Operación León Marino

Descripción: Plan alemán para invadir Gran Bretaña durante la SGM. La invasión no llegó a ejecutarse, si bien la amenaza de invasión se mantuvo durante bastante tiempo.

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Operación León Marino

Mensaje por cocinilla » 25 02 2015 16:30

Operación León Marino


Operación León Marino
La Operación León Marino fue un plan alemán para invadir Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. La invasión no llegó a ejecutarse, si bien sus preparativos fueron muy intensos y la amenaza de invasión se mantuvo durante bastante tiempo, primero para mantener una presión psicológica sobre el pueblo y el gobierno inglés, y posteriormente para encubrir los planes alemanes de ataque contra la Unión Soviética.

  1. INICIO
  2. INGLATERRA ESPERA EL MOMENTO JUSTO
  3. HASTA LOS SACRISTANES EMPUÑAN EL FUSIL
  4. PRIMERAS DISENSIONES EN EL CAMPO ALEMÁN
  5. CUARENTA CADÁVERES ALEMANES ATERRORIZAN A INGLATERRA
  6. GALERÍA FOTOGRÁFICA
  7. FUENTES



A. INICIO
El nombre, precedido por el del comandante George Archibald Church, nacido en Londres en 1866 y más bien desconocido, se hallaba en la parte inferior de la cuarta pagina; tenia el numero 49. "Churchill, Winston Spencer, Primer Ministro. Dirección: Westerham, Kent, Chartwell-Manor. Arréstese a petición de la sección A-1 (adversarios del nazismo: marxistas, comunistas, reaccionarios, liberales) de la Oficina IV, Gestapo, de la RSHA"..

Completaba la lista otos 2.700 nombres: intelectuales como Noel Coward, H.G. Wells, Virginia Wolf, Aldous Huxley, estudiosos como Bertrand Russell y Harold Lasky; el cantante negro norteamericano Paul Roberson y los periodistas John Gunther y Douglas Ree; cuatro personalidades extranjeras: Chaim Weizmann, Paderewski, Benes y Jan Masaryk; los ex amigos de Hitler, Hermann Rauschning y Putzi Hanfstängl, y también gente inocua como Lord Baden-Powell, de ochenta y tres años de edad, muy próximo ya a morir, fundador de los Boy-Scouts. No faltaba tampoco el nombre de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, fallecido hace mas de un año. La lista negra, llamada "Die Sonderfahndungliste G.B." o lista especial de los mas buscados en Inglaterra, ordenaba que los arrestara la policía secreta apenas pusieran el pie en suelo inglés.

Con estos singulares documentos empieza la operación militar conocida como León Marino (Seelöwe) y que significaba la invasión y ocupación de Inglaterra. En efecto, en junio de 1940, una vez derrotada Bélgica, Holanda y Francia, ocupadas Dinamarca y Noruega, sólo Inglaterra se oponen a Hitler y se niega a dejarle mano libre en Europa; pero este no había considerado todavía cómo llevar a cabo y ganar una guerra contra Inglaterra. Es verdad que, desde noviembre de 1939 el Almirante Raeder, jefe de la flota alemana, ha encargado a su Estado Mayor que "estudie los problemas relacionados con el dominio del canal"; pero todos sus intentos en las conferencias navales del 21 de mayo y del 20 de junio resultan vanos: "... El Führer suponían que los ingleses se avendrían a pactar".

El 15 de junio informa, incluso, a los generales que, habiéndose rendido Francia, tiene la intención de disolver a una parte del ejército, reduciendo las divisiones de 160 a 120. El 16,el Generaloberst Franz Halder anota en su diario del Estado Mayor "... La misión del ejercito a concluido. Tocará a la aviación y a la marina la tarea de proseguir solos la guerra contra Inglaterra"; y el 18, el Coronel Walter Warlimont, sustituto de Alfred Jodl, informa a la marina que "el Führer no ha manifestado la intención de desembarcar en Inglaterra".
Barrera de globosBarrera de globos
Pero al otro lado del Canal, Churchill, primer ministro desde hace un mes, no olvida las brutales palabras escuchadas al General Maxime Weygand en la víspera de la rendición francesa: "Dentro de tres semanas, el cuello de Inglaterra será retorcido como el de una gallina". El 4 de junio no encubre la amenaza al Parlamento: "... se dice que Hitler un plan para invadir las islas Británicas. No es la primera vez que se plantea lo mismo. Cuando Napoleón aguardó un año en Boulogne con sus barcazas y su gran armada, alguien le dijo: "En Inglaterra crecen hierbas muy amargas". Ciertamente hay muchas mas después de regresar (de Dunkerque) el cuerpo expedicionario". Y añadió que Inglaterra no se rendirá: "Defenderemos nuestra isla a cualquier precio. Combatiremos en las playas, lucharemos en los lugares de desembarco, en los campos y en las calles; combatiremos en las montañas. No nos rendiremos jamás".

