2º Batallón de Rangers

Descripción: El 2º Batallón de Rangers desembarcó el Día-D en Normandía, donde su tarea era inutilizar las baterías alemanas del Muro atlántico situadas en la Pointe du Hoc.

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Oerlikon
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2º Batallón de Rangers

Mensaje por Oerlikon » 20 02 2009 17:13

2º Batallón de Rangers


2º Batallón de Rangers listo para embarcar en Weymouth, Inglaterra para el Día D2º Batallón de Rangers listo para embarcar en Weymouth, Inglaterra para el Día D
El 2º Batallón de Rangers del Ejército americano desembarcó el Día-D en Normandía, donde su tarea era inutilizar las baterías alemanas del Muro atlántico situadas en la Pointe du Hoc. Estas baterías tenían al alcance la playa de Omaha Beach, donde debía desembarcar la compañía The Big Red One y Utah Beach.


1. HISTORIA

El Segundo Batallón de Infantería de los Rangers del Ejército de los EE.UU., (en adelante 2º Rangers), fue activado el 1 de Abril de 1943, con el Cuartel General en la base “Camp Forrest”, Tennessee. Después del entrenamiento adicional en Florida, el 2º Rangers embarcó para Europa, llegando a Inglaterra en diciembre de 1943.

En Bude, Titchfield, y Folkestone, se entrenaron para la inminente invasión de Francia. Se les encomendó la misión "imposible" de escalar los acantilados de Pointe du Hoc, cuatro millas al oeste de Omaha Beach, para destruir una batería compuesta de seis cañones "Howitzers" de 155 mm, emplazados por los alemanes para batir las principales zonas de aterrizaje. Esta sería la más famosa y arriesgada acción del 2º Rangers.

Tropas del 2º Batallón Ranger en el Canal Mussolini, 26 de enero de 1944Tropas del 2º Batallón Ranger en el Canal Mussolini, 26 de enero de 1944
El día 6 de Junio de 1944, el 2º Rangers, llegó a Omaha Beach como dos elementos separados. Tres Compañías, fueron las encargadas de tomar los cañones y desembarcaron bajo los acantilados. El resto del Batallón, en combinación con el 5º Rangers, desembarcaron cerca de Pointe de la Percée, unas pocas millas al este.

Mientras estaban en la playa, el general Norman Cota, al mando de la 29th Division, se les acercó para decirles, "Rangers, estamos esperando a que nos abran el camino", el luego célebre, "Rangers lead the way". A pesar de la pérdida de dos de las once tripulaciones de desembarco, y de la mayoría del material y pertrechos con los que contaban, las tres compañías del 2º Rangers vencieron la resistencia enemiga y escalaron los 10 acantilados de Pointe du Hoc, y una vez arriba se encontraron con que todos los emplazamientos estaban vacíos y sin rastro de los cañones.

Teniente Coronel Rudder, Comandante del 2º Batallón de RangersTeniente Coronel Rudder, Comandante del 2º Batallón de Rangers
Avanzando tierra adentro para eliminar la posible resistencia de las fuerzas alemanas de las zonas de aterrizaje, se encontraron cinco de esos cañones a unas dos millas de la playa, desatendidos pero listos para hacer fuego. Después de inutilizar los cañones, logrando así su objetivo principal dos horas después del desembarco, resistieron y manteniendo las posiciones alcanzadas a una serie de contraataques de las fuerzas alemanas.

Tres días después, cuando el resto del 2º Rangers alcanzó a las tres Compañías de avanzadilla, tan sólo 75 de los 225 hombres que iniciaron el ataque, estaban en situación de seguir combatiendo.

El 2º Rangers permaneció en aquellas posiciones descansando y recuperando a parte de sus heridos, así como patrullando la zona, y participando en el ataque a Avranches, y en la limpieza de la península de Le Conquet.

Imagen aérea de Pointe du Hoc el día DImagen aérea de Pointe du Hoc el día D
Después de tomar Kerlogue el 10 de septiembre de 1944, los Rangers avanzaron hasta Landerneau, tomando la ciudad de Le Fret y capturando 1600 prisioneros, liberando además a más de 400 prisioneros de guerra aliados.

