- Especificaciones
- La doctrina blindada británica
- Introducción
- La doctrina blindada británica
- Primeros enfrentamientos
- La “nueva generación”
- El carro de infantería Valentine Mk III
- Desarrollo
- Desempeño durante la guerra
- Galería fotográfica
- Fuentes
- Tipo: Carro de combate de apoyo a infantería
- País de origen: Bandera de Reino Unido Reino Unido
- Peso: 16-17 t
- Longitud: 5,41 m
- Anchura: 2,64 m
- Altura: 2,27 m
- Tripulación: 4
- Arma primaria: Un cañón Ordnance QF de 40 mm
- Arma secundaria: Dos ametralladoras Besa de 7,92 mm
- Motor: 131hp AEC A 160
- Velocidad máxima en carretera: 24 km/h
- Velocidad fuera de carretera: 18 km/h
En 1939 el Ejército británico estaba sumido en una gran reorganización, trabajando entre otras cosas en lo que se convertiría en su nuevo cuerpo acorazado, el Royal Armored Corps o RAC, tras haber dejado atrás durante los años 20 las unidades de caballería tradicionales. Ante la inminente guerra en Europa se tomaban medidas para que las tropas gozasen del adecuado apoyo acorazado. Sin embargo, los soldados británicos fueron enviados a luchar entre 1939 y 1942 a bordo de máquinas inferiores a sus homólogas germanas, tanto técnica como doctrinalmente, resultando miles de ellos muertos o gravemente heridos porque, en palabras de un general, "fueron enviados a luchar en ponis contra un enemigo que usaba caballos de verdad".
¿Cómo fue posible esto? En primer lugar habría que culpar al Estado Mayor del Ejército británico, entre otras cosas porque la doctrina de uso de medios blindados resultaba más adecuada al anterior conflicto, con posiciones estáticas, obviando que los tanques habían nacido precisamente para erradicar ese problema. ¿Por qué cambiar nada si habían ganado la I Guerra Mundial? Seguían empeñados en seguir los viejos caminos, cosa que hicieron a rajatabla.
En el bando alemán, sin embargo, se recordaba como en 1918 había roto la dinámica de la guerra estática incluso sin blindados, llevando más de 20 años trabajando en lo que luego sería conocida como “Guerra Relámpago” o “Blitzkrieg”: coordinación absoluta entre medios aéreos, artilleros, apoyo cercano a la infantería, etc. La creencia popular de que este tipo de guerra fue posible gracias a los tanques es falsa. Heinz Guderian supo adaptar como nadie estos nuevos medios a la nueva doctrina de “ataque total”, basada en ataque, penetración y envolvimiento. Los nuevos “Panzers” sólo añadieron el plus necesario de velocidad y potencia de fuego, a pesar de que los primeros modelos no fueran maravillas de la técnica. Su doctrina de uso estaba muchísimo más evolucionada que la inglesa o francesa.
La doctrina blindada británica
Los británicos ajustaron sus necesidades blindadas a tres tipos de carro de combate:
“Cruisers”: Vehículos veloces, no demasiado blindados y con un arma anticarro (supuestamente eficaz) de 2 libras, que se dedicarían principalmente a reconocimiento y ruptura del frente, basándose en el antiguo uso de la Caballería. A su vez se podían dividir en dos subtipos: los cruceros ligeros, con un blindaje de 15 mm, y cruceros de combate (“Battlecruisers”), con un blindaje de hasta 30 mm e idéntico armamento.
Carros de infantería: Vehículos con un fuerte blindaje, lentos, que tenían la misión de acompañar a las unidades terrestres, como mucho a una velocidad de 8-9 km/h, cubriéndoles con ametralladoras y cañones (también de 2 libras).
Carros ligeros: Vehículos débilmente blindados y con armamento ligero, en ocasiones una o dos ametralladoras, que se encargarían de la exploración del frente junto a las autoametralladoras.
A todos estos tipos se podrían añadir los “carriers”, pequeños vehículos blindados de transporte, dedicados a diferentes cometidos, como portar ametralladoras, morteros, evacuación, etc.