Aunque más tarde confesara que "en aquellos días lo que mas temía era un desembarco de los carros de combate alemanes", las palabras que pronuncia en la Cámara de los Comunes no son una bravata, sino un plan preciso de acciones militares. En efecto, dos semanas después mas tarde, el General Ironside, jefe de las Fuerzas Armadas metropolitanas, ya tiene trazado un plan defensivo con tres barreras:
  • Una zona atrincherada a lo largo de la costa más apropiadas para la invasión, con defensores adiestrados para el combate, apoyados por tropas móviles para el contraataque.
  • Una segunda línea formada por la Guardia Nacional (que, propuesta por Eden el 13 de mayo, cuenta ya con dos millones de hombres) que penetra profundamente en el sur de Inglaterra para proteger Londres y los grandes centros industriales de la irrupción de los elementos acorazados.
  • Detrás, la reserva principal, para la auténtica contraofensiva.
Parece que Hitler no tiene prisa. hasta el 30 de junio, en que regresa de un largo viaje por Francia, no examina su Cuartel General un informe de Alfred Jodl titulado "La continuación de la guerra contra Inglaterra". En el preveían tres posibilidades: el bloqueo económico, ataques terrorista contra los centros habitados, y el desembarco. Pero éste, escribe Jodl, no se puede tomar en consideración "hasta que Alemania no se haga con el dominio del cielo". la reacción de HItler es cauta y escéptica. Lo revela el texto de las primeras disposiciones emanadas el 2 de junio por el OKW: "El Führer, comandante supremo, ha decidido que el desembarco es posible si se consigue una superioridad aérea y se realicen ciertas condiciones. Los preparativos deben comenzar inmediatamente".

Para Hitler piensa todavía en una solución negociada del conflicto: si los ingleses le dejan libre en el continente para volcar las energías del imperio conquistado hacia objetivos al este, no le exigirá más que la restitución de las ex colonias alemanas. En aquellos primeros días de julio, hablando con el embajador italiano Alfiere, dice que "no logra entender que exista alguien en Inglaterra capaz de creer seriamente en la victoria". Ciano, que le ve el día 7, le encuentra preparando un ofrecimiento público de paz a Inglaterra; el 13 responde secamente a Mussolini, rechazando el ofrecimiento de enviar tropas y aviones italianos para invadir Inglaterra, y aquella misma noche, Halder anota: "El Führer esta obsesionado con la pregunta: ¿porque Inglaterra no quiere todavía la paz?".



B. INGLATERRA ESPERA EL MOMENTO JUSTO
En gran parte del territorio inglés, la amenaza de invasión parece distante y fantástica. Mayo y Junio han sido dos meses calurosos, secos y soleados. En junio la temperatura a alcanzado los 32 grados y las playas de Shoreham, Hove y Brighton, a pesar de la proximidad de la guerra, se han visto frecuentemente por gente despreocupada. Churchill y sus colaboradores suponen que los puntos de desembarco pueden ser quince o veinte, pero la convicción general es que la invasión tendrá lugar en la costa oriental, en el Humber o en el estuario del Támesis, con el apoyo de paracaidistas que serían lanzados sobre Irlanda. El buen tiempo constante preocupa al gobierno: "... la sensación de una invasión potencial en cualquier momento resulta angustiosa para todos nosotros". El General Ironside escribe en su diario: "El tiempo sigue siendo muy bueno; ¡Que mala suerte! Vendrían muy bien los temporales".
Centinela de la Home Guard custodia una zona de la costa inglesaCentinela de la Home Guard custodia una zona de la costa inglesa
Inglaterra no está preparada para enfrentarse al invasor: Faltan armas; un convoy con medio millón de fusiles y municiones han salido de Norteamérica, pero no llegará hasta finales de julio. Churchill, al inspeccionar en Dover las defensas de St. Margaret's Bay, halla que en un frente de 6 a 8 km, no tienen mas de tres cañones antitanque con seis disparos cada uno (un brigadier le preguntó en tono de desafío si podía mandar a sus hombres dispararlos una vez para que "pudieran saber cómo funcionan". Sin inmutarse, el Premier respondió que "no se podía permitir maniobras de artillería" y que debía reservar los proyectiles "para el momento justo"). Desconsolado, Lord Alanbrooke confía a su diario el 19 de julio que conoce bastante los peligros que amenazan al país: "... la posibilidad de un intento de invasión, la debilidad de nuestro sistema defensivo, la espantosa falta de armamento, la escasez del medios de transporte y, en fin, el poco entrenamiento de la mayor parte de nuestras tropas...". Precisamente aquella fecha era la elegida por Hitler para ofrecer la paz a Churchill.