El 2º Rangers se movió a través de Bélgica y de Luxemburgo, y el 14 de noviembre de 1944 se unieron a la batalla por el Bosque de Hürtgen, capturando el 7 de diciembre la Colina 400, cerca de Bergstein, y desde la que se dominaban las posiciones alemanas en Schmidt y Roer Dams.

El 16 de Diciembre el Batallón ocupó y defendió las posiciones aliadas en el flanco Norte durante la Batalla de las Ardenas. El 8 de Enero de 1945, el 2º Rangers, lanzó su ataque y avanzó sobre la Línea Sigfrido en Schmitthoff, destruyendo las posiciones enemigas e inutilizando gran cantidad de material de las tropas alemanas.

Rangers 2º Batallón escalando Pointe-du-HocRangers 2º Batallón escalando Pointe-du-Hoc
El 2 de marzo de 1945, los Rangers cruzaron el Río Ruhr al sur de Schmitthoff, y participaron en el avance a través de las llanuras de Colonia, alcanzando el 7 del mismo mes la localidad de Mayschoss, permaneciendo en misiones de limpieza hasta el 26 de marzo cuando se lanzó el siguiente ataque.

El Batallón avanzó, cruzando el río Rhin, y persiguiendo a las unidades alemanas en retirada hasta la localidad de Langdafroda, donde permanecieron hasta el 15 de abril de 1945. Después de partir hacia la localidad de Kassel, se les encomendó la misión de limpiar la zona boscosa cercana a Ostramona, alcanzando Munich el 25 de abril.

Cruzaron la frontera con Checoslovaquia el 6 de mayo de 1945, hasta la rendición final de las tropas alemanas. Después permanecieron en Europa como tropas de ocupación hasta el 23 de octubre de 1945, cuando se desactivó el Batallón, en la Base “Camp Patrick Henry”, en Virginia.


ENTREVISTA CON DOS MIEMBROS DE LA 2º BATALLÓN DE RANGERS, QUE DESCRIBEN EL ATAQUE A POINTE-DU-HOC

El General Omar Bradley describió el ataque a la batería alemana de Pointe-Du-Hoc como la más difícil de las misiones jamás encomendada a cualquier tropa bajo su mando. A pesar de las tremendas dificultades, los Rangers se las arreglaron para cumplir con la misión.

En historia son abundantes los errores, y la Segunda Guerra Mundial no es una excepción. Como resultado de un error en el libro “El Día Más Largo” de Cornelius Ryan, más de 55 años después de su famoso ataque a un risco de 100 pies [30 metros], el 2º Batallón de Rangers continúa luchando – esta vez para esclarecer la verdad de lo ocurrido en Pointe-Du-Hoc, Normandía. Ryan sugiere que la misión de los Rangers de destruir la batería alemana en Pointe-Du-Hoc fue un esfuerzo inútil. De hecho, el sargento 1º Leonard Lomell de Toms River, New Jersey, y el sargento Jack Kuhn de Altoona, de Pennsylvania, fueron testigos de cómo la misión de los Rangers fue cumplida a primeras horas del día 6 de junio de 1944.

Apoyados por sus camaradas de las compañías D, E y F del 2º Batallón de Rangers, Lomell y Kuhn, miembros de la 2ª Sección de la Compañía D, avanzaron desde el bloqueo de carretera que habían establecido y cumplieron con la misión que más tarde el Teniente-General Omar Bradley calificó como la más difícil jamás encomendada a cualquier tropa bajo su mando.

Leonard LomellLeonard Lomell
El objetivo de todos y cada uno de los 225 Rangers que asaltaron Pointe-du-Hoc durante la madrugada del Día-D era eliminar las seis baterías de 155 milímetros del 726º Regimiento de Infantería. La artillería alemana, con un alcance de 10 millas [16 kilómetros], tenía la capacidad de desatar el infierno en dos de las playas de invasión aliadas, Utah y Omaha, cubriendo las zonas de desembarco con alto explosivo y metralla. Usando un sigilo increíble, Lomell y Kuhn localizaron la batería, desprotegida pero alistada para su uso, en el denso follaje de una depresión entre unos setos y el camino de una antigua granja normanda. Ellos destruyeron los cañones, cumpliendo con la misión de los Rangers.

