48 horas sobre Voronezh. La posibilidad de lo imposible

Descripción: No hay operación mas disparatada pero a la vez mas épica que la que emprendió la Wehrmacht en el verano de 1942.

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Simo Häyhä
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48 horas sobre Voronezh. La posibilidad de lo imposible

Mensaje por Simo Häyhä » 08 12 2010 08:44

48 HORAS SOBRE VORONEZH. LA POSIBILIDAD DE LO IMPOSIBLE


“Ningún plan resiste al contacto con el enemigo”
Von Moltke.

Cañón antiaéreo de Gebirgsjäger en posición, Valle de Teberda, Cáucaso Central, Unión Soviética. 24 de septiembre de 1942Cañón antiaéreo de Gebirgsjäger en posición, Valle de Teberda, Cáucaso Central, Unión Soviética. 24 de septiembre de 1942
No hay operación mas disparatada pero a la vez mas épica que la que emprendió la Wehrmacht en el verano de 1942. Resumiendo, su éxito se basaba en la creencia de que los soviéticos iban a cometer los mismos errores en los que incurrieron en la campaña anterior. Pero esto no sucedió. La toma de Stalingrado y el Cáucaso en una misma campaña de verano, con unas vías de comunicación prácticamente inexistentes, sin controlar el Mar Negro, sin tener el apoyo de Turquía… Realmente solo es comparable a las expediciones de Gengis, Aníbal o Alejandro. Pero reflexionemos un momento, el disparate estuvo a punto de ser realidad, en Stalingrado tan solo faltaron unos cuantos metros para expulsar a los rusos al otro lado del Volga, y en el Sur se llegó a tomar Maicop y tan solo unas decenas de Kilómetros separaron a la Wehrmacht de los puertos de montaña que habrían las puertas del Cáucaso… ¿Era posible lo imposible?

La Operación Azul se inició el 28 de Junio con la puesta en marcha del denominado Grupo de Ejércitos Weichs, compuesto por el 2º Ejército Alemán, el 4º Ejército Panzer y el 2º Ejército Húngaro. Partiendo desde su zona de despliegue al sur de Orel tenía la misión de cercar, con la ayuda del 6º Ejército, a las tropas soviéticas que defendían el frente en el sector de Voronezh, para después tomar la ciudad, aunque esta no era el objetivo prioritario, sino el asegurar el flanco Norte, para después en una sucesión de pequeños cercos eliminar a todas las fuerzas soviéticas al oeste del Don.

La Operación Azul era tan compleja, estaba dividida en cuatro fases culminando con el ataque final al Cáucaso, que tuvo que dejarse a un lado la tradicional autonomía de mando que imperaba en el ejército alemán desde los tiempos de Federico el Grande. Autonomía de mando ya muy cuestionada por Hitler desde la catástrofe del invierno anterior. Todo debía funcionar como un reloj. (Algo que al gran Moltke seguro le hizo revolverse en su tumba)

El ataque cogió totalmente desprevenidos a los rusos, fue una total sorpresa pues Stalin estaba convencido que el ataque sería sobre Moscú. Todas las unidades penetraron con profundidad en las líneas soviéticas. El 4º Ejército Panzer avanzó 32 kilómetros en la primera jornada y para la segunda conquistó el cuartel general del 40º Ejército Soviético. Todas las dudas que acechaban al alto mando alemán, antes de comenzar la operación, se disolvían a igual velocidad que avanzaban los panzer.

Mas al sur, retrasado por unas fuertes lluvias, el 6º Ejército de Paulus no comenzó su ataque hasta el día 30, aplastando al 21º Ejército Soviético en tiempo record. Paulus consiguió llevar a cabo una de las penetraciones mas limpias de toda la guerra llegando a contactar con el 4º Ejército para el día 2 de julio. Con esta maniobra todas las fuerzas que defendían el frente de Voronezh quedaron cercadas.

Para el 4 de julio Hoth (Comandante del 4º Ejército Panzer) alcanzó en Don estableciendo de inmediato varias cabezas de puente, Había recorrido 160 kilómetros en tan solo una semana. Ese mismo día llegó a las afueras de Voronezh mas afectado por el barro y los atascos que por otra cosa. Rápidamente mandó a sus tropas de reconocimiento para hacer un estudio de las defensas de la ciudad. Un Gran número de fortificaciones de campo rodeaban la ciudad y estaban ocupadas por al menos una división de infantería soviética. Así que Hoth ante la fortaleza de las defensas y los contraataques soviéticos que estaba sufriendo a su izquierda el 2º Ejército Alemán, decidió concentrar a todo su ejército panzer antes de emprender las operaciones. Así el 6 de julio el 4º Ejército Panzer comenzó el ataque, y ante la sorpresa de todos, entró en una ciudad prácticamente indefensa. Las divisiones de infantería soviéticas se habían transformado en grupos de obreros sacados a toda prisa de las fábricas y la mayoría de las fortificaciones de campo resultaron estar desguarnecidas. Una mala labor de inteligencia sumada al legendario pesimismo de Hoth, (por otra parte uno de los mejores comandantes de blindados de toda la guerra) hizo perder 48 horas preciosas y una gran cantidad de valiosísimo combustible a todo el 4º Ejército Panzer.