Así se podría resumir la teoría británica, con unos vehículos meros complemento de la infantería o sustitutos de los caballos que combatirían contra los carros enemigos facilitando el trabajo a los soldados de a pie. Esto no parece demasiado complicado, ya que se trataría de basar las necesidades en tres tipos de carros que se ajustarían a las necesidades, pero esto no hacía más que originar un lío de proporciones monumentales ya que, mientras que en otros países se había creado una industria especializada en diseño y producción de tanques (Renault en Francia, Daimler o Henschel en Alemania, Skoda en Checoslovaquia, etc.), en Inglaterra esta tarea era encargada a empresas sobre todo dedicadas a fabricar trenes, tractores agrícolas, etc., dando como resultado vehículos malos e ineficaces ya que no existía una estandarización como tal debido a que no existían factorías de tamaño adecuado y los fabricaban casi artesanalmente.
En el Norte de África, por ejemplo, se usaron 5 tipos diferentes de suspensión con el consiguiente trastorno logístico. Paradójicamente se dio la situación de que las planchas para los A9 se encargasen a empresas austríacas y alemanas casi hasta el inicio del nuevo conflicto, aunque empresas como Vickers y Nuffield habían diseñado y exportado carros casi desde los años 20, acumulando cierta experiencia técnica.
Otra vertiente del problema era la citada inercia doctrinal, basándose en carros cuya única misión era la de artillería de apoyo (obuses de 3 pulgadas), porta morteros y lanza humos, idea que se mantuvo prácticamente durante toda la guerra, con la falsa creencia de que se podía diseñar un vehículo para cada necesidad, aunque esto diese con buenas ideas como los lanza puentes o antiminas. Había que añadir la obsesión con el arma única (con cañones de 2 libras que resultaban ineficaces por el pequeño tamaño del proyectil) y la táctica del “disparo en marcha”, lo que provocó que se tuviera que dedicar bastante esfuerzo a un correcto equilibrado de la torre con una correcta colocación del centro de gravedad del arma, lo que ocasionaba que casi la mitad del arma estuviese dentro de esta. También estaba la obsesión por las torres con 3 tripulantes, lo que impedía aumentar el calibre de los cañones.
Otra falsa creencia fue la “compactación” del carro, pensando que la única manera viable de hacerlo era una forma totalmente cuadrada, sin usar planos inclinados a pesar de que conocían la relación de protección que ofrecían dichas superficies, con la pueril excusa de que un carro que bajase presentaría dichas superficies totalmente verticales anulando las ventajas de la inclinación. No les hizo cambiar de idea el hecho de que casi todas las batallas en Polonia, Francia, el desierto, etc., se desarrollaron en parajes totalmente llanos, y que el único frente donde podían haber tenido la razón (el italiano) no contó con presencia de carros británicos.
Paradójicamente los ingleses evaluaron carros extranjeros como los “38” checos (más tarde Pz. 38), despreciándolos porque, por ejemplo, no podían disparar en marcha. La consideración que tuvieron los alemanes hacia este carro comparándolo con su magnífico Pz. III demuestra las diferencias doctrinales entre ambos países.
Primeros enfrentamientos
La primera ocasión en la que los blindados ingleses debieron enfrentarse a las tropas germanas fue en 1940, englobadas en el Cuerpo Expedicionario en el continente. En esos momentos los británicos contaban con 3 tipos de medios acorazados:
Carros ligeros Mark VI, armados con dos ametralladoras y apenas 14 mm de blindaje, con suspensión de muelle y una superficie de cadena demasiado corta.
Carros de infantería A11 y A12, Matilda I y II. El Matilda I contaba con un enorme blindaje de 60 mm y una reducida velocidad de 8 mph, contando tan sólo con una ametralladora; el Matilda II era otra cosa, con un blindaje de 78 mm y unas protecciones de las cadenas de 25 mm. Dada su complejidad sólo se pudieron enviar unas docenas a Europa. El motor fue un verdadero engendro, montando 2 motores de autobús, lo que dificultaba el mantenimiento.
Las evaluaciones posteriores a la batalla demostraron que las viejas creencias estaban obsoletas. La velocidad no era el principal factor de protección, el blindaje de 14 mm era ridículo (los carristas pedían un mínimo de 40 mm), el motor era un verdadero fracaso, cúpulas mal soldadas, etc. El carro A11 había resultado totalmente inútil y el A12, aunque dio un resultado un poco mejor, reveló que su cañón de 2 libras no servía prácticamente para nada. Además el defecto de las cadenas, la acumulación de barro, había sido mucho más grave de lo esperado: llegado un momento los Matilda simplemente resbalaban sobre el terreno sin poder ejercer tracción.