A pesar de que Kuhn y Lomell sobrevivieron para contar su historia, la creencia de que el asalto a Pointe-du-Hoc fue un fracaso persiste. Tras examinar lo que ocurrió durante las primeras horas del Día-D, la única conclusión lógica es que los Rangers no lucharon y murieron en vano.

Len LomellLen Lomell
Kuhn y Lomell contaron su historia en una entrevista para la revista World War II.

Pregunta: Señores, empecemos desde el momento en que desembarcaron del transporte de tropas Amsterdam.

Respuesta de Lomell: Desembarcamos sobre las 4 de la mañana del Amsterdam. Quedaba un viaje de unas 10 millas [16 ó 18 kilómetros, según se refiera a millas terrestres o náuticas] hasta la playa. El Amsterdam era un vapor del canal, un vapor regular.

Teníamos habitaciones privadas. La flotilla de unos 5 barcos se hallaba a unas 11 ó 12 millas. Nos fuimos a dormir y, Dios, sin darnos cuenta tuvimos que levantarnos y formar en la cubierta a las 4 de la mañana. El tiempo era malo.

Estábamos en un buque inglés y embarcamos en LCA’s ( Landing Craft, Assault) [Lancha de Desembarco, Asalto] manejadas por hombres de la Royal Navy. Recorrer las 12 millas con mar gruesa y tormenta nos llevó un rato.

Aproximadamente una hora antes de la Hora-H cesó el bombardeo de la aviación. Fue entonces cuando el (acorazado) USS Texas batió Pointe con su artillería. Imagínate, todos creíamos que había cañones en lo alto del risco tal y como nos habían indicado.

Habíamos estudiado Pointe y visto las posiciones en fotografías aéreas, pero más tarde encontramos que eran postes telefónicos y no cañones.

Esperábamos el asalto como un puñado de granjeros la feria o así. Era excitante, créame. Las olas rompían sobre nuestra LCA y los muchachos tuvieron que coger los cascos y achicar el agua ya que las bombas no daban abasto.

Jack y yo estábamos en la proa de nuestra lancha, la número 668. Vimos que nos dirigíamos hacia algo desconocido. Súbitamente nos dimos cuenta de que no nos dirigíamos a Pointe-Du-Hoc. Debía ser Pointe-De-La-Percée. No tenía ni idea de hacia dónde nos dirigíamos, pero aquello no parecía Pointe-Du-Hoc.

El Teniente-Coronel James Rudder (comandante en jefe del 2º Batallón de Rangers) se percató al mismo tiempo y corrigió a los timoneles. Hicimos un cerrado giro a la derecha y avanzamos unas tres millas, a unas 300 yardas de la costa, en paralelo a los riscos de Pointe-De –La –Percée, donde estaba desembarcando la Compañía C del 2º Batallón de Rangers.

Mientras navegábamos los alemanes se fueron colocando sobre la cima y disparándonos con todo lo que podían – ametralladoras, fusiles y morteros. De repente a todos se nos ocurrió, en particular a la Compañía D: “ Eh, no vamos a ser capaces de hacer aquello para lo que nos han entrenado”.

A la Compañía D se le había asignado la misión de rodear la Pointe y desembarcar en su extremo oeste. Nuestro objetivo era eliminar tres posiciones artilleras – la 4, 5 y 6. Por el error en la navegación de los timoneles británicos, habíamos perdido cerca de media hora. Íbamos de este a oeste, donde las Compañías E y F debían desembarcar, y dijimos: “Dios, no tenemos tiempo. Llegamos tarde. Al diablo con todo, nos meteremos entre ellas”.

Tan sólo quedaban dos lanchas (la lancha que transportaba al jefe de la Compañía D Capitán Harold “Duke” Slater se había inundado y hundido), así que allí nos metimos y desembarcamos entre las Compañías E y F, para realizar nuestro asalto con las sogas.

Todas las sensaciones que tengo de aquel día son como de estar en un partido de fútbol. Recordé mis instrucciones, y salimos en tromba, agachados y rápidamente. Ese era nuestro secreto, y estuvimos juntos. La 2ª Sección actuó en conjunto como un equipo el Día-D. Llegamos, nuestra rampa bajó y el infierno se desató.