Había llegado el momento de comenzar la segunda parte de la operación, Azul II, pero Von Bock (comandante del grupo de ejércitos sur que incluía el 2º, 6º y 17 ejércitos y el 4º y 1º ejércitos panzer) estaba en un mar de dudas, temía un ataque por el flanco si mandaba a todo el 4º Ejército Panzer hacía el sur, así que decidió hacerlo poco a poco hasta ver que el frente de Voronezh se estabilizaba definitivamente. En la guarida del lobo, al este de Prusia, Hitler y Halder (Jefe del estado mayor) se subían por las paredes, creían que Hoth y Bock les estaban tomando el pelo. Creían que habían dejado claro que la toma de Voronezh era totalmente secundaria. Lo que en realidad sucedía era que se estaba produciendo una titánica batalla entre el modo tradicional de hacer la Guerra alemán, basado en la autonomía de mando, con el nuevo enfoque que quería darle Hitler, apoyado por algunos miembros del estado mayor, de una jerarquía férrea con una dirección de las operaciones centralizada.

Mientras tanto el 6º ejército de Paulus veía como el frente soviético se derrumbaba a su paso, ante la evidencia del colapso ruso el alto mando alemán decidió comenzar Azul II de inmediato. Se intentaría cercar a los ejércitos rusos del Don haciendo converger sobre Millerovo al 6º Ejército, al 1º y 4º Panzer. El 15 de julio las avanzadillas de los tres ejércitos se reunieron alrededor de Millerovo. Tan solo se pudo obtener un botín de 40.000 prisioneros, comparado con las operaciones del año anterior se había obtenido un verdadero Luftstoss, un “golpe al vacío”. Hitler hecho la culpa a Bock por la pérdida de tiempo en la toma de Voronezh, destituyéndole. De nada valió la advertencia previa de Bock al alto mando de que en la zona de Millerevo no quedaba nada que cercar. Esta operación tuvo dos consecuencias fatales para la Wehrmacht, un atasco monumental de todas sus fuerzas móviles en el sector, y la necesidad de seguir realizando cercos en busca de destruir a las tropas que supuestamente quedaban al oeste del Don. Era evidente que algo no había funcionado.

Lo que sucedió en los días posteriores fue una de las páginas mas desastrosas del ejército alemán en toda la guerra y el verdadero motivo del fracaso de toda la operación. La Wehrmacht se perdió en una sucesión de movimientos en busca del grueso del ejército ruso. Un constante ir y venir por la inmensidad del meandro del Don. Todo esto agravado por una constante en toda la campaña alemana en el este, un nuevo error de la inteligencia militar que insistía en la presencia de una gran cantidad de tropas soviéticas en la zona. Todas estas operaciones concluyeron con un segundo Luftstoss de los ejércitos alemanes en Rostov. Los ejércitos rusos hacía tiempo ya que corrían hacia el Cáucaso y el otro lado del Volga.

Tras el fracaso de la operación Azul II Hitler emitió la famosa Directiva 45 en la que promulgaba la orden de ataque simultáneo sobre Stalingrado y el Cáucaso. Como diría el clásico la suerte estaba echada.

¿Qué hubiera sucedido si el 4º panzer hubiera comenzado las operaciones de cerco 48 horas antes? ¿Se hubiera conseguido evitar la retirada de los ejércitos rusos del Don? ¿Si se hubiera dirigido directo a Stalingrado en lugar de tener que ir y venir por el meandro de Don qué habría pasado? Es algo que nunca sabremos.


Fuentes:

La guerra que había que ganar. W. Murray y A. R. Mollet. Ed. Crítica.
La muerte de la Wehrmacht. R. M. Citino. Ed. Crítica.
Los éxitos del Eje. H. Michel. Ed. Akal.
Bundesarchiv Bild 146-1970-033-04, Russland, Kaukasus, Gebirgsjäger


Cuando miras largamente a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.

Friedrich Nietzsche.

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