Cuatro días antes, el 15, la prensa alemana anunció: "Tropas alemanas de las tres armas están listas para invadir a Inglaterra. El Führer, decidirá personalmente la fecha del ataque". Al día siguiente se cursó con el mayor sigilo la Normativa Nº 16 firmada por el: "Dado que Inglaterra, a pesar de su situación militar desesperada, sigue sin dar señales de querer pactar, he decidido preparar una operación de desembarco, y, si es necesario, llevarlo a cabo. Tiene por finalidad eliminar el territorio metropolitano inglés como base de operaciones contra Alemania y, si fuera necesario, su completa ocupación".

Inmediatamente después, el OKW ordenando a trece divisiones escogidas que ocupen las bases del canal, como primera fase de la invasión; en total son 90.000 hombres y 650 carros de combate a las órdenes del nuevo Mariscal de Campo Karl Rudolf Gerd von Rundstedt. Seis divisiones de infantería del XVI Cuerpo de Ejército del General Ernst Busch debe embarcar en la zona de Calais para invadir la costa inglesa entre Ramsgate y Bexhill, cuatro divisiones del IX Cuerpo de Ejército, del General Adolf Strauss, partirán de la zona de El Havre para desembarcar entre Brighton y la Isla de Wight; tres divisiones del VI Ejercito de von Reichenau, avanzaría hacia Bristol, aislando Devon y Cornualles; la 9ª y la 16ª, crearían una línea inicial de resistencia entre Portsmouth y Margate, cuyo primer objetivo será un frente entre Gravesend (estuario del Támesis) y Southampton; el segundo objetivo, con la ayuda de los refuerzos, será establecer una línea entre Maldon, al norte del Támesis y la desembocadura del Severn en las costas occidentales, que bloqueará Gales. Seguro con estos preparativos, el 19 de julio, el Führer pronuncia en el Reichstag un discurso del que había "sopesado cada una de las palabras", como dijo Ciano.

"En esta hora, ante mi conciencia, siento el deber de apelar de nuevo a la razón y al sentido común tanto de Inglaterra como lo de los demás. Puedo hacerlo, porque no soy un vencido que mendigar favores, sino un vencedor que habla en nombre de la razón. ¡No veo motivo alguno para proseguir la guerra!. Me atormenta el pensamiento de los sacrificios que conlleva... Tal vez Mr. Churchill desdeña mis palabras, atribuyéndolas a temores o a dudas sobre la victoria final. En tal caso quedaré libre mi conciencia respecto al futuro".

Después del discurso, el corresponsal norteamericano William Shirer se dirigió a la sede de la radio para transmitir un resumen a los Estados Unidos. pero apenas llego captó una transmisión alemana desde Londres. Al cabo de una sola hora, Hitler recibía la respuesta inglesa. Era un no rotundo. Churchill explicará luego que la brusca e inmediata reacción inglesa había sido transmitido por la BBC, sin contar con el gobierno de Su Majestad, apenas se escuchó el discurso de Hitler. En Roma, Mussolini juzgó "demasiado hábil" el discurso de Hitler y Ciano anota en su diario: "El Duce teme que los ingleses puedan hallar en él una base para comenzar a negociar. Le disgustaría mucho, pues ahora mas que nunca quiere la guerra".



C. HASTA LOS SACRISTANES EMPUÑAN EL FUSIL
A pesar del tono moderado de Hitler, los ingleses están convencidos de que el desembarco tendrá lugar a los pocos días. La esperanza del gobierno se centrará sobre todo en la Home Guard, la guardia nacional formada por hombres comprendidos desde los dieciséis a los sesenta y cinco, cuyo lema, ideado por Churchill, es "lleva a otro contigo". La célebre fotografía del sacristán de la Abadía de Westminster que, a sus setenta y dos años, aprende a manejar el fusil, da una idea clara de la época y de los sentimientos ingleses. Después del primer periodo algo confuso, la guardia nacional se organiza rápidamente para su misión, que es la de proteger los objetivos locales contra cualquier ataque enemigo hasta la llegada de las fuerzas regulares.