El jefe de lancha salió a toda velocidad. Yo salí de la rampa y fui el primer herido. La bala atravesó la grasa de mi costado derecho. No tocó ningún órgano, pero hizo que me girara y quemaba como un demonio. Había un cráter bajo el agua. Y allí me hundí con la soga de respeto, el lanzador de mano y mi subfusil.

El recordar que la idea era llegar lo más rápido posible a la cima, hizo que me recuperara y avanzara hacia el risco. Nuestra principal preocupación era el reto de escalar el risco, que estaba húmedo por la lluvia y la arcilla y muy resbaladizo. Los alemanes disparaban hacia abajo. Cortaban las cuerdas. Trataban de matarnos. Yo había sido alcanzado. ¿Conseguiríamos llegar a la cumbre?. ¿Nos alcanzarían sus balas?.

Este tipo de cosas era las que pensábamos. Creo que éramos demasiado chulos como para tener miedo o estar asustados. Yo nunca pensé que iba a morir. Todos éramos optimistas. No creo que pensaran muchos en que podían morir. Pensaban que si tenían la más mínima oportunidad de luchar ganarían.

Concentrarme en lo que tenía que hacer y escalar por la húmeda y resbaladiza cuerda era agotador.

A mi lado se hallaba el sargento Robert Fruhlig, nuestro operador de radio, peleando con su radio “500” y su gran antena en lo alto, y yo estaba quedándome sin fuerzas. Bob gritó, “Len, ayúdame. ¡Ayúdame!. No puedo más.” Yo dije, “¡aguanta!, no puedo ayudarte. Apenas puedo ascender yo”. Entonces vi al sargento Leonard Rubin. El era todo músculo, un atleta nato, un hombre muy fuerte. Dije, “¡Len, ayuda a Bob!, ¡ayuda a Bob!, no creo que consiga subir.”

Él se acercó, agarró a Bob por el cuello y lo alzó. Bob fue dando tumbos, y la antena iba dando latigazos, y yo estaba preocupado por que eso atrajera el fuego alemán. Eso era lo único que pensaba. También me preocupaba que pudiéramos caer. Grité, “¡Agáchate!, ¡ vas a hacer que nos disparen!.” Ya sabes, estás excitado.

Cuando alcancé la cima, me arrojé en un cráter. Estaba el capitán Gilbert Baugh. Era el jefe de la Compañía E. Tenía una .45 en la mano, y una bala había atravesado el dorso de la mano alcanzando el cargador de la culata del Colt 45. Estaba conmocionado y sangrando abundantemente, y no había nada que pudiéramos hacer excepto darle algo de morfina y decirle, “Escuche. Hemos de movernos. Lo hemos logrado, capitán. Enviaremos un médico. Quédese aquí. Saldrá de esta”.

Entonces fue cuando abandonamos el cráter donde nos habíamos reunido al alcanzar la cima. Saltamos a un cráter más grande, que contendría, quizá, una docena de hombres. No pudimos juntarnos los 22 en un solo cráter para avanzar sobre los emplazamientos 4, 5 y 6. No habíamos imaginado que los cráteres nos darían protección. Hubiéramos perdido más hombres, los cráteres nos protegieron.

Respuesta de Kuhn: Saltamos al siguiente cráter. El sargento Morris Webb estaba detrás de mí, y el cabo Robert Carty detrás de Webb con la bayoneta calada.

Los alemanes abrieron fuego sobre nosotros nada más movernos, y saltamos hacia atrás para evitar los disparos. Bien, Webb saltó sobre la bayoneta de Carty. Carty no quería hacerlo. El tan sólo estaba detrás, listo para salir. Vi la bayoneta clavada a través del muslo de Webb. Me acerqué corriendo, saqué la morfina y se la inyecté en el muslo. Grité, “¡no puedo quedarme aquí, Webb, he de seguir avanzando!,¡ te enviaremos un médico!. Entonces vino alguien y se lo llevó mientras nosotros avanzábamos hacia la parte oeste de la Pointe, hacia las posiciones 4, 5 y 6. No había cañones allí, y pensamos, “¿qué demonios?, ¿qué ha pasado aquí?, ¡nunca ha habido aquí cañones!.” No había ni una evidencia de la existencia de cañones allí.