Sin embargo los tanques alemanes no eran tan superiores como se creía. Los Pz. I y II tenían un armamento ridículo y una coraza prácticamente simbólica. Únicamente los Pz. III y IV y los Pz. 38 checos podían actuar como verdaderos carros. Las principales ventajas eran un mejor equilibrado y que su diseño permitía mejoras. Pero la verdadera diferencia había sido doctrinal, utilizándolos con agresividad apoyados por aviación e infantería, uniendo movilidad y potencia para sobrepasar, envolver y destruir al enemigo.
Los aliados no pudieron capturar un solo carro enemigo, mientras que los alemanes habían capturado centenares de vehículos británicos, analizándolos y comprendiendo que necesitaban más potencia de fuego, por lo que se trabajó en la instalación de un cañón de 50 mm en los Pz. III. El RAC tuvo su bautismo de fuego en Francia y fracasó, no sólo en el campo de batalla, sino también en los despachos del Estado Mayor, donde los jerarcas no veían más allá de sus mesas. Había nacido la leyenda de los “Panzers”.
La nueva generación
Tras el fracaso y repatriación del Cuerpo Expedicionario, Inglaterra parecía a punto de ser invadida. En lo referente a carros de combate tan sólo quedaban en las islas alrededor de 300 (aproximadamente 1/3 de la fuerza acorazada), incluyendo coches armados. Hacían falta carros desesperadamente, por lo que se tomaron dos medidas desesperadas: la primera la movilización de todos los recursos posibles, incluso los más insospechados, para conseguir vehículos blindados, se reincorporaron vehículos como las autoametralladoras Rolls Royce, se confiscaron vehículos pendientes de la exportación, etc.; la segunda fue tomar una decisión entre dos alternativas: acelerar la puesta en servicio de los carros aún en diseño (priorizando los que cumpliesen los requerimientos de los militares que habían servido en el continente), o bien potenciar la construcción de los existentes para tener más unidades. Los Matilda I fueron relegados casi de inmediato, aunque siguió el desarrollo de varios modelos: el ligero Tetrarch de Vickers, los de infantería Valentine y Churchill, y los cruceros Covenanter-Crusader.
Y aquí es donde nace nuestro protagonista, el carro de infantería Valentine...
Desarrollo
Basado en el concepto del Crusader Mk II, el Valentine fue un diseño de la Vickers intentando aprovechar elementos de los Crusader Mk I y Matilda Mk I. Presentado en febrero de 1938 al Ministerio de Guerra fue rechazado, aunque fue recuperado en agosto de 1939 cuando ya el conflicto era inminente.
A pesar de todo se tuvo que hacer en el mínimo tiempo posible, debido a la crisis de medios que atravesaba el país en 1940, por lo que no se construyeron otros prototipo. Más adelante fueron diseñados los Mk III y IV (6 libras) y los torreta biplaza Mk I y II, así como otras variantes lanzapuentes, antiminas, lanzallamas, etc., hasta un total de 11 variantes. Se construyeron un total de 9695 Valentine’s, 8275 en Inglaterra y 1420 en Canadá (Canadian Pacific Railroad Company). Unos 1300 fueron enviados a la Unión Soviética, aunque el Ejército Rojo cambió el cañón por uno de 76’6 mm, el mismo que el del T-34.
Desempeño durante la guerra
El bautismo de fuego de los Valentine tuvo lugar en el Norte de África, su principal teatro de operaciones, combatiendo en un principio contra las débiles fuerzas italianas, equipadas principalmente con tanquetas, hasta que en febrero de 1941 fue enviado en su apoyo el “Afrika Korps” alemán bajo el mando de Erwin Rommel, equipado con los muy superiores Panzer III y IV. Protagonizó numerosos combates contra estos, aunque nunca pudo superar su potencia, luchando en encuentros como el asedio de Tobruk, la Operación “Crusader” en Cirenaica, las dos batallas de El-Alamein y la invasión de Túnez.
Como curiosidad añadir que el Valentine fue el primer carro de combate anfibio británico, concretamente en Madagascar contra la Francia de Vichy.
Galería fotográfica
Fuentes
http://www.militar.org.ua/militar/tanqu ... ndial.html
http://www.eurasia1945.com/armas/tierra/valentine/
http://es.wikipedia.org/wiki/Valentine_Mk._II
http://henk.fox3000.com/infantry.htm
http://mailer.fsu.edu/~akirk/tanks/Grea ... Tanks.html
http://www.wwiivehicles.com/unitedkingd ... -mk-ii.asp