No faltan episodios ingenuos o desagradables, como el de los voluntarios que sugieren que, en caso de invasión, se coloque a lo largo de las calles platos soperos, para que los enemigos lo tomen por minas: "¡A penas los alemanes salgan de los tanques para quitarlos, los freímos a tiros!". O el de los centinelas de la guardia nacional que mataron de noche a varios automovilistas. Ante la repetición de estos hechos, se decretó en septiembre sin sombra de ironía: "Los voluntarios de la defensa civil que disparen por razones de venganza personal, serán suspendidos del servicio".
Uno de los 54 PzKpfw III preparados para la invasiónUno de los 54 PzKpfw III preparados para la invasión
Como los ingleses, gracias a las informaciones que recibe de su servicio secreto de la resistencia francesa y belga, prevén el desembarco de unos 100.000 hombres (20.000 provenientes del Golfo de Vizcaya, en la costa sur, 5.000 de los puertos del Canal, destinados a la costa meridional; 12.000 de los puertos belgas y holandeses, y otros 50.000 de los de Alemania, en la costa oriental; y en fin, otros 10.000 provenientes de Noruega, que deben desembarcar en Irlanda y Escocia), Churchill emite la famosa ordenanza para rechazar el ataque. Dice a los jefes del Estado mayor que:

"Nuestra primera línea de defensa contra la invasión tiene que estar en los puertos enemigos: reconocimiento aéreo, vigilancia de los submarinos y demás medios que puedan procurarnos información, deben ser seguidos por decididos ataques de todas nuestras fuerzas disponibles contra cualquier concentración de buques alemanes". Añade que "la segunda línea... está constituida por los servicios de inspección de la marina, lista para interceptar y destruir cualquier expedición contra nuestras costas. la tercera línea es el contraataque naval durante los intentos de desembarco...", y concluye: "Pero en caso de que el enemigo logre desembarcar en varios puntos, tendrá que encontrar en las costas la resistencia mas aguerrida..., con fuertes contraataques de las fuerzas motorizadas en el momento de mayor debilidad del enemigo, que no es cuando desembarca, como creen muchos, sino cuando se hayan dispersos por la playa con las comunicaciones interrumpidas y una falta total de escolta...".

Inglaterra se preparaba a resistir sin un momento de respiro. En todas las ciudades principales se fijan centenares de globos que flotan en el aire para impedir los vuelos enemigos a baja altura. En las costas orientales y meridionales, el gobierno requisa un millar de residencias a las pocas horas de notificarlo, declarándolas zonas de defensa, y no se permite la entrada a quien no esté autorizado; se distribuyen a los residentes documentos de identidad especiales y se invita a todos a destruir mapas geográficos, topográficos y de carreteras. En las playas se construyen puestos de guardia, nidos de ametralladoras y atalayas; en la orilla, se colocan obstáculos de hormigón armado, pinchos metálicos debajo del agua, alambradas y amplios campos minados.

En los puertos mas pequeños se desmantelan los muelles; en los grandes, se colocan cargas explosivas para volarlos en el momento oportuno. Para defender las principales arterias que unen las zonas costeras con el interior, se construyen bunkers (algunos en lugares nada estratégicos, debido a la precipitaciones); a falta de baterías antitanques, se colocaron a los bordes de las carreteras bidones de gasolina que, al llegar los alemanes, se harán explotar con bombas de mano. Se quitan los letreros y señales de todo tipo en carreteras y estaciones; a la entrada y salida de muchas ciudades y pueblos se levantan barricadas, y lo mismo se hace en las autopistas de Surrey para impedir aterrizajes de los planeadores.

En Maidstone, Winchester, Canterbury y Ringwood, la defensa civil, sirviéndose del agua de algunos canales, puede inundar vastas extensiones de terreno en unas seis o siete horas; en Whitchurch, un instituto experimental prepara un arma especial, la granada 74, llamada bomba adhesiva, que podía ser lanzada a mano contra los tanques (incluso desde las ventanas) y permanecer pegado a la coraza de los panzer; pero tenían la desagradable tendencia a permanecer pegado a la mano del lanzador. Desde mayo, el premier había ordenado la creación de cuerpos de asalto, que denominada Leopards, que luego se llamaría Comandos; son 20.000 hombres escogidos de unidades ya constituidas , dispuestos a "saltar a la garganta de cualquiera unidad de desembarco o de paracaidistas". Se les encargó las defensas de los 375 "puntos más vulnerables del país: aeropuertos, estaciones de radar, depósitos de carburantes, fábricas de armas, grandes centrales eléctricas". En el frente interno, la policía se moviliza a la caza de la quinta columna, es decir, de los agentes nazis infiltrados en Inglaterra poco antes de la guerra.
Preparación de barcazas para la invasión en el Puerto de WilhelmshavenPreparación de barcazas para la invasión en el Puerto de Wilhelmshaven
Pero en esto los ingleses no tienen mucho que temer: desde 1935 los alemanes han eliminado a varios espías por dudar de su ideología. El caso más clamoroso de espionaje en favor de Alemania es el del joven diplomático norteamericano Tyler Kent, que pasa copias de los mensajes reservados intercambiados entre el gobierno inglés y el norteamericano. Por lo demás, el General Ironside escribe en su diario: "Recibimos continuamente informes detallados sobre la quinta columna. Sin embargo, parece increíble, que todavía no hemos logrado cazar a nadie importante. Casi hay que preguntarse si existe de veras. Nos llegan denuncias de todas partes, pero nunca conseguimos las pruebas". Durante todo el verano de 1940, sólo arrestaron a tres; una mujer de la Isla de Wight, sorprendida mientras cortaba cables telefónicos militares, y dos hombres que en un bar dicen en voz alta que Hitler debería ser el jefe del gobierno.