Respuesta de Lomell: Sé que para cuando alcanzamos la carretera de la costa tan sólo quedábamos 12 ó 13 hombres, luego en llegar a la carretera tuvimos 10 bajas. Habían sido muertos, heridos o lesionados.

Los alemanes nos dispararían, y entonces nosotros devolveríamos el fuego, pero sabíamos que no teníamos tiempo para mantener largos tiroteos. Nuestras órdenes eran eliminar los cañones lo más pronto posible. Nuestras órdenes (secundarias) eran bloquear la carretera de la costa para evitar que las tropas alemanas se desplazaran hacia el este hacia la playa Omaha a echar una mano.

Una vez llegamos al cruce, Jack y yo cruzamos hasta una zanja. El soldado Jack Conovoy era nuestro explorador. Por alguna razón él fue el tercero en cruzar, y le dispararon justo en el trasero y cayó.

Los fusileros y francotiradores alemanes estaban apuntando a los cruces. El cayó y gritó. “¡me han dado!.” Nosotros gritamos,”¡vale, ven hasta aquí!. Logró arrastrarse y se bajó los pantalones y, como te lo digo, le había atravesado una nalga y luego la otra y tenía la bala clavada. El la quería como recuerdo. Estaba gritando, “ ¡recoged la bala!, ¡recoged la bala!. Recogí la bala, y echamos sulfamida en las heridas. Le subimos los pantalones y marchamos por la carretera. Giramos a la derecha, que sería al oeste, hacia Grandcamp, donde tendríamos una buena visibilidad sobre la carretera para avistar a los alemanes lo más lejos posible.

Si había algún intento de avanzar hacia el este por la carretera, estábamos nosotros para pararlo, y allí es donde nuestra Compañía D estableció el bloqueo.

Pregunta: ¿Vuestra misión era parar todo lo que se dirigiera hacia Omaha por la carretera?.

Respuesta de Lomell: Esa era la orden. Todos y cada uno de los 225 teníamos las mismas órdenes. Cada compañía tenía esas órdenes. Lo que ocurrió es que la Compañía D acabó en el extremo del flanco derecho, gracias a Dios.

Respuesta d Kuhn: Nos dijeron que cortáramos la carretera. Exploramos y establecimos un perímetro en ese punto. En ese momento, Len y yo, en la carretera, éramos los Rangers que más habíamos avanzado en territorio enemigo.

Pregunta: ¿Eso sería sobre las ocho de la mañana?.

Respuesta de Lomell: Sí. En una hora alcanzamos la carretera costera. Quiero señalar que esto no es por sí mismo heroico. Era simplemente sentido común y profesionalidad.

Tan pronto dejamos el grupo de la Pointe, los alemanes abrieron fuego con cañones de 88 mm., barriendo la zona. Lo que intentaban hacer era comenzar desde el borde del acantilado, sabiendo que nosotros tratábamos de avanzar hacia el interior. Por supuesto, esto hace que te muevas más rápido, porque a tu espalda están haciendo un barrido.

Así es como fuimos capaces de alcanzar la carretera costera en una hora. Nos movíamos rápido, y eso que habíamos perdido cerca de media hora. Cuando teníamos espacio para correr, corríamos, corriendo rápido y agachados y golpeando fuerte y bajo, como mi entrenador de fútbol siempre me dijo. No fue hasta años después de acabar la guerra que se ocurrió por qué (los alemanes) hicieron aquel barrido.

Lo hicieron porque las baterías estaban justo al sur de la carretera. Los sargentos de sección se hicieron cargo del bloqueo, y Jack y yo decidimos echar un vistazo a la hundida carretera secundaria. Así que marchamos tierra adentro por ella.

Pensamos que debería haber algún rastro de cadenas o vehículos. Los cañones tenían que haber sido retirados de la Pointe. Estábamos buscando cualquier clase de pista que pudiéramos encontrar y nos pareció ver algo donde la carretera secundaria se unía a la principal. Decidimos avanzar por saltos. Jack me cubría, y yo avanzaba. Cuando me había adelantado unos pies, yo le cubría a él.

