revolución y la anarquía, los problemas sociales, el desempleo, el desequilibrio en el presupuesto nacional y la enorme población extranjera a la que el estado debía proporcionarle servicios públicos similares a los de sus nacionales.
10 billones más valía el papel en el que estaba impreso este billete de 100 billones de marcos. En términos de inflación hasta 1920, la economía alemana no se vio afectada de manera notoria, excepto por las consecuencias lógicas de la guerra, pero a partir de 1921, los signos inflacionarios fueron marcadamente preocupantes.
Los precios de los alimentos subieron escandalosamente, sextuplicándose semanalmente. Es decir el producto que un día costaba un marco, a la semana siguiente costaba seis y esa escalada parecía no tener fin.
A partir de mediados de 1923, la inflación multiplicó los precios 100 veces y los alimentos al se multiplicaron por 135.A partir de noviembre de 1923, los precios aumentaron entre 1 millón y mil millones de veces.
A partir de 1923, la depreciación fue tal que era imposible emitir nuevas estampillas por tanto remarcaban los precios. El valor de la estampilla de 4 marcos fue elevado a 50 mil millones de marcos. Muchas de esas estampillas se compraban, pero incluso no podían ser usadas al día siguiente. De hecho, las estampillas remarcadas y utilizadas, con el sello postal que las invalidaba tenían un valor filatélico mayor que las estampillas nuevas, cosa inusual entre los coleccionistas.
Muy pocas de las más de 200 variedades de estampillas emitidas en esa época tuvieron algún valor para los filatelistas. Pero la inflación que perjudicó a millones de personas, benefició a algunos pocos. Los compradores se perjudicaban con el incremento de los precios.
Los empleados con sueldos fijos se perjudicaban lo mismo que los acreedores. Pero por otro lado, quienes hacían pagos con tasas fijas, cosa usual para algunos deudores, se beneficiaban.
La inflación eliminó las pólizas de seguros, los ahorros bancarios y en general cualquier tipo de ahorro porque lo más sensato era gastar el dinero el mismo día que se ganaba. Cuando se pagaba una póliza de seguros en 1823, el valor de la estampilla con el que se enviaba el sobre con el cheque era mayor que el monto del beneficio.
La hiperinflación obligó a la eliminación de todas las deudas contraídas hasta 1921. Por ejemplo, el valor de una hipoteca de 10 millones -medida en dólares en 1913- en 1923 valía 1 centavo de dólar.
En 1924, la inflación cambió substancialmente la distribución de la riqueza en Alemania. El índice de inflación aumento, de 39.2% para el período de 1920 a 1922, a la gigantesca cifra de 56.000.000.000% para el período de julio a fines de octubre de 1923.
Como no se podían remarcar los precios tan rápidamente, los comerciantes mantenían las etiquetas, pero exhibían un factor de multiplicación que variaba constantemente. Cada hora el comerciante llamaba al banco para que le dieran la nueva tasa de cambio referente al dólar y modificaba el factor de multiplicación aumentándolo un poco para anticiparse al nuevo incremento.
Los telefonistas de los bancos respondían las llamadas de manera peculiar: "100 milliarden, bitte sehr, guten Tag' que significaba: "la cotización actual del dólar es de 100 mil millones. Muchas gracias. Buenas tardes." Por su parte, los pobres tenían poco que perder y en el otro extremo, los ricos, tenían medios para obtener ganancias con métodos no afectados por la inflación, por ejemplo con la compra a tiempo de moneda extranjera, depósitos e inversiones en el extranjero, compra de bienes raíces, joyas, etc.
El hombre que hizo el milagro se llamó Hjalmar Horace Greeley Schacht, que con hábiles políticas económicas sacó a Alemania del marasmo en que se encontraba y la perfiló como una potencia económica en 1939.
Schacht, inició un plan de recuperación económica basado en la generación de empleo mediante obras públicas, en especial de construcción civil, control de precios y control de cambios.
La nueva política de Hitler, fomentó la industria de armamentos y el Estado dejó de pagar las reparaciones de guerra. Inmediatamente, el desempleo bajó de 6 millones de desocupados en 1932 a 1 millón en 1936. Cuando estalla la guerra, debido a las tasas impositivas y los recursos obtenidos de los países ocupados, juntamente con una congelación de precios obligatoria, los ingresos del Estado le permiten a Alemania estabilizar la economía hasta el final de la guerra.
En 1945, las libretas de racionamiento y los permisos necesarios para todas las actividades normales de un ciudadano, llegan a valer más que la moneda, y en el mercado negro, los cigarrillos, jabón, carne enlatada y chocolate se utilizan como dinero.
Fuentes:
http://www.exordio.com
http://www.forosegundaguerra.com
http://en.wikipedia.org
http://www.ww2f.com
http://www.claseshistoria.com
http://www.curiositas.es