En Alemania, después de la Normativa Nº 16, la Wehrmacht y las SS se dedican programar la forma de administrar Inglaterra una vez ocupada. Un documento revelador lo constituye la ordenanza (hallada por los soviéticos en poder del XVI Cuerpo de Ejército del General Busch) con el que se determinan siete puntos para el territorio ocupado. prevé la pena de muerte de quien arranque un solo cartel: define como "delito sujeto a los tribunales militares", la reunión en las calles; fija el cambio de Libras esterlinas en 9,60 marcos y determina que "las fuerzas armadas alemanas pararán con vales especiales". Con otra ordenanza atribuida a Halder, titulada "Organización y actividad de la administración militar en Inglaterra", se manda fusilar en el acto y sin proceso a guerrilleros y civiles: "Ya que las bandas de guerrilleros ingleses no llevan uniformes ni armas ostensiblemente, están sujetas a las decisiones de la Conferencia de La Haya sobre la guerra por tierra. Eso vale también para los demás civiles culpables de complicidad".

La ordenanza prevé la constitución de tres campos de concentración en territorio inglés y ocho en el continente, cada uno con una capacidad de 10.000 detenidos. Von Brauchitsch, comandante en jefe del Ejército; precisa que "todos los hombres válidos entre los dieciséis y los cuarenta y cinco serán internados y transferidos al continente, a menos que la situación local no requiera soluciones especiales". El Ejército dividirá el territorio en 16 "Kommandantur" especial reforzadas. En cuanto a la política económica, el ejército prepara un plan de rapiña sistemática dirigida por el "Centro económico-militar para Inglaterra", que deberá confiscar materias primas y productos elaborados y enviarlos a Alemania. La policía no se queda atrás. Desde junio, el Jefe del Contraespionaje Político, Walter Schellenberg, por encargo de Heydrich, ha preparado un manual para uso de los oficiales de las tropas de desembarco y de los dirigentes nacionalsocialista que les debían acompañar. En el librito hay una breve descripción de las instituciones inglesas, instrucciones para ocupar los Ministerios de la Guerra, Asuntos Exteriores e Interior, los departamentos de los servicios secretos, y la lista de las personalidades que había que arrestar, para que estuvieran a disposición de las diversas oficinas del RSHA.

Se nombra jefe de la policía alemana en Inglaterra al profesor Franz Six, de treinta y un años, Standartenführer (Coronel) y ex decano de la facultad de Economía de Berlín. Este, que en 1941, prestara servicio en los grupos de exterminio ("Einsatzkommando") en Rusia y, como "experto en la lucha contra los judíos", organizará en 1944 un congreso antisemita internacional, siendo condenado a cadena perpetua en 1948, pero puesto en libertad en 1952. Heydrich le autorizó a crear seis "Einsatzkommando" en Inglaterra (Londres, Bristol, Birmingham, Liverpool, Manchester y Edimburgo) y le recomienda que "su actividad sea simultánea a la invasión y que combata con eficacia las numerosas e importantes organizaciones inglesas que son hostiles a Alemania".

Según la lista negra de Schellenberg, se trata de las Logias Masónicas, la Iglesia de Inglaterra, la Public Schools y los Boy-Scouts. Para estos preparativos prematuros, por no decir otra cosa, está claro que la Wehrmacht y la Gestapo han vendido la piel del oso antes de matarlo. Al día siguiente al discurso de Hitler en el Reichstag, el Almirante Raeder expone al Führer que la Marina no dispone de medios para escoltar, abastecer y proteger a las fuerzas de desembarco en un frente como el previsto.