Era una carretera hundida con setos muy altos, con árboles y matorrales y cosas así.. Era lo suficientemente ancha como para colocar una columna de tanques, y hubieran quedado bien escondidos. No veíamos a nadie, así que decidimos correr el riesgo de echar un vistazo por encima del seto, mientras corríamos a toda velocidad. Al menos tendríamos la protección de los altos setos. Cuando llegó mi turno, dije, “¡Dios, aquí están!. Estaban en un huerto, camuflados entre los árboles.

Ahora, cuando camuflas cinco grandes obuses, cañones de 5 pulgadas [125 mm., en realidad eran de 155 mm.] es que no es artillería corriente y moliente, de la que enganchas en un jeep y te la llevas. Estos tenían estabilizadores y todo. Las ruedas eran más altas que nosotros.

Las bocas se alzaban lejos hacia el cielo, fuera de nuestro alcance. La gente dice que los destruimos con granadas de fragmentación. Eso no es así. No podíamos alcanzar de ninguna manera sus bocas. Donde sobresalían del huerto habían puesto redes. Por eso las fotos aéreas nunca indicaron que estaban ahí.

Estaban a una milla de la Pointe y el risco. Cuando nos acercamos a la posición y observamos, vi algunos alemanes que estaban hablando. Se estaban reuniendo, poniéndose las chaquetas. Serían sobre las 8 de la mañana o así. Imagino que estaban organizándose. Las posiciones estaban preparadas como por un manual.

Nada indicaba que hubieran sido disparadas. No había vainas disparadas. Si sabes que aspecto tiene una posición de artillería, nunca están perfectas después de haber disparado.

Toda la batería, cinco enormes cañones costeros, estaba preparada. Toda la munición estaba almacenada, no había restos – ni vainas ni sacas de pólvora vacías. Si has estado en un puesto artillero tras su uso, sabrás que es una locura limpiarlo.

Esta posición estaba en perfecto orden. Creo que la razón por la que no pudieron disparar fue que la Compañía E había destruido su puesto de observación en la Pointe. Allí estaba su búnker de observación. No tenían coordenadas sobre las que disparar, no tenían órdenes de fuego.

Sus líneas de comunicación habían sido cortadas. No creo que aquellos alemanes supieran que había Rangers o soldados americanos a menos de una milla de ellos. Estaban despreocupados dando vueltas, comportándose como si no hubiera enemigos porque nos estuvimos muy quietos. No tenían prisa por hacer nada. Alguien ha dicho, “No nos lo creemos. Ningún buen artillero dejaría la posición desprotegida” .

Vale, lo único que sé es que esa mañana no había guardia en las baterías. No provocamos el fuego en ningún momento mientras estuvimos cerca de sus cañones. Quizá estuvieran esperando a que se estableciera un nuevo PO (puesto de observación), o puede que pensaran que el "Texas" les bombardearía cuando los "88" acabaran con su barrido.

Respuesta de Kuhn: No nos esperaban.

Respuesta de Lomell: Nunca aparentaron estar preocupados por los acantilados. Aquella era su retaguardia. Querían proteger su nueva retaguardia (la parte de tierra adentro). Bueno, la gente suele decirme, “pero tendrían que haber oído las granadas.” No, no lo hicieron. Las granadas de termita son silenciosas, pero no estaba seguro de no encontrar algún guarda profundamente dormido en su puesto o así.

Pregunta: ¿Cómo destruiste realmente los cañones?.

Respuesta de Lomell: Jack me cubrió, y fui hacia los cañones con dos granadas de termita, la de Jack y la mía.

La densamente arbolada pendiente de la zanja era lo suficientemente alta como mantenerme fuera de la visión de los alemanes. Puse una granada de termita en las partes móviles de los dos primeros cañones. Entonces cogí mi Tommy [subfusil Thompson], lo envolví en mi chupa y destrocé las miras de los cinco cañones (por alguna razón desconocida el sexto cañón había desaparecido).

No sabía si podría volver. Quería causar el mayor destrozo posible. Después de hacer el trabajo, volví donde Jack y le dije, “¡hemos de conseguir más granadas!”. Inmediatamente corrimos hacia los muchachos del bloqueo donde nos dieron sus granadas. Tan rápido como pudimos, volvimos a la carretera. Queríamos ver si los alemanes habían oído algo. No lo habían hecho. Parecía que seguían incomunicados. Su puesto de observación había sido destruido. Jack los vigiló para que no me mataran.