D. PRIMERAS DISENSIONES EN EL CAMPO ALEMÁN
Se trata de unos 400 km de costa; se necesitan 155 transportes, 471 remolcadores, 1.722 barcazas y 1.161 embarcaciones de motor sólo para el primer asalto de 100.000 hombres. ¿Qué pasará con el de los refuerzos?, Raeder, ante el silencio glacial de Hitler, pasa a hablar del tiempo y del estado de la mar. Dice que, como se considera que los puertos ingleses "están demasiado bien defendidos" para tomarlos directamente al asalto (y que en caso de invasión estarán minados y obstruidos), los primeros desembarcos deberán efectuarse en costa abierta. Teniendo en cuenta las mareas y la luna, el mejor tiempo sería entre el 19 y el 26 de septiembre, pero el mar tendrá que estar tranquilo; si no, las barcazas se hundirán y otros medios de transporte quedarán inutilizados:

"Aun en la hipótesis de que la primera oleada de asalto puedan atravesar el Canal en condiciones propicias, nada garantizada que éstas perduren cuando se envíen los demás fuerzas... No podrá realizarse ningún movimiento de cierta envergadura entre las dos orillas durante varios días seguidos, a menos que se pueda utilizar ciertos puertos". Una vez más, Hitler, ante la oposición clara de Reader, rehúsa a tomar una decisión definitiva: "En tierra soy un héroe, había dicho un año antes a Rundstedt; en el agua soy un cobarde". Pero el 1 de agosto, mientras en Berlín todos están impacientes por saber cuándo va a empezar la invasión, dictada la Normativa Nº 17, resultado de la meditación sobre la sugerencia de Jodl y Raeder; en ella ordena que la "aviación doblegue por todos los medios a la inglesa en el menor tiempo posible"; se reserva "ordenar ataques terroristas de represalia" y establece que la flota inglesa hunda a toda la expedición alemana; si, en cambio, se limitan a una línea corta (como propone la marina) existe el serio peligro de que los invasores se vean arrojados rápidamente al Mar.

Díez días de discusión, durante las cuales Hitler calla obstinadamente con el pensamiento ocupado en Rusia, no resuelve nada. Jodl, el 13 de agosto, le expone una síntesis de la situación: son indispensables dos condiciones para desembarcar: que se elimine del Canal a la flota enemigo y a la RAF de los cielos ingleses. El mismo día la Luftwaffe comienza bombardear las bases aéreas inglesas mientras los cañones de largo alcance instalados en el Cabo de Gris-Nez, en Calais y en Blanc-Nez, disparan contra Dover y contra los convoyes que transitan por las costas meridionales de Inglaterra. La Luftwaffe dispone de 2.550 aviones de combate listos para la acción (1.150 bombarderos, 800 cazas ligeros y 200 pesados); la RAF sólo tenía 704 Hurricane y Spitfire, mas una reserva de 350. ¿Será suficiente esta proporción de tres a uno para asegurar una pantalla protectora a los invasores?.

En Inglaterra, después de la confusión de julio, cuando faltaban inclusos fusiles, reina una calma angustiosa y tensa. Más de uno preferiría un ataque inmediato a tener que esperarlo día tras día: Cuando en la tarde del 15 de agosto el General De Gaulle, jefe de las Francia Libre, va a visitar a Churchill a Chequers, su residencia de campo, le encuentra agitando los puños y murmurando: ¡Nos vienen!. Aquella noche, una emisora alemana, la "Nueva Inglaterra", asegura que transmite desde territorio inglés y que el personal es inglés; incita a los oyentes a que se libren de Churchill y de sus colaboradores y a quemar sus propiedades; luego anuncia que "se han lanzado paracaidistas vestidos de paisanos o con uniformes del ejército inglés cerca de Birmingham, Manchester y Glasgow y que los han ocultado agentes de la quinta columna, listos para entrar en acción en el momento de la invasión".
Lancha de desembarco alemana preparándose, Pionierlandungsboot 39, para la invasiónLancha de desembarco alemana preparándose (Pionierlandungsboot 39) para la invasión
En efecto, el 16 de agosto se encuentran en varias partes 45 paracaídas abandonados, varias emisoras, mapas, fotografías de instalaciones militares y libretas con direcciones de personalidades públicas y privadas. De un extremo a otro de la isla corre la voz de que se han lanzado paracaídas en las Midlands y en las Lowlands escocesas. La conmoción de la opinión pública es tal, que, el mismo Churchill, aunque escéptico, se ve obligado a ofrecer una recompensa a quien capture a uno de los invasores; pero bien pronto el contraespionaje comprueba de que se trata de una falsificación bastante burda: "después de un examen más atento... se descubrió que algunos paracaidistas estaban en campos de trigo, pero no había huellas de pasos...; en las fotos de los objetivos elegidos para actos de sabotaje, fechadas para que se supiera que habían sido tomadas por agentes alemanes en febrero de 1940, la minuciosidad alemana no cayó en el detalle de que los árboles tenían hojas".

Todavía despierta mas emoción la noticia que se difunde a fin de mes del que se han hallado los cadáveres de 40 zapadores alemanes en la costa de Cornualles y de la Isla de Wight (como luego explicara Churchill, se trataba de soldados ahogados en Francia durante maniobras de desembarco con las barcazas). La voz popular dice que ha habido un intento de invasión y que los alemanes han muerto al prender fuego los ingleses al petróleo que han echado al mar.



E. CUARENTA CADÁVERES ALEMANES ATERRORIZAN A INGLATERRA
En el plan psicológico es una batalla perdida por los alemanes, aunque el empleo de petróleo en llamas contra los invasores no había sido excluido a priori. Pero en Berlín, la Operación Seelöwe se ha quedado en la fase de las discusiones entre las diversas armas. El 27 de agosto, Hitler interviene en la polémica sobre la extensión del frente y opta en favor de la solución más modesta, es decir, una línea de 140 km (y no de 400) articulada, según las directrices de Keitel emanabas el mismo día, en cuatro puntos principales de la costa meridional. Una operación denominada Herbstreise (viaje otoñal), servirá para engañar a los ingleses: un par de días antes del desembarco, cuatro grandes transatlánticos, entre ellos el SS Europa y el SS Bremen, zarparan vacíos del sur de Noruega, y, escoltados por cruceros, se dirigirían hacia las costas de Escocia y Aberdeen, para hacer creer que la invasión tendrá lugar en el Norte de Inglaterra.

El 1 de septiembre el OKW ordena que la flota invasora pase de los puertos alemanes a los del Canal. ¿Pero cuándo tendrá lugar el desembarco, que se denomina "S TAG" o "Día S"?. El 3 de septiembre Keitel comunica que "el día mas próximo fijado para la partida de la flota es el 20 de septiembre, y el del desembarco, el 21. la orden de ataque será dada el Día S menos diez, por tanto, probablemente, el día 11... ". El 4, mientras en Inglaterra se suceden sin tregua los bombardeos indiscriminados, Hitler pronuncia un discurso en el Palacio de Deportes de Berlín delante de un auditorio de enfermos y asistentes sociales. En tono sarcástico dice: "Cuando en Inglaterra la gente se pregunta con curiosidad: ¿Pero?, ¿porque no vienen?, nosotros respondemos: ¡Calma, calma! Ya llegará el día...". Sin embargo, 48 horas mas tarde, el Almirante Raeder, que ha mantenido una conversación con él, anotó en su diario de guerra de la marina: "El Führer todavía está muy lejos la idea de invadir Inglaterra, convencido de que la derrotará aun sin el desembarco".

A media tarde del día 7, un día caluroso, lleno de luz, la Luftwaffe desata el primer ataque en masa contra Londres con 625 bombarderos, escoltados por 648 cazas y, al anochecer, gran parte de la ciudad está en llamas. las autoridades están convencidas de que el bombardeo coincide con el desembarco y, a las ocho de la noche se difunde la contraseña "Cromwell", que significa invasión inminente en unas doce horas. Tal vez fuera el momento de mayor tensión de todo aquel verano. Es más, la voz de que paracaidistas y barcos alemanes se acercan a las costas crean momentos de pánico: al darse la alarma, las campanas de las iglesias tocan a rebato; en los centros pequeños y grandes se cierran los puestos de bloqueo y, desagradablemente, ocurren decenas muertes entre la Guardia Nacional y las fuerzas regulares, pues, por la precipitación, algunas unidades entran en los campos minados a lo largo de la costa.

"Parece que ha llegado el momento de la invasión (escribe aquella noche lord Alanbrooke). Concentración de naves y bombardeos, captura de paracaidistas, cuatro espías sorprendidos en la costa... He dado la orden de estado de alarma "Cromwell" en los sectores oriental y meridional...". En efecto, todo hace pensar que la invasión es inminente. Cuatro holandeses, descubiertos en una barca de remos en la costa suroriental, confiesan que, a los pocos días, tenían que dar cuenta a los alemanes sobre los movimientos de tropas inglesas en la zona de Ipswich-Londres-Reading-Oxford. Además, el mismo 6-7 de septiembre la aviación se ha reforzado en Amsterdam y Brest con 160 bombarderos procedentes de Noruega, mientras la recogida de barcazas entre Ostende y El Havre se hace de improviso más febril. En fin, la luna y la marea, entre el 8 y el 10, son favorables a un desembarco en aquella costa.

Al día siguiente, Churchill, a quien no se ha consultado para lanzar la alarma, da la orden de que las campanas toquen a rebato sólo en caso de que "un guardia nacional... vea la caída de 25 paracaidistas por lo menos"; sin embargo, advierte por radio que, si ha de tener lugar la invasión, "no se hará esperar mucho y que, por tanto, se debe considerar la semana siguiente (del 15 al 22 de septiembre) como un momento decisivo de nuestra historia..". Tras los distintos aplazamientos en septiembre de 1940, el 12 de octubre el plan se cancela por una nueva Directiva del Führer, señalándose que durante el invierno la Operación León Marino se mantendría únicamente como un medio de ejercer presión política contra Inglaterra, anunciándose que en primavera de 1941 se analizaría nuevamente si debía activarse por completo el dispositivo de invasión (que tendría por fecha orientativa el mes de Mayo de 1941).