Respuesta de Kuhn: Cuando regresamos con todas las granadas coloqué algunas en el cañón Nº 1. Len ya había puesto una en él. He de confesar que fue al único al que le puse algo.

Respuesta de Lomell: Dependía de Jack para darme cobertura. Mientras estaba allí abajo no podía ver a los alemanes. Usando las granadas de termita intenté soldar las partes móviles, engranajes, manivelas, bisagras, conjuntos de cierre, cualquier cosa a la que pudiera ponerle un par granadas de termita.

Mediante el intenso calor, se soldarían las partes móviles y volvería inútiles los cañones. Todo ese metal fundiéndose debería haber bastado para conseguirlo. No creo que tardara ni 10 minutos en destruir los cañones. Estaba satisfecho por haber hecho aquello para lo que había sido adiestrado. No volvimos la vista atrás. No perdimos ni un segundo.

Pregunta: Jack, ¿en qué pensabas mientras Len destruía los cañones?.

Respuesta de Kuhn: Fue un gran espectáculo. Hubo un momento en que empezó a parecerme hasta divertido: “Eh, estoy vigilando a estos tipos. Ellos no lo saben.” Me estaba envalentonando, pero tenía miedo de que nos descubrieran y confiaba en que ninguno mirara. No me habían visto, y yo tenía la sensación de tener el control sobre ellos. Era algo así como, “eh, tengo a estos tipos justo donde quiero.” Entonces caí en la cuenta: “ Espera un minuto. Si Len va allí y estos tipos vienen a por nosotros, tan sólo tengo tres cargadores”.

Respuesta de Lomell: Estábamos nerviosos y acelerados. Estaba regresando y Jack dijo: “¡deprisa!, ¡deprisa!, ¡salgamos echando hostias de aquí!. Yo lo hacía lo mejor que podía e iba tan rápido como podía y repté por el terraplén y hubo una explosión que nos arrojó a la carretera hundida. No podíamos oírnos el uno al otro por el zumbido en nuestros oídos. Todo lo que sabemos es que corrimos tan rápido como pudimos hacia nuestros compañeros. Me sentí completamente a salvo en los brazos de aquellos 10 tipos. Pero, ¿qué podrían hacer 10 tipos contra los, por lo menos, 150 alemanes que habíamos visto en la última media hora?.

Pregunta: Cuando los Rangers os vieron regresar corriendo, ¿cuál fue su reacción?.

Respuesta de Kuhn: Ante todo decir que ellos no sabían lo que habíamos hecho. Escucharon la explosión y... recuerdo al soldado Larry Johnson, le hubiera abrazado. El estaba solo en el cruce de carreteras. Dijo, “ ¿qué diablos fue eso?. Yo dije, “no lo sabemos pero, Larry, los cañones están inutilizados.” Lamentablemente Larry murió días después. No puedo entender por qué no fue enviada una patrulla alemana a ver qué narices era aquella explosión y que estaba pasando en el cruce.

Pregunta: ¿Volvisteis a ver los cañones tras ser relevados el Día-D+2?.

Respuesta de Kuhn: Yo tenía la intención de volver a ver los cañones. Pero tan pronto como nos reintegramos a la compañía nos enviaron hacia Isigny.

Recuerdo que cuando marchamos por la carretera pensé en que si me alejaba unas doscientas yardas [180 metros] los Rangers estarían a una milla [1’6 kilómetros]. No quise arriesgarme. Aunque la misión había sido cumplida por Lomell y Kuhn y el resto de los valientes hombres del 2º Batallón de Rangers, los combates y la guerra estaban lejos de acabar. Brest, la Cota 400 y docenas de batallas sin nombre habrían aún de ser libradas.

Los Rangers no fueron relevados de Pointe-Du-Hoc hasta el 8 de Junio tras dos días y medio de defenderse contra los feroces contraataques del 914º Regimiento de Infantería alemán.

Durante la tarde del 6 de Junio 25 Rangers del 5º Batallón de Rangers se unieron a los hombres de la Pointe tras abrirse paso por tierra desde la playa de Omaha. Tras dos días, tan sólo 90 de los 225 Rangers que habían asaltado Pointe-du-Hoc estaban en condiciones de combatir cuando tropas del 116º Regimiento de la 29ª División lograron romper el frente por el oeste para relevarlos.