En noviembre de 1940 la invasión aún parece tentar a Hitler, pero en diciembre señala a Von Brauchitsch que "no consideraba ya la ejecución de León Marino posible". En la primavera de 1941, León Marino parece ser una táctica de despiste destinado a distraer al mundo del ataque contra la URSS; así, el 24 de abril Von Brauchitsch emite órdenes para la operación Haifisch (Tiburón). Bajo esta denominación se emiten instrucciones detalladas para el desembarco en Inglaterra el 1 de mayo de 1941, esencialmente basadas en las indicaciones de Von Brauchitsch al Ejército de Tierra de 31 de agosto de 1940 sobre la Operación León Marino, con la salvedad de que en "Tiburón" los puertos de invasión se sitúan en un frente más amplio, entre Rotterdam y Cherburgo.

Los planes de invasión de Rusia y el lanzamiento de la misma hacen que se pospusiera nuevamente su toma en consideración hasta 1942, año en que el plan es abandonado definitivamente por Alemania. Concretamente, el 13 de febrero de 1942 Raeder solicita a Hitler la cancelación definitiva de todos los preparativos, y tras consentir Hitler a esta petición, Jodl emite el 2 de marzo una Directiva indicando que de re emprenderse la operación se darían órdenes con un año de antelación.



F. GALERÍA FOTOGRÁFICA

Colocación de Globos en un puerto inglésColocación de Globos en un puerto inglés

Preparación para la Operación León Marino. Un grupo de Gebirgsjäger antes de embarcar el 9 de octubre de 1940Preparación para la "Operación León Marino". Un grupo de Gebirgsjäger antes de embarcar el 9 de octubre de 1940

El Marinefährprahm, MFP, fue la embarcación de desembarco más grande operada por la KriegsmarineEl Marinefährprahm (MFP), fue la embarcación de desembarco más grande operada por la Kriegsmarine

Ejercicios en tierra para la Operación León Marino. Verano de 1940Ejercicios en tierra para la Operación León Marino. Verano de 1940

Una patrulla de motoristas en el Sussex Downs ante la Operación León MarinoUna patrulla de motoristas en el Sussex Downs ante la Operación León Marino

Obstáculo anticarro britanico, tipica zanja que bloquea las orugas, sencilla pero eficazObstáculo anticarro britanico, tipica zanja que bloquea las orugas, sencilla pero eficaz

Artillería costera durante unos ejerciciosArtillería costera durante unos ejercicios

Bunker con ametrelladoras BrenBunker con ametrelladoras Bren

Royal Marines custodiando la entrada del edificio del AlmirantazgoRoyal Marines custodiando la entrada del edificio del Almirantazgo

Operación León Marino
Operación León Marino
Operación León Marino
Operación León Marino
Operación León Marino
Operación León Marino
Operación León Marino
Operación León Marino
Operación León Marino
Operación León Marino



G. FUENTES
Crónica Militar y Política de La Segunda Guerra Mundial; Editorial Sarpe; Depósito Legal: M.41.059-1982.
Así fue la Segunda Guerra Mundial; Editorial Noguer S.A.; Año: 1972

http://www.eurasia1945.com/varios/hecho ... on-marino/
http://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3 ... B3n_Marino
http://www.historylearningsite.co.uk/op ... ealion.htm
http://www.lexikon-zweiter-weltkrieg.de ... C3%B6we%22
http://militaryhistory.about.com/od/wor ... a-Lion.htm
http://www.wlb-stuttgart.de/seekrieg/ks ... frames.htm
http://www.militaryimages.net
http://www.welt.de/geschichte/zweiter-w ... anden.html
http://www.panzertruppen.org/ww2/1940/leonmarino.html

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Re: Operación León Marino

Mensaje por Marklen » 26 02 2015 01:17

Muy buen documento, la cantidad de logística era impresionante para un régimen que iba improvisando sobre la marcha, una muestra mas de que Hitler y sus esbirros nunca planificaron a largo plazo.


Saludos
US Antarctic Expedition (2) Orden Krasnogo Znameni (1) Kriegsverdienstkreuz Schwerter (1) Distinguished Service Cross (1) Memorial Cross (1) Navy Medal of Honor (1) Orden Trudovogo Krasnogo Znameni (2) Conspicuous Gallantry (1) Orden del Millón de Elefantes (2) Order Wojskowy Virtuti Militari (1) Victoria Cross (1) Cruz al Mérito Aeronáutico con distintivo blanco (1) Ritterkreuz mit Eichenlaub, Schwertern und Brillianten (1)

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