Los Rangers habían cumplido con una de las primera y más importantes misiones del Día-D, pero a un precio tremendo.

Monumento de Pointe-du-HocMonumento de Pointe-du-Hoc
Leonard Lomell recibió la Cruz de Servicios Distinguidos y Jack Kuhn la Estrella de Plata por su actuación. Antes de que acabara la guerra Lomell fue herido tres veces y recibió una comisión en combate como 2º teniente. Regresó a casa para completar sus estudios de derecho y se estableció como abogado en New Jersey.

Jack Kuhn llegó al Día de la Victoria en Europa sin un solo rasguño y acabó la guerra como sargento 1º. Tras un periodo con los marines en la Guerra de Corea ingresó en el Departamento de Policía de Altona, pasando por todos los empleos hasta retirarse como Jefe de policía.

El 2º Batallón de Rangers recibió un Citación Presidencial por sus valientes esfuerzos en el asalto a Normandía. Los cientos de Rangers heridos recibieron posteriormente Corazones Púrpuras. Este récord histórico debería reflejar que el sacrificio de los Rangers no fue inútil.



3. ÁLBUM FOTOGRÁFICO

Soldados del 2º Batallón de Rangers descansandoSoldados del 2º Batallón de Rangers descansando

Soldados del 2º Batallón de Rangers en combateSoldados del 2º Batallón de Rangers en combate

Dos Rangers del 2º batallón junto a uno de los cañones de 155 mm de Pointe du HocDos Rangers del 2º batallón junto a uno de los cañones de 155 mm de Pointe du Hoc

Prisioneros alemanes son conducidos a la playa por soldados del 2º BatallónPrisioneros alemanes son conducidos a la playa por soldados del 2º Batallón



4. FUENTES

http://2ndrangers.us
http://www.panzerzug.es
http://www.history.army.mil/books/wwii/ ... it-pdh.htm
http://mundosgm.com
http://en.wikipedia.org
http://www.2ndrangerbattalion.org/wwiihistory.html
http://www.forosegundaguerra.com
http://nonsei2gm.blogspot.com/2010/04/p ... u-hoc.html
http://www.edsombra.com



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Re: Segundo Batallón de Rangers

Mensaje por DELTA-61 » 25 04 2011 19:43

Muchísimas gracias Oerlikon por este magnifico artículo, como podrás ver por mi firma, el 2º Batallón de los Rangers es mi unidad favorita y de la que ahora conozco mucho más de su intervención en la SGM.
Unidad US Army RangersUnidad: US Army Rangers

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Re: 2º Batallón Rangers

Mensaje por Doorman » 19 10 2011 14:36

¿Este unidad no debería estar entre las americanas?
Saludos y salud.

guscano
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Re: 2º Batallón Rangers

Mensaje por guscano » 19 10 2011 18:08

Doorman escribió:¿Este unidad no debería estar entre las americanas?
Saludos y salud.
Gracias por el aviso, camarada. Ya se ha cambiado al subforo correcto.

Saludos,

Guscano
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Re: 2º Batallón Rangers

Mensaje por albertoa » 19 10 2011 20:38

Espléndida unidad. De mis favoritas. Excelente artículo y digo bien: excelente artículo Cocinilla. Me ha encantado que añadieras el modelo escala 1/6 del soldado Jackson de la película Salvar al Soldado Ryan.

Saludos.
"Aunque el engaño sea detestable en otras actividades, su empleo en la guerra es laudable y glorioso, y el que vence a un enemigo por medio del engaño merece tantas alabanzas como el que lo logra por la fuerza."
Nicolás Maquiavelo.
Ordre de la Libération (1) British Flying Cross (1) Purple Heart (1) Africa Star (1) Kinshi Kunsho (1) Orden Trudovogo Krasnogo Znameni (5) Conspicuous Gallantry (3) Commendation Medal (1) Polemikos Stauros (1) Order Wojskowy Virtuti Militari (1) Cruz al Mérito Naval con distintivo blanco (1) Ritterkreuz mit Eichenlaub, Schwertern und Brillianten (1) Pour le mèrite (